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La lactancia materna. La alimentacion ideal para el lactante menor de 6 meses de edad
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Autor: Noelia Casquete López
Publicado: 13/06/2012
 

La leche materna, poseedora de todos los elementos necesarios, es la mejor alimentación para el recién nacido y el niño en su primer año de vida. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda amamantar hasta los 2 años de vida, especialmente en los países en vías de desarrollo.

Existen evidencias de que la prevalencia y duración de la lactancia materna son bajas y esto se debe a la interacción de diversos factores. La lactancia materna no es un hecho aislado en la existencia de la mujer, sino que es parte de su propia vida, su educación, su trabajo, su estado nutricional y de salud, la conformación de su familia son entre otros factores los que influyen en la decisión de lactar a su pequeño o lo que es más importante, seguir lactándolos después que ya comenzó a hacerlo.


La lactancia materna. La alimentacion ideal para el lactante menor de 6 meses de edad .1

La lactancia materna, la alimentación ideal para el lactante menor de 6 meses de edad

MSc. Dra. Georgina J. Peraza Roque *
Dr. Román Vasallo Peraza **
Dra. Ionmara Tadeo Oropesa ***
Dra. Diana Adela Vega López ****
MSc. Luisa L. Pacios Fernández *****

* Especialista de Primero y Segundo Grados en Pediatría. Profesora Auxiliar de Pediatría. Máster en Educación Médica Superior. Jefa del Departamento de Medicina General Integral de la Facultad de Ciencias Médicas Julio Trigo López.
** Dr. en Medicina. Policlínico Universitario Julián Grimau.
*** Especialista de Primer Grado en Medicina Interna. Profesora Asistente del Departamento de Medicina General Integral de la Facultad de Ciencias Médicas Julio Trigo López.
**** Especialista de Primer Grado en Embriología. Profesora Asistente del Departamento de Morfofisiología de la Facultad de Ciencias Médicas Julio Trigo López.
***** Especialista de Postgrado en Docencia Universitaria de Matemática y Computación. Profesora Auxiliar del Departamento de Informática Médica de la Facultad de Ciencias Médicas Julio Trigo López.

RESUMEN.

La leche materna, poseedora de todos los elementos necesarios, es la mejor alimentación para el recién nacido y el niño en su primer año de vida. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda amamantar hasta los 2 años de vida, especialmente en los países en vías de desarrollo.

Existen evidencias de que la prevalencia y duración de la lactancia materna son bajas y esto se debe a la interacción de diversos factores. La lactancia materna no es un hecho aislado en la existencia de la mujer, sino que es parte de su propia vida, su educación, su trabajo, su estado nutricional y de salud, la conformación de su familia son entre otros factores los que influyen en la decisión de lactar a su pequeño o lo que es más importante, seguir lactándolos después que ya comenzó a hacerlo.

Se trata de un trabajo de revisión bibliográfica sobre la lactancia materna, que aborda las variantes fisiológicas, la composición, el valor inmunológico, las técnicas para lactar y las ventajas para el niño y la madre, aspectos elementales y de importancia para el estudio y manejo adecuado de la misma por el personal médico y paramédico en todos los niveles de atención médica, sobre todo en la Atención Primaria de Salud.

Descriptores de Sc: Leche materna. Lactante. Atención Primaria de Salud.

INTRODUCCIÓN.

Desde épocas remotas, durante miles de años, la lactancia natural era un requisito para la supervivencia de un niño en el período crítico de la infancia (1). En la actualidad, en las naciones donde existe mayor pobreza, es decir, en el mundo subdesarrollado la imposibilidad de lactar de una madre puede condenar a muerte a su hijo (2).

Existen evidencias de que la prevalencia y duración de la lactancia materna son bajas y esto se debe a la interacción de diversos factores. La lactancia materna no es un hecho aislado en la existencia de la mujer, sino que es parte de su propia vida, su educación, su trabajo, su estado nutricional y de salud, la conformación de su familia son entre otros factores los que influyen en la decisión de lactar a su pequeño o lo que es más importante, seguir lactándolos después que ya comenzó a hacerlo (3).

El vínculo del niño con su madre, indispensable para su desarrollo, se fortalece con la lactancia materna. A través de la lactancia, el bebé recibe no solo el alimento que le permite subsistir, sino también el afecto materno.(4)

La leche materna, poseedora de todos los elementos necesarios, es la mejor alimentación para el recién nacido y el niño en su primer año de vida. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda amamantar hasta los 2 años de vida, especialmente en los países en vías de desarrollo. El amamantamiento reduce la morbi-mortalidad infantil, disminuye las enfermedades infecciosas, especialmente las diarreas e infecciones del aparato respiratorio, aporta una óptima nutrición al niño, favoreciendo su adecuado crecimiento y desarrollo, beneficia la salud materna, contribuye a la relación psico-afectiva entre la madre y el niño, colabora de manera muy efectiva en el espaciamiento de los embarazos, disminuyendo la fertilidad de la mujer (5).

La leche se define como el producto de la secreción de las glándulas mamarias de un mamífero hembra después del parto para alimentar al recién nacido. Desde el punto de vista físico-químico se le define como una emulsión de sustancias grasas en una solución azucarada, que es a su vez una suspensión coloidal desustancias albuminosas. Su composición está específicamente adaptada a las características digestivas y necesidades nutritivas del neonato; varía de una mujer a otra y según las horas del día (mañana, tarde o noche), momento de la tetada(comienzo, medio o al final), duración de la lactancia, edad materna, número de lactancias previas, tipos de alimentación, toma de medicamentos, factores emocionales, etc. (6).

Las mamas derivan de glándulas sudoríparas modificadas. En la mujer, el crecimiento y la diferenciación de los tejidos mamarios se produce después de la pubertad, compuesta (durante los períodos de lactancia) de tejido adiposo dispuesto alrededor del tejido secretor epitelial, que forma 15 a 20 lobulillos. Cada lóbulo se abre a un conducto galactóforo que converge con los otros en el pezón. El tejido conectivo, los vasos sanguíneos, los linfáticos y los nervios, contribuyen también de la estructura de la mama. Un área de piel especializada, la areola, rodea la base del pezón.

Durante el embarazo, se eleva el número de conductos y la longitud de sus ramas; los alveolos secretores proliferan y se expanden al llenarse sus células y luces cuando comienza la síntesis y secreción de la leche. Las células mioepiteliales, al principio, fusiformes, se convierten en células estrelladas, muy ramificadas, sobre todo alrededor de los alveolos. En el setroma se observa una reducción simultánea del tejido adiposo, pero aumenta mucho el número de linfocitos, las células plasmáticas y eosinófilos; también aumenta el flujo de sangre a través de la mama (7).

Aunque los estrógenos y la progesterona son esenciales para el desarrollo material de las mamas durante el embarazo, una acción específica de estas hormonas, es inhibir la secreción propiamente dicha de la leche. Por otro lado, la hormona prolactina ejerce el efecto exactamente opuesto, estimular la secreción de la leche. Esta hormona es secretada por la hipófisis de la madre y su concentración en sangre se eleva constantemente desde la 5ta semana del embarazo, hasta el nacimiento del niño, en cuyo momento ha alcanzado un nivel de 10 a 20 veces mayor que el de una mujer normal, no embarazada. Junto a esto, la placenta secreta grandes cantidades de somatototropina coriónica humana que también posee probablemente una pequeña actividad lactogénica, que coadyuva a la acción de la prolactina procedente de la hipófisis materna. Incluso así y debido a los efectos inhibidores de los estrógenos y la progesterona sobre la mama, esta glándula nunca secreta diariamente más de unos pocos mililitros de líquido antes de nacer el niño (8).

Inmediatamente después de nacer el niño, la desaparición brusca de la secreción de estrógenos y progesterona por la placenta permite que actúe entonces el estímulo lactógeno de la prolactina secretada por la hipófisis de la madre, la cual asume entonces su papel natural estimulador de la producción de leche en lugar del calostro. Esta secreción láctea exige una secreción de apoyo suficiente por parte de las demás hormonas de la madre, pero sobre todo por: la hormona de crecimiento, el cortisol, la hormona paratiroidea y la insulina. Estas hormonas son necesarias porque proporcionan sustratos que, como los aminoácidos, los ácidos grasos, la glucosa y el calcio, son imprescindibles para que se forme la leche (8).

Después de nacer el niño, el nivel basal de la secreción de prolactina vuelve en unas semanas al nivel previo al embarazo. Sin embargo, cada vez que la madre amamanta al niño, las señales nerviosas que pasan desde los pezones hasta el hipotálamo producen una<> de prolactina cuya secreción aumenta 10 a 20 veces sobre lo normal y que dura aproximadamente 1 hora. Esta prolactina a su vez, actúa sobre las mamas y estas glándulas mantienen la secreción láctea en sus alveolos con destino a los siguientes períodos de lactancia. Si esta oleada de prolactina falta o es bloqueada por una lesión hipotalámica o hipofisiaria, o si la lactancia al pecho no continúa, las mamas pierden su capacidad de producir leche, en una semana aproximadamente. Sin embargo, la producción de leche puede continuar durante unos años, si el niño sigue succionando, aunque la cuantía de la formación de leche desciende normalmente de forma considerable pasados 7 a 9 meses (8).

La prolactina es eliminada en pequeñas cantidades durante el embarazo, ayudando al desarrollo finadle las normas para la lactancia. Además de la prolactina, actúan las hormonas tiroideas, los corticosteroides suprarrenales, que parecen ejercer un efecto de sostén. El que no se produzca leche durante el embarazo, se debe a una acción inhibitoria de los estrógenos y la progesterona sobre el proceso secretor de las mamas, también sobre la secreción de prolactina por la adenohipófisis. Inmediatamente después de nacer el niño ocurre la supresión brusca de la secreción placentaria tanto de estrógenos como de progesterona, desapareciendo sus efectos inhibidores, permitiendo que la hipófisis anterior produzca grandes cantidades de prolactina, así bajo su influencia, las células alveolares alcanzan un mayor potencial secretorio. (8)


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Cuando el niño succiona el pezón, se transmiten impulsos sensitivos a lo largo de los nervios somáticos, hacia la médula y de allí al hipotálamo, donde desencadena la secreción de oxitocina, esta pasa a la hipófisis posterior y finalmente llega a las mamas por vía sanguínea provocando la contracción de las células mioepiteliales que rodean la superficie externa de los alveolos; así es expulsada la leche de los alveolos hacia los conductos, este proceso recibe el nombre de reflejo de eyección láctea. Este es un reflejo que está influenciado por las emociones maternas (ansiedad, temor, incertidumbre, preocupaciones, dolor, etc), que puede inhibir la secreción de oxitocina, disminuyendo así la eyección de leche (8).

DESARROLLO.

La alimentación exclusiva del bebé con leche materna, es la mejor forma de nutrirlos los primeros 4 a 6 meses de vida. Los suplementos como la fórmula comercial, la leche de vaca, el cereal, las aguas de hierbas y aún el agua pura, llenan el estómago del bebé y lo hacen mamar menos, con lo que se reduce la producción e leche materna (9).

La succión frecuente del bebé sin horario predeterminado en los primeros días, favorece el inicio de la lactancia, hace que el recién nacido se beneficie plenamente de las ventajas que le ofrece el calostro desde el punto de vista inmunológico nutricional y del desarrollo, pues “el calostro es la primera inmunización que recibe el niño” (9).

La lactancia según demanda garantiza las necesidades de agua del organismo del bebé por lo cual no es necesario la suplementación, por otra parte, la introducción del biberón, establece un patrón de succión que difiere del que fisiológicamente se desarrolla con el de la succión al pecho, entorpeciendo el desarrollo del aparato bucal. En el mecanismo de succión del pecho, se requiere del movimiento vigoroso y activo de los carrillos, de las encías y de la lengua, que se fortalece con la frecuencia de succión, mientras que en el biberón el mecanismo de succión es pasivo, en el cual el único movimiento es el de la lengua, para cerrar el flujo gota a gota de la tetina y facilitar la respiración, este último mecanismo, más fácil, compite con ventaja sobre el primero, lo que conduce al abandono progresivo del pecho por el lactante. La menor frecuencia y tiempo de succión va debilitando los reflejos de la lactancia lo que lleva al fracaso de esta práctica (6,9).

Las etapas por las que atraviesa la leche humana son: calostro, leche transicional y leche madura. Su composición en cualquier etapa es importante para la adaptación a la vida extrauterina del recién nacido y está adecuada a las características digestivas y necesidades nutritivas del niño.

Calostro:

Su composición es distinta a la de la leche madura. Dura aproximadamente hasta una semana después del parto. Es un líquido amarillento con un valor energético algo menor de el de la leche madura (67 kcal/100 ml contra 75 kcal/100 ml). La cantidad va a variar en proporción directa, según la paridad de la madre y la lactancia anterior. El color amarillo es debido a los betacarotenos, el contenido en minerales es alto y la concentración de sodio, cloro y potasio es mayor que en la leche madura. La concentración de proteínas y vitaminas liposolubles es también elevada, el Ph es de 7,45 que favorece el vaciamiento gástrico; contiene IgA e IgE, ambos secretados por las glándulas mamarias (sobre todo IgA secretoria) (9).

Leche transicional:

La leche a partir de los 7 días aproximadamente, va sufriendo cambios glandulares y hacia los 14 días aparece la llamada leche de transición.

La concentración de inmunoglobulinas totales descienden, mientras la lactosa, las grasas y el contenido total de calorías aumenta. Las vitaminas hidrosolubles aumentan y las liposolubles disminuyen en relación con los niveles de la leche madura.

Leche madura:

El agua: Es el mayor componente de la leche, aproximadamente el 87% de la misma, los requerimientos de agua en el lactante con un clima húmedo y caliente pueden ser suministrados enteramente por el agua contenida en la leche humana.

Proteínas.- Las principales proteínas de la leche son la caseína, la seroalbúmina, alfa y betalactoglobulina, etc. Otros componentes proteicos son: inmunoglobulinas, lactoferrina y proteínas fijadoras de vitamina B-12 de acción antimicrobiana, nucleótidos, enzimas y hormonas.

Caseína: Es una proteína específica de la leche. Existen diferencias físico-químicas entre la caseína humana y la de vaca, pues la composición de aminoácidos es propia de la especie.

Cuando se forma el coágulo de caseína por acción de las enzimas digestivas, queda un líquido claro llamado suero, que contiene agua electrolitos y proteínas. La proporción de proteínas en la leche humana es de 40% de caseína y 60% de lactoalbúminas, mientras que en la leche de vaca, es de 80 y 20% respectivamente.

Las alfalactoalbúminas son proteínas específicas presentes en las leches con alto contenido en lactosa.

Lactoferrina: Es una proteína que se une al hierro e inhibe el crecimiento de algunas bacterias del tracto intestinal que necesitan hierro para su crecimiento. Esto produce cierta protección en el niño contra algunas infecciones gastrointestinales.

Inmunoglobulinas: La principal es la IgA producida por las glándulas mamarias y que aparece en grandes cantidades en el calostro.

Lisozima: Se ha identificado como un factor antimicrobiano inespecífico, contribuye al desarrollo y mantenimiento de la flora intestinal en el lactante alimentado a pecho.

Nucleótidos: Son compuestos derivados del ácido nucleico, importante para la síntesis de proteínas y para aumentar su valor biológico, además estimulan el crecimiento.

Carbohidratos: La lactosa es el carbohidrato predominante en la leche humana, su concentración es mayor que en la leche de vaca. Es un disacárido compuesto por 2 monosacáridos: glucosa y galactosa.

La lactosa ayuda a la absorción del calcio, además es una buena fuente de galactosa esencial para la producción de los galactolípidos, incluyendo los cerebrósidos, esenciales para el desarrollo del sistema nervioso central (SNC).

Otro carbohidrato que existe en la leche materna es el “factor de crecimiento” del bacilo bífidus que hace diferente la flora intestinal del niño lactado al pecho a la del alimentado artificialmente.

Lípidos: Los triglicéridos aportan el 98% de las grasas, el resto son fosfolípidos, ácidos grasos libres, colesterol, etc. La dieta materna afecta los constituyentes de los lípidos, pero no la cantidad de grasa.

La leche de mujer no contiene ácidos grasos de cadena corta, que son irritantes para el tubo digestivo y producen algunos tipos de eccemas infantiles. Contiene ácidos grasos de cadena larga, insaturados que se absorben mejor y tiene efectos hipolipemiantes, encontrándose entre ellos los ácidos grasos esenciales.

Colesterol: Se ha sugerido que el colesterol presente en la dieta, interviene en el mecanismo que regula su biosíntesis y que una dieta pobre en el mismo, en los primeros años de la vida podría favorecer la aparición de hipercolesterolemia en edades más avanzadas (9).

En la actualidad se busca la relación que existe entre la dieta de la infancia y la obesidad, aterosclerosis y otras enfermedades degenerativas. Se ha demostrado que la esclerosis múltiple es muy rara en países donde la lactancia materna es común. Se plantea que el desarrollo de la mielinización en la infancia es fundamentalmente para prevenir la degradación ulterior.

Hierro: El niño necesita en su primer año de vida de 80 a 100 mg/día de hierro para cubrir sus necesidades, la leche humana contiene 100 mg/100 ml y la de vaca 79 mg/100 ml. Esto no cubre los requerimientos realmente, sin embargo, los niños alimentados a pecho, no presentan anemia. El hierro absorbido de la leche humana es más eficiente y se absorbe un 49%, mientras que de la leche de vaca se absorbe solamente el 10% y de las fórmulas a las que se añade hierro solo el 4%. El niño alimentado a pecho tiene niveles elevados de ferritinas que provocan una mejor asimilación de hierro, lo cual explica lo anterior. La lactosa ayuda a la absorción de hierro y de altas cantidades de vitamina C.

Vitaminas:

Vitamina A: Aunque el contenido es de 280 UI en la leche humana, sus precursores, los carotenoides, cubren los requerimientos. Hay 2 veces más cantidad de vitamina A en el calostro que en la leche madura.


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Vitamina D: Existen Cantidades suficientes en la leche humana para satisfacer los requerimientos. También está en mayor cantidad en el calostro que en la leche madura.

Vitamina E: Es necesario para la integridad muscular, resistencia de los eritrocitos a la hemólisis, así como para otras funciones bioquímicas y fisiológicas.

Vitamina K: Esencial para la síntesis de factores de la coagulación sanguínea.

Vitamina C: Es parte de varias enzimas y sistemas hormonales. Esencial para la síntesis halógena, se debe incrementar en la dieta de la embarazada y de la mujer que lacta. Refleja las cantidades que se ingieren en la dieta materna.

Complejo B: Interviene en mecanismos bioquímicos muy importantes en el organismo humano, sistemas oxidativos intracelulares, mecanismos respiratorios intracelulares, en el metabolismo del tejido nervioso y en la formación de la coenzima A.

Enzimas: Lactoperoxidasa, galactosiltransferasa, fosfatasa alcalina, lipasas, lisozima, etc.

Se considera necesario que se reconozca el don más preciado de la leche materna: ”la prevención de las infecciones” (6,9,10-15).

Estudios realizados por Goldblum, Ylänson et al demostraron que loa antígenos (bacterias, virus, etc) que son administrados o ingeridos por vía oral a las madres que lactan a sus hijos, pasan al tractus intestinal. En el segmento terminal del íleon se encuentran numerosos folículos linfáticos: tejido linfoide asociado al intestino /TLAI). Ellos constituyen un grupo organizado de células inmunocompetentes.

Las células intestinales altamente especializadas, denominadas células M, son las encargadas de captar los antígenos que llegan al intestino y transportados hacia las placas de Peye. Aquí se elaboran los antígenos de los macrófagos y aparecen los linfocitos “T”. Producto de la interacción entre los macrófagos y los linfocitos “T” surgen las subpoblaciones de linfocitos “B” que hacen proliferar las células precursoras productoras de anticuerpos. Estas células emigran por los ganglios linfáticos regionales del mesenterio, a través del conducto torácico en la vía sanguínea y allí se dividen en 3 compartimientos: a) las glándulas mamarias, b) los tejidos linfáticos del tractus intestinal materno y c) el sistema bronquial. En estas regiones maduran y se transforman las células plasmáticas formadoras de anticuerpos (13).

Mediante este eje entero-bronco-mamario se abastecen con anticuerpos específicos por un corto período los recién nacidos pretérminos y lactantes (13).

Las células linfáticas de las glándulas mamarias del sistema bronquial: tejido linfático asociado al bronquio (TLAB) y del lTLAI se asocian unas con otras y representan un sistema de defensa relativamente propio, que aporta una importante contribución a la síntesis de nuevos anticuerpos en la leche materna (13).

Alrededor de la mitad de los anticuerpos que se producen en el organismo son del tipo inmunoglobulina A (IgA). La inmunoglobulina predominante en las secreciones exocrinas que protegen las mucosas es la inmunoglobulina A secretora (IgAs). Los anticuerpos del tipo IgAs, son producidos localmente como dímeros de IgA con un polipéptido extra, la cadena J, por las células plasmáticas que se encuentran adyacentes a la porción basal de las células epiteliales de las glándulas exocrinas (mamarias, lagrimales y salivales, así como en las glándulas situadas en los sistemas respiratorio, digestivo y en el tractus urogenital). Los dímeros de IgA unidos por cadenas se ligan a una glicoproteína que constituye el componente secretor, que se produce por las células de la membrana del epitelio glandular. El complejo formado por la IgA, la cual es transportada a través de epiteliales y aparece en las secreciones exocrinas en la superficie de las membranas mucosas (13).

El eje entero-bronco-mamario está basado en el transporte de células linfoides desde las placas de Peyer donde radica el TLAI o el TLAB hasta el intestino delgado y en los bronquios hasta las glándulas mamarias donde estas producen IgAs (13).

Por intermedio del eje entero-bronco-mamario, la leche materna contiene anticuerpos IgA contra todos los microorganismos y antígenos alimentarios a que la madre ha sido expuesta.

Los componentes humorales y celulares de la leche materna se agrupan en: específicos y no específicos.

Componentes humorales específicos.-

Inmunoglobulinas.-

En la leche materna se han encontrado todas las clases de inmunoglobulinas. La mayor concentración se encuentra en el calostro y va decreciendo en la medida en que transcurre el tiempo de lactancia (13-15).

La inmunoglobulina que presenta mayor concentración en la leche materna es la IgA, principalmente en el calostro, pero su importancia no sólo radica en su concentración sino en su actividad biológica. De las inmunoglobulinas A existentes, la que mayor trascendencia presenta, es la IgAs, la que parece ser sintetizada en las células alveolares de la glándula mamaria. Es la inmunoglobulina predominante en la leche materna y constituye el 80% de todas las inmunoglobulina presentes en el calostro y la leche

La IgAs se caracteriza por su resistencia a los ácidos y por su capacidad de resistencia contras la digestión enzimática (13-17).

Los anticuerpos IgAs específicos se unen directamente a bacterias y virus, por lo que de este modo se inhibe la colonización del tractus gastrointestinal por microorganismos causantes de enfermedades (13-17).

La leche materna además contiene las demás inmunoglobulinas: IgM, IgG, IgD, IgE, pero en una menor proporción.

En la leche materna se han identificado anticuerpos bacterianos contra agentes productores de infecciones en lactantes y niños. Entre ellos podemos citar los anticuerpos contra Vibrio cholera, enterotoxinas de E. Coli, Shigella, Salmonella, Campylobacter, Hemophilus influenzae tipo B , Klebsiella pneumoniae y Clostridium tetani entre otros, también han sido identificados en la leche materna un número considerable de anticuerpos contra virus que causa enfermedades y muerte entre los lactantes y niños menores de 5 años. Los anticuerpos virales presentes en la leche materna tienen acción contra: Rotavirus, que son considerados los agentes causales más comunes de diarreas (26), Poliovirus 1, 2 y 3, agentes causales de la poliomielitis, Coxsackie, virus Sincitial respiratorio (principal agente causal de la bronquiolitis del lactante), ECHO virus 6 y 7, Rinovirus, virus de la parotiditis, herpes virus 6 (HH V-6) agente causal del exantema súbito entre otros.(6,9,13-17).

Componentes humorales no específicos.-

Independientemente de los anticuerpos bacterianos y virales presentes en la leche materna, ella posee una serie de factores antibacterianos no anticuerpos que tienen acción protectora contra un grupo de agentes bacterianos productores de infecciones durante los primeros años de vida. Entre ellos se hallan los siguientes:

Factor bífido.-

Estimulador del crecimiento de bacterias bífidas. Es un bacilo anaerobio, inmóvil, grampositivo que alcanza niveles elevados en el intestino delgado de los lactantes. Mantienen una marcada acidificación intestinal y en unión de la IgAs y lisozima, antagonizan la implantación y desarrollo de gérmenes intestinales como E. Coli, Shigella y otros. Compiten con la Escherichia Coli en la formación de la flora intestinal y facilitan la flora normal (Gram + ) del niño lactado al pecho. Inhibe el crecimiento de bacterias gramnegativas como Escherichia Coli, Shigella, entre otras, también ejercen su acción sobre algunos protozoarios (6,9,13-17).

Componentes C3 y C4.-

Los componentes C3 y C4 del complemento tienen la habilidad de producir la lisis bacteriana al unirse con anticuerpos específicos (IgAs). Actividad contra Escherichia Coli.

Lactoferrina.-

Glicoproteína producida en las células epiteliales por los granulocitos neutrófilos y monocitos macrófagos. Es a su vez una enzima fijadora de hierro que normalmente se encuentra saturada en el 50%, cuando se satura completamente, pierde su acción. Su principal función es la captación del hierro exógeno que llega al intestino antes de que se una o se transporte el hierro endógeno de la leche. Tiene una elevada concentración en el calostro. Acción bacteriostática potente contra Estafilococo aureus, Escherichia Coli, Vibrio cholerae y Pseudomona aeruginosa por bloqueo de la síntesis de ARN de las bacterias. Inhibe el crecimiento de la Cándida albicans (6.9,13).


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Lisozima.-

Se considera una enzima termoestable ácido-estable, tiene propiedad de separar los péptidos de la pared celular bacteriana. Acción bactericida en presencia de IgAs y del factor C3 del complemento contra E. Coli y Salmonella. Desarrolla acción bacteriostática en presencia de vitamina C contra enterobacterias y gérmenes grampositivos (6,13).

Lactoperoxidasa.-

Enzima que actúa por oxidación bacteriana contra E. Coli y Salmonella.

Ácido neuramínico.-

Su acción es bacteriostática sobre E. Coli y Estafilococo aureus.

Proteína no anticuerpo.-

Factor antibacteriano cuyo mecanismo de acción es inhibir la adherencia bacteriana del V. Cholerae.

Gangliósidos.-

Factor antibacteriano cuya acción radica en interferir la fijación de enterotoxinas a GM 1, que es un receptor celular gangliósido membrana. Actúa contra las enterotoxinas de la E. Coli enterotoxigénica (ECET) y del V. Cholerae.

Proteína insaturada unida a vitamina B 12.-

Proteína de elevado peso molecular. Hace que esta vitamina sea utilizable por la bacteria para su crecimiento (13-17).

Globotriaosylceramide (Gb-3).-

Factor antibacteriano conocido por su capacidad de unirse a la toxina shiga y a las toxinas shiga (SLT-1 y SLT-2).
Estas toxinas están vinculadas con el desarrollo del síndrome hemolítico-urémico.

Lipasa estimulada por sales biliares.-

Es considerada el principal inactivador de protozoos. Es la más potente de las lipasas contenidas en la leche materna. Necesita la presencia de sales biliares para activarse. Posee actividad giardicida y amebicida in vitro (13).

Lípido.- (Ácido graso insaturado y monoglicéridos)

Factor antiviral no específico cuya acción consiste en la inactivación de la envoltura lipídica de los virus tales como: herpes simple, influenza y dengue 1-4.

Allfa-2 macroglobulina.-

Factor antiviral cuyo mecanismo de acción es inhibir la actividad de la hemaglutinina y actúa contra virus de la influenza y parainfluenza.

Alfa-1 antitripsina.-

Factor antiviral no específico que produce la inhibición de los virus dependientes de la tripsina. Su acción principal es contra los rotavirus (13).

Macromolécula no lipasa.-

Factor antiprotozoario cuyo mecanismo de acción es desconocido, pero se estima que ejerce su acción contra la Giardia lamblia.

Interferón.-

Son potentes estimuladores de la citotoxicidad de los leucocitos en ausencia de anticuerpos.

Componentes celulares de la leche materna.-

Comprende los macrófagos, los leucocitos polimorfonucleares y los linfocitos “B” y “T”.

Macrófagos.-

Los macrófagos de la leche materna muestran los mismos criterios morfológicos y citoquímicos de los macrófagos maduros de los tejidos. Pueden fagocitar y destruir una serie de agentes bacterianos como la E. Coli, Estafilococos aureus y Salmonella, además actúan contra la Cándida albicans y el virus del Herpes simple-1.

Granulocitos neutrófilos.-

Son células con marcada actividad fagocítica y que se encuentran en la leche materna en cantidades mínimas.

Estudios realizados por diferentes autores coinciden en afirmar que su principal función radica en la defensa del tejido mamario y no la de impartir la inmunocompetencia materna al neonato (13)

Linfocitos “B”.-

Son células con inmunoglobulinas de superficie IgA, IgG e IgM.

Linfocitos “T”.-

Constituyen el 50% de la población de la leche materna. Su función en la leche materna se desconoce, aunque se supone que contribuye a la defensa de las glándulas mamarias contra las infecciones virales (6,9,13).

El desarrollo tanto físico como psíquico y social del niño desde su nacimiento, se sustenta en la maduración de las estructuras cerebrales durante los primeros años de vida. El sistema nervioso central del niño, es por tanto un órgano dotado de enorme plasticidad, cuyo desarrollo viene condicionado por la existencia de un programa genético y por todo un conjunto de influencias externas, tales como interacciones con los padres, estímulos sensoriales, ambientales, alimentación, enfermedades, etc.(13,17).

Bases de la lactancia.-

Patrones de succión.-

Reflejos de alimentación.- La succión y la deglución son regulados por el sistema nervioso central y por lo tanto depende de la integridad de:

- Tallo encefálico.
- Nervios craneales.
- Bulbo raquídeo.
- Ganglios basales.
- Centros corticales.
- Músculos (lengua, boca y faringe).

Reflejos:

Reflejo de deglución.- Aparece desde las 12 semanas de gestación y de las 32 a las 34 semanas, el bebé san puede deglutir bien.

Mecanismos:

- La parte posterior de la lengua se eleva con movimientos hacia atrás.
- La lengua ase desplaza hacia arriba.
- El paladar blando cierra la comunicación con la nasofaringe formando una pared posterior en la cavidad bucal.
- La epiglotis se mueve hacia abajo ocluyendo.
- La parte posterior de la lengua cierra la cavidad bucal y los músculos faríngeos impulsan el líquido hacia el esófago.


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 Reflejo de succión.-

Se hace evidente a las 28 semanas.

Mecanismos.- Movimientos rítmicos y coordinados de la mandíbula y lengua, que tiene como finalidad la extracción de la leche.(6,9,17).

 Reflejo de búsqueda.-

Se le llama también de los “signos cardinales”, se encuentra presente desde las 32 semanas de vida intrauterina.

La técnica correcta para el amamantamiento se plantea que debe ser la siguiente:

El pecho debe sostenerse con los dedos en forma de “C”.

. Rozar con el pezón los labios del niño para que abra la boca.
. Dejar la nariz libre para respirar.
. Con los labios evertidos y abarcando parte de la areola.
. El mentón tocando el pecho materno.
. La cara mirando hacia el pecho.

Si el niño no mama bien, hay que verificar que no hay ningún error en la técnica, pues si solo abarca el pezón, no se produce una extracción efectiva de la leche, por tanto no queda satisfecho, rechaza el pecho y su ganancia de peso es insuficiente, además el pezón puede sufrir escoriaciones y aparecer dolor que reduce la frecuencia y la duración de las tetadas. Si esto ocurre, trae como consecuencia congestión mamaria y riesgo de mastitis. Si no se detectan y corrigen estos fallos a tiempo, fracasa la lactancia materna.

 Ventajas de la lactancia materna:

Para el niño:

- Nutrición adecuada desde el nacimiento.
- Mejor crecimiento y desarrollo.
- Emocionalmente se desarrolla mejor.
- No necesita tomar agua.
- No se le deforma su fascie.
- Mejores niveles de inmunidad.

Para la madre:

Desprendimiento placentario más rápido y fácil.

- Mejor contracción uterina.
- Disminución del uso de oxitocina.
- Evita la congestión mamaria.
- Disminuye el riesgo de cáncer de mama y ovario.
- Ahorra tiempo y dinero.
- Método anticonceptivo inocuo.
- Relación más amorosa con su hijo.(9)

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1- Araujo Pereira V, Midlej de Joaquín, Falcao Pimentel E y Macedo García DM. El crecimiento de los niños alimentados exclusivamente con leche materna durante los primeros 6 meses de vida. Boletín de la Oficina Panamericana 1991; 110 (4): 311-8.
2- Valdez J. Lactancia Materna: Rev. Cub. Ped. 1990; 62 (4): 560-5.
3- Suárez García O, Gorrita Pérez RR. Algunos factores epidemiológicos asociados a los diferentes patrones de lactancia en el primer semestre de vida. Revista de Ciencias Médicas La Habana (periódica en línea). 2007, 13 (1). Disponible en: http://www.cpicmha.sld.cu/hab/vol13_1_07/hab02107.htm Acceso: 22 septiembre 2008
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