Historia de la Fiebre Amarilla en Cuba y en las Americas. ¿Quien fue Carlos J Finlay?
Autor: Dr. Marco J. Albert Cabrera | Publicado:  14/02/2007 | Medicina Interna , Medicina Tropical , Enfermedades Infecciosas | |
Historia de la Fiebre Amarilla en Cuba y en las Americas. ¿Quien fue Carlos J Finlay? 3.

El reservorio de la enfermedad en su forma selvática es mantenido en algunas especies de monos del genero Alonata: los titíes y los zaraguatos, los vectores en este caso son mosquitos de los géneros Haemagogus (Haemagogus spegazzini) y Aedes (Aedes leucocelanus).

Por ello no se presentaron las epidemias, o la primera epidemia hasta casi un siglo después de iniciado el comercio esclavo, pues para que este proceso se verificara tuvo primero que llegar el Aedes aegypti en cantidades suficientes y fue necesario que pasara un tiempo mas o menos largo para que el fenómeno ecológico se desarrollara en todas sus partes y llegara a la adaptación descrita.

Esto no se conocía en los momentos de aparición de los primeros brotes de la fiebre amarilla, no fue hasta que el doctor Carlos J. Finlay enunciara 233 años después, en 1881, la suposición de que el mosquito fuera el agente transmisor de la enfermedad y que la Cuarta Comisión Médica del Ejercito Norteamericano lo comprobará en territorio cubano en 1900, que todas esta teorías y estudios se pudieron realizar. (5)

Antecedentes:

Esta teoría de Finlay que en un inicio pareció descabellada, realmente no era tan nueva, ya en 1790 el médico irlandés John Crawford, relacionó directamente a la fiebre amarilla con el contagio a través de los insectos.

Posteriormente en 1797 Benjamín Rush hizo notar la enorme cantidad de mosquitos presentes durante la epidemia de fiebre amarilla ocurrida en Filadelfia, observación seguida por otras semejantes de Vaugham, en Willington en 1802; Blair en la Guyana Británica en 1812, y Whightman, en San Agustín en 1833.

El notable médico Josiah Clark Nott, publicó en 1848 un importante artículo en el que refutó la teoría miasmática y postuló que la fiebre amarilla y quizás la malaria, eran de origen animal o producidas por insectos y mostró numerosas y valiosas analogías entre el ciclo vital de los insectos y la epidemiología de la fiebre amarilla.

Louis Daniel Beauperthuy , médico venezolano hizo un gran aporte a la idea del contagio de las enfermedades a través de un agente intermediario, en el artículo que publicó en la Gaceta Oficial de Cumaná, el 23 de mayo 1854, donde expuso que los insectos tuliparios eran los responsables de la propagación de la fiebre amarilla, que ellos al chupar la sangre del ser humano, a su vez lo inoculaban con materias animales putrefactas sacadas de las sucias aguas en que se criaban y que estas contenían los animalúculus de la fiebre amarilla y otras enfermedades graves y añadió que los pantanos eran dañinos, no por los efluvios nocivos, sino por la presencia de mosquitos capaces de llevar esos venenos a los tejidos humanos. Arístides Agramonte lo consideró como el abuelo de la teoría de Finlay.

En 1853 Dawler, de Nueva Orleáns, asoció el aumento de mosquitos, con la presencia de una epidemia de fiebre amarilla en dicha ciudad. En Lima, Perú, Manuel E. De los Ríos en 1856 afirmó que el agente causal podía diseminarse a través de insectos propios de los países tropicales y Mario Arozamena, en 1868 en la misma ciudad, atribuía su causa a la presencia de un contagio animado. (5)

La confirmación de los postulados de Finlay

El elemento medular de la doctrina de Finlay, fue la transmisión de la enfermedad desde un sujeto enfermo, a uno sano, a través del mosquito, completando la cadena epidemiológica de la transmisión de la enfermedad.

En el barrio Pogolotti hay un pequeño parque pavimentado con un paredón de piedras al fondo, donde se han colocado siete medallones de bronce con los rostros y los nombres de Carlos J. Finlay (1833-1915), Claudio Delgado (1843-1916), Leonard Wood (1860-1927), Walter Reed (1851-1902), James Carroll (1854-1907), Jesse William Lazear (1866-1900) y Arístides Agramonte (1868-1931) respectivamente; además de dos placas, también de bronce, en una de las cuales se relacionan 13 nombres bajo el encabezamiento de "Estos cooperaron", mientras la segunda consigna otros 12 nombres encabezados por la palabra "Voluntarios".

Estas nueve inscripciones se grabaron en honor a los participantes y a los que de algún modo tuvieron que ver en los estudios realizados en ese lugar entre el 20 de noviembre de 1900 y el 7 de febrero de 1901, con los cuales se confirmó el trascendental descubrimiento del agente transmisor de la fiebre amarilla, anunciado por el sabio cubano Carlos J. Finlay Barrés desde 1881.

La comisión estadounidense se reunió por primera vez el 25 de junio de 1900 en las barracas de Columbia, Marianao, donde entonces existía un brote epidémico de fiebre amarilla. El primer acuerdo de sus integrantes fue la selección de los médicos que le ayudarían. Según ese acuerdo, los casos de fiebre amarilla en el centro de la ciudad de La Habana serían atendidos por los médicos del hospital Las Animas, cuya actividad se controlaría por una comisión adjunta nombrada por el Departamento de Salubridad a la que se debían enviar todos los sujetos sospechosos de padecer la enfermedad para su diagnóstico.

Esta comisión adjunta, compuesta por los doctores Finlay, Juan Guiteras Gener, Antonio Díaz Albertini y William C. Gorgas, mantendría estrechos contactos con la comisión de Reed. El examen de los casos de Marianao y del campamento de Columbia, estarían a cargo de otra comisión adjunta, asistida por Jesse W. Lazear y Roger Post Ames, del ejército norteamericano.

Bajo la influencia decisiva del doctor Reed, predominó como punto de partida del estudio otra vez la comprobación de la hipótesis del bacilo icteroides de Sanarelli, los resultados los obtenidos en cuanto a este bacilo fueron 100% negativos.
En vista de ello, el 1ro. de agosto de 1900 el doctor Reed decidió examinar la teoría sobre la transmisión de la fiebre amarilla por el Culex mosquito, sostenida por Finlay desde 1881 y por ello lo visitó ese día en su domicilio de la calle Aguacate No. 110, acompañado de los doctores Carroll y Lazear. Finlay puso a disposición de ellos todos los datos acerca de sus investigaciones, además de varios ejemplares y huevos de la especie de mosquitos responsables de la fiebre amarilla, con los que había inoculado hasta entonces a un total de 104 sujetos.

Después de discutirlo, la comisión acordó hacer la prueba de campo para verificar la veracidad de la teoría finalista. Carroll se ocupó de investigar la flora intestinal de los enfermos de fiebre amarilla; Agramonte asumió los trabajos de anatomía patológica y bacteriología y Lazear se encargó de obtener de los huevos entregados por Finlay, los specimen, con los cuales la comisión realizó sus primeras experiencias.

Lazear llevó los mosquitos que crió al hospital Las Animas, donde hizo que picaran a enfermos de fiebre amarilla. Estos mosquitos picaron luego a nueve individuos sanos no inmunes, incluyéndose a él mismo, pero la enfermedad no se produjo. El 27 de agosto se percató de que uno de los mosquitos estaba muy débil. Carroll pensó en la necesidad del insecto de alimentarse con sangre humana, por lo que se expuso a su picada. Seis días más tarde presentó ictericia y albuminuria, y su estado se diagnosticó como de fiebre amarilla típica.


Revista Electronica de PortalesMedicos.com
INICIO - NOVEDADES - ÚLTIMO NÚMERO - ESPECIALIDADES - INFORMACIÓN AUTORES
© PortalesMedicos, S.L.
PortadaAcerca deAviso LegalPolítica de PrivacidadCookiesPublicidadContactar