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Consecuencias sociales de la reconcentracion Weyler en Cuba en el período de 1896 a 1898
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Autor: Dra. Miriam García Villena
Publicado: 7/03/2012
 

Se realiza una revisión bibliográfica sobre las consecuencias sociales en la población rural y urbana en Cuba durante la Reconcentración de Weyler en el periodo comprendido entre octubre de1896 y marzo de 1898. El objetivo de este trabajo es destacar la situación política social de finales Siglo XIX en Cuba, señalando las consecuencias sociales de la Reconcentración y los efectos sobre la salud tanto en la población civil como de los soldados españoles de tan inhumano evento. La cual aumentó a cifras incalculables la mortalidad por enfermedades infecciosas. Siendo las principales causas de muerte la disentería, enteritis diversas, fiebre amarilla, paludismo, fiebre tifoidea y viruela. La población más afectada fue la infantil. En el país fallecieron 300,000 personas como consecuencia directa o indirecta de la reconcentración y la guerra, así como 11,000 soldados españoles fundamentalmente por causa de la fiebre amarilla y la tuberculosis pulmonar.


Consecuencias sociales de la reconcentracion Weyler en Cuba en el período de 1896 a 1898 .1

Consecuencias sociales de la reconcentración Weyler en Cuba en el período de 1896 a 1898

Dra. Miriam García Villena. Especialista de segundo grado en Higiene. Profesora Auxiliar
Lic. Fulgencio Anieris Ramos Callís. Profesor Auxiliar

Facultad de Ciencias Médicas de la Habana “Dr. Salvador Allende”
La Habana. Cuba

RESUMEN

Se realiza una revisión bibliográfica sobre las consecuencias sociales en la población rural y urbana en Cuba durante la Reconcentración de Weyler en el periodo comprendido entre octubre de 1896 y marzo de 1898. El objetivo de este trabajo es destacar la situación política social de finales Siglo XIX en Cuba, señalando las consecuencias sociales de la Reconcentración y los efectos sobre la salud tanto en la población civil como de los soldados españoles de tan inhumano evento. La cual aumentó a cifras incalculables la mortalidad por enfermedades infecciosas. Siendo las principales causas de muerte la disentería, enteritis diversas, fiebre amarilla, paludismo, fiebre tifoidea y viruela. La población más afectada fue la infantil. En el país fallecieron 300,000 personas como consecuencia directa o indirecta de la reconcentración y la guerra, así como 11,000 soldados españoles fundamentalmente por causa de la fiebre amarilla y la tuberculosis pulmonar.

Palabras clave: Reconcentración de Weyler; Guerra de Independencia, Las Primeras Epidemias de la Época.

“Sin conocer la reconcentración no se conoce la historia de Cuba

Fidel Castro Ruz (Periódico Granma, Versión de las palabras del Comandante en Jefe con la prensa durante su visita a la feria internacional del libro. 11 de febrero de 1998, pág. 1)

INTRODUCCIÓN

Las guerras o conflictos armados constituyen la peor forma de desastre, pues generan situaciones donde las amenazas y los daños tienden a prolongarse. Los desplazamientos, la hambruna, la destrucción y un debilitamiento total de las estructuras económicas, estatales y sociales constituyen algunas de sus consecuencias.

El 21 de octubre de 1896 por un bando militar del Capitán General y General en Jefe del Ejercito Español Valeriano Weyler y Nicolau se implantó en Cuba la guerra de exterminio, mediante la cual se dispuso la reconcentración de la población rural en las zonas urbanas. Convirtiendo a nuestra isla en un verdadero campo de concentración.

El plan de Weyler, al alejar a los campesinos de sus tierras, era impedir la ayuda de los mismos al ejército cubano, resultando la pérdida de las cosechas. Provocando una hambruna generalizada, lo que incide considerablemente en aspectos fundamentales para la supervivencia de la población como es el agua potable, el manejo adecuado de las excretas humanas y el alojamiento.

La irregular forma de vida de la población reconcentrada y albergada en barracones, almacenes o refugios abandonados, durmiendo en patios o a la intemperie, en condiciones higiénicas deplorables, sin acceso suficiente a alimentos y a posibilidades de servicios de salud. Con el consecuente incremento de la tasa de enfermedades transmisibles. Tal medida que se mantuvo hasta marzo de 1898.

La guerra de independencia cubana con la aplicación de la reconcentración por el gobierno español se inscribe a los conflictos bélicos modernos como un antecedente importante en cuanto al incremento de las bajas civiles.

Por lo que en el presente trabajo mediante revisión bibliográfica exponemos la Situación político social a finales del siglo XIX en Cuba, las consecuencias sociales de la Reconcentración y las principales enfermedades detectadas.

DESARROLLO

I.-Situación político social de finales Siglo XIX:

Las guerras por la independencia de Cuba en el siglo XIX constituyeron verdaderas hecatombes epidemiológicas para sus habitantes y podemos afirmar que ninguno de los pueblos de América tuvo que pagar precio tan alto, en vidas y miserias, como el pueblo cubano por alcanzar su destino político mayor. Pero de las tres cruentas guerras de liberación:

- Guerra de los diez Años (1868-1878)
- La Guerra Chiquita (1879)
- Guerra de la Independencia Cubana (1895-1898)

Esta última, con la inhumana reconcentración de población rural en las zonas urbanas decretada por el ejército español (1896-1898) y el férreo bloqueo naval impuesto por los Estado Unidos de Norteamérica al final de la contienda, constituyó una verdadera tragedia epidemiológica que agravo los problemas de salud tanto para la población cubana civil como para los soldados españoles con el recrudecimiento de las epidemias. A partir de abril de 1898 se aplicará por la Marina de Guerra de los Estados Unidos de Norteamérica un cerrado bloqueo naval a la Isla que impedirá la entrada de alimentos y material médico hasta el final de la contienda, en agosto de ese mismo año.

Cuando recordamos la labor ideológica de Antonio Maceo, frente a la barbarie y el salvajismo de la reconcentración de Weyler de principios de 1896; estamos en presencia y relación directa de los valores humanos del Ejército Libertador que hace un llamado a la dignidad humana que está destruyendo España en su tránsito por la senda funesta de la ferocidad desarrollada contra gente indefensa y de los asesinatos a mansalva de civiles que han nacido en esta Isla. (2)

En estas gravísimas condiciones históricas surge la carta de Antonio Maceo al general español Valeriano Weyler; el 27 de febrero de 1896, desde Cayajabos provincia de Pinar del Río, donde demuestra su humanismo a través del trato que el Ejército Libertador le brinda a los prisioneros y heridos españoles; por eso señala….

“A pesar de todo cuando se había publicado por la prensa respecto de usted, jamás quise darle crédito y basar en ello un juicio de su conducta; tal cúmulo de atrocidades, tantos crímenes repugnantes y deshonrosos para cualquier hombre de honor, estimábamos de imposible ejecución por un militar de la elevada categoría de usted. Parecíamos más bien aquellas acusaciones, obra de mala fe y de ruin venganza personal, y creí que usted tendría buen cuidado de dar un solemne mentís a sus detractores colocándose a la altura que la caballerosidad exige y al abrigo de toda imputación de aquella clase, con sólo adoptar, en el trato de los heridos y prisioneros de guerra de este Ejército, el sistema generoso seguido desde su comienzo por la Revolución, con los heridos y prisioneros de guerra españoles.” (3)

Principales líneas de la proclama (Reconcentración Weyler)

Weyler ordenó el encierro forzoso a la población rural del occidente cubano en campos de reconcentración, hecho conocido en la historia como la Reconcentración de Weyler, dictada el 21 de octubre de 1896. La proclama que daba inicio a la bárbara reconcentración decía:

1. - Todos los habitantes de las zonas rurales o de las áreas exteriores a la línea de ciudades fortificadas, serán concentrados dentro de las ciudades ocupadas por las tropas en el plazo de ocho días. Todo aquel que desobedezca esta orden o que sea encontrado fuera de las zonas prescriptas, será considerado rebelde y juzgado como tal.
2. - Queda absolutamente prohibido, sin permiso de la autoridad militar del punto de partida, sacar productos alimenticios de las ciudades y trasladarlos a otras por mar o por tierra. Los violadores de estas normas serán juzgados y condenados en calidad de colaboradores de los rebeldes.
3. - Se ordena a los propietarios de cabezas de ganado que la conduzcan a las ciudades o sus alrededores, donde pueden recibir la protección adecuada.

La orden del cierre de todas las tiendas situadas a más de 500 metros de los poblados, dispuso que se excluyeran de las raciones para la manutención a las mujeres e hijos de los insurrectos que no se presentasen. Sucesivamente dispuso la requisa de todos los caballos que se hallasen en los campos, y el traslado de todo el maíz hacia las ciudades.

Consecuencias Sociales de la Reconcentración:

Los problemas de salud ambiental derivados en este caso por la reconcentración están relacionados con sus efectos en el ambiente físico, biológico y social, que representan una amenaza para la salud humana, el bienestar y la supervivencia, incluidos los refugios. El riesgo de brotes epidémicos de enfermedades transmisibles es proporcional a la densidad y el desplazamiento de la población, puesto que esos factores aumentarla la demanda de abastecimiento de agua y alimentos; como sucede en los campamentos de refugiados—, se interrumpen los servicios sanitarios existentes —como los de agua potable y una correcta disposición de los residuales líquidos y sólidos—, y resulta imposible mantener o restablecer los programas ordinarios de salud pública.


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El mayor riesgo a la salud asociado calidad del agua es la transmisión de microorganismos de origen fecal debido al deterioro del saneamiento básico, higiene deficiente y mala protección de la fuente de agua de abasto y un aumento de las enfermedades transmitidas por vectores debido a la desorganización de las actividades correspondientes de control. (4) Así como la falta de servicios de salud para la mayoría de la población.

Afectación a la Salud

Para diciembre de 1896, unos 400,000 cubanos no combatientes se catalogaban reconcentrados en lugares escogidos o no con ese objetivo.

Tomando en cuenta los censos de 1877 y 1887, (5) que la población del país ascendía a 1,800,000 habitantes. Veamos los efectos de la contienda en la población de una de las seis provincias de la colonia, la más central, Santa Clara que se calcula tenía una población de unos 460,000 habitantes. (6)

Tabla Nº. 1 Número de fallecidos y causas en la provincia de Santa Clara en el período comprendido 1894-1898 

consecuencias_reconcentracion_Weyler/fallecimientos_causas_mortalidad

La diferencia de fallecidos en general entre 1894, año anterior a la guerra y 1895, primer año de la guerra, es de 1, 316; pero mucho más marcada es la diferencia relativa en fallecidos por fiebre amarilla, viruela, paludismo y disenterías. Los fallecidos se duplican y quintuplican en los años de 1896 y 1897 incrementados, principalmente, por las enfermedades infecciosas.

En toda la provincia de Santa Clara se lograron informar, a pesar de los inconvenientes de la guerra, en los años que van de 1895 a 1898, sin contar las ocurridas en la zona rural 111,162 muertes. En Ciudad de La Habana, que tenía entonces una población de 250,000 habitantes, ocurrieron en los cuatros años de guerra 74,396 fallecidos. Si solamente en la capital de la colonia y en una de las seis provincias se informaron 188,558 defunciones, no puede desacertada la cifra, para algunos conservadora, de 300, 000 muertes que se calculan por causas directa o indirecta de la reconcentración. (7)

De 200,000 soldados mantenidos en la isla, el más numeroso ejército enviado por una potencia europea a América, casi la cuarta parte (44,828) fueron atendidos en 1897 por padecer enfermedades infecciosas en el Hospital Militar Alfonso XIII de La Habana, actual Hospital Clínico Quirúrgico Docente General Calixto García. (8)

En la guerra de 1898 estadounidenses, mambises y españoles sufrieron en Cuba por igual de Fiebre amarilla o vómito negro, esta plaga que causó muchas más muertes en sus respectivas filas que las balas enemigas. En toda la Isla se produjeron 16,308 defunciones; 13,313 militares españoles fallecieron directamente a causa de la fiebre frente a 2,159 que lo hicieron en batalla o por heridas de guerra. (6)

Para atender esta real catástrofe sanitaria de su ejército, España envió a Cuba cerca de 700 médicos, cifra verdaderamente fabulosa para la época, de los que murieron alrededor de 100; de ellos 50 de fiebre amarilla y solamente 4 de heridas de balas. (8)

El deterioro del medio ambiente, las condiciones económicas y sociales de la población favoreció el incremento de casos de Fiebre tifoidea la cual se comporto en forma de endemia y epidemias afectando sobre todo principalmente a las comunidades creadas con infraestructuras sanitarias deficientes y con malos hábitos higiénicos, el lanzamiento de las excretas a la intemperie o su depósito en vías fluviales corriente abajo aprovechadas; manipulación de los alimentos deficiente por malos hábitos higiénicos, son solo algunas de las fallas higiénicas que contribuyen al mantenimiento de una gravosa endemia, epidemias o a brotes más o menos significativos de fiebre tifoidea. Enfermedades de distribución mundial que el control ambiental y la vacunación asegura su actual protección.

La Viruela en 1520 aparece por primera vez en nuestro medio, introducida desde La Española. Es una enfermedad, que en tres de cada diez casos puede desembocar en la muerte del paciente. Incrementándose el número de casos durante la reconcentración por las condiciones de hacinamiento e higiénico sanitarias. (9)

La disentería es endémica en muchos países tropicales, pero más debido a la falta de condiciones higiénicas que al clima o al calor, enfermedad intestinal aguda, caracterizada fundamentalmente por diarreas acompañadas de fiebre, y que en ocasiones puede ser asintomática, es universal, su trasmisión por el mecanismo fecal-oral.

Las zonas confinadas de alojamiento de los reconcentrados no guardaban las condiciones higiénicas favorables sin control del agua, de la disposición de residuales líquidos, sólidos, no control de los vectores, moscas y cucarachas, roedores, una higiene personal desfavorable dada la escasez de agua y de instalaciones sanitarias, ni existían lavabos, ni camas, favoreciendo los casos de enteritis diversas e disenterías. La población infantil la más afectadas. Cuba hoy cuenta con un programa materno infantil y exhibe tasa de mortalidad infantil de 4.5 por 10000 nacidos vivos (10).

Las enteritis agudas, son debilitantes, por la diarrea, sobre todo en los niños y en los ancianos, sin atención llegan a poner en peligro la vida del enfermo por deshidratación aguda. Su causa más frecuente son las infecciones, bien virales, más benignas, o bien bacterianas, como la fiebre tifoidea y la disentería.

Se produce la primera gran epidemia de Avitaminosis finales del siglo XIX durante la reconcentración. De esta etapa son los estudios realizados en Matanzas por el doctor Domingo Madam (11) y ampliados en La Habana por su colega José Santos Fernández oftalmólogo cubano. (12) Quienes comprobaron la aparición de casos de neuropatías, ambliopía por neuritis periférica debido a autointoxicación de origen intestinal por alimentación defectuosa; entre los civiles hacinados en ciudades y poblados.

La Tuberculosis es una de las enfermedades que mayor número de muertes ha ocasionado en toda la historia de la humanidad, y continúa causando estragos. Durante la reconcentración el hacinamiento, los escasos recursos económicos y sociales favorecieron el incremento del número de casos y elevación de la mortalidad tanto en civiles como en soldados españoles (asistidos en hospitales militares 2 281 casos de tuberculosis pulmonar con 299 fallecidos). (13)

El Paludismo se conoce en Cuba desde la época colonial. Era tan conocido entre los cubanos como en los soldados españoles llegados a la península, su efecto dañino, la fiebre. Esta enfermedad se erradico en Cuba en la década de 1968 por la amplia campaña mosquito transmisor Anopheles emprendida por el Ministerio de Salud Pública.

Al retirarse España derrotada de Cuba el 1 de enero de 1899, dejaba casi inexistente la organización sanitaria de la isla; la población completamente diezmada; la agricultura, fuente casi única de su economía enteramente destruida y el país militar y políticamente ocupado por el naciente imperialismo norteamericano, que había obtenido extraordinarias ventajas de esta guerra entre una potencia colonial europea en bancarrota y un pueblo que había conmovido al mundo con su heroísmo y sacrificios.

CONCLUSIONES

La reconcentración de la población rural en las zonas urbanas decretada por el ejército español (1896-1898) y el férreo bloqueo naval impuesto por los Estado Unidos de Norteamérica al final de la contienda, agravo los problemas de salud tanto para la población cubana civil como para los soldados españoles por el recrudecimiento de las enfermedades infecciosas. Las consecuencias sociales del desplazamiento de la población rural hacia las áreas urbanas, donde los servicios públicos eran incapaces de afrontar la llegada masiva de estas personas, la destrucción de la infraestructura social y económica, pérdidas de las cosechas, el hambre y enfrentar condiciones de vida no habituales, con el consiguiente aumento de las cifras de morbilidad y mortalidad. Siendo las principales causas de muerte por disentería, enteritis diversas, fiebre amarilla, paludismo, fiebre tifoidea y viruela. La población más afectada fue la infantil. Fallecieron alrededor de 300 000 personas y más de 11 000 soldados españoles, fundamentalmente estos por causa de la fiebre amarilla y la tuberculosis pulmonar. El conocimiento de la historia nos permite la preparación tanto el país como nuestro Sistema Nacional de Salud en el enfrentamiento ante cualquier contingencia originados por el hombre o por la naturaleza.


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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1. Castro Ruz, Fidel: Periódico Granma, Versión de las palabras del Comandante en Jefe con la prensa durante su visita a la feria internacional del libro. 11 de febrero de 1998, p. 1
2. Souza Rodríguez, B: “Máximo Gómez, El Generalísimo”, La Habana, Instituto Cubano del Libro, 1972, p.210
3. Portuondo, José A. “El pensamiento vivo de Maceo” Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1976, (Carta de Maceo al general Valeriano Weyler, No 504, Cayajabos, 27 febrero de 1896), p. 148
4. World Health Organization. Environmental health and emergency. Emergencies and disasters: A practical guide. B Wisner& J Adams, eds. Ginebra: WHO; 2002.
5. Informe sobre el censo de Cuba Washington Imp. Del Gobierno, 1900. p.77
6. Martínez-Fortún, J. A. Epidemiología (Síntesis cronológica). Cuaderno Hist. San. No. 5. La Habana. Ed. Neptuno. 1952: p.36.
7. Martínez-Fortún, J.A.: “Historia de la Medicina en Cuba. Fascículo VII. La Habana. Ed. Mimeografía. 1958. p.43
8. Larra y Cerezo. A: Datos sobre la guerra de Cuba (firmado en Madrid a 31 de mayo de 1898) The Lancet, junio 11 de 1898. 154(2). P.1637-1639.
9. Gregorio Delgado García. Desarrollo histórico de la salud pública en Cuba* Rev. Cubana Salud Pública v.24 n.2 Ciudad de La Habana jul.-dic. 1998
10. MINSAP. Cuba. Anuario Estadístico 2010, p.2
11. Fernández JS. Ambliopía por neuritis periférica debido a autointoxicación de origen intestinal por alimentación defectuosa. Crónica Med Quirurg La Habana 1900; 26: pp.330-334.
12. Madam D. Nota sobre una forma sensitiva de neuritis periférica, ambliopía por neuritis óptica retrobulbar. Crónica Med. Quirurg. La Habana 1898; 24: pp.81-86.
13. Gregorio Delgado García. Desarrollo histórico de la salud pública en Cuba Rev. Cubana Salud Pública v.24 n.2 Ciudad de La Habana jul.-dic. 1998
14. López Sánchez J. Tomás Romay y el origen de la ciencia en Cuba. Habana: Academia de Ciencias de Cuba. Museo Histórico de las Ciencias Médicas “Carlos J. Finlay”; 1964. pp. 53-137.