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Metodos para mitigar el estres en los equipos de intervencion. Defusing y Debriefing
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Autor: María José Aguilera Moreno
Publicado: 11/07/2012
 

Trabajadores inmersos en la asistencia, prevención e intervención en situaciones de difícil tratamiento, son víctimas ocultas que de alguna u otra forma se afectan ante una situación traumática. Son personas con un nivel alto de tolerancia al estrés y a los cambios y a los retos que el promedio de la gente. Son detallistas, se orientan por la acción, tienen una gran necesidad de controlar la situación y a sí mismos y también obtienen gran satisfacción al ayudar a otros. Estas características de personalidad permiten a estos equipos, desenvolverse bien en el trabajo e incrementar su habilidad para anticiparse a peligros ocupacionales.


Metodos para mitigar el estres en los equipos de intervencion. Defusing y Debriefing .1

Métodos para mitigar el estrés en los equipos de intervención. Defusing y Debriefing

Mª José Aguilera Moreno. DUE. Máster Universitario en Counseling e Intervención en Urgencias, Emergencias y Catástrofes

Loja. Granada

Métodos para mitigar el estrés en los equipos de intervención. Defusing y Debriefing

EL ESTRÉS

Son proceso físicos, psicológicos y de comportamiento que se desarrollan cuando existe un exceso de demandas internas y externas --así percibidas por el sujeto-- en base a procesos cognitivos, creencias, pensamientos, interferencias, interpretaciones, predicciones—, y que sobrepasan sus capacidades para poder satisfacerlas.

Así en el proceso de estrés intervienen tres factores:

• 1. El factor estresante (cualquier estímulo interno o externo que lo provoca.).
• 2. La manera cómo la persona percibe al estresante (la personalidad, experiencias de vida, experiencias previas, etc.).
• 3. La percepción de los propios recursos de la persona para enfrentar las demandas internas (necesidades y carencias) y las externas (el entorno).

Todo cambio, ya sea una experiencia positiva o negativa, o un suceso bueno o malo, precisa de una adaptación, que a su vez requiere energía. Sin embargo, los recursos de la personas no son infinitos, y demasiados cambios pueden producir estrés, dando lugar a un amplio rango de síntomas fisiológicos, psicológicos y conductuales que acabarán repercutiendo en la calidad de vida y en el funcionamiento de la persona.

El desgaste profesional, el dolor, la frustración, los conflictos, hacen que el trabajador dedicado a labores de asistencia, intervención, prevención, orientación y atención a la población, esté expuesto al estrés y manifieste síntomas de agotamiento físico y psíquico, con sentimientos de impotencia y desesperanza, extenuación emocional y un autoconcepto negativo y de actitudes negativas hacia el trabajo, la vida y los demás.

Sin embargo, no toda circunstancia trágica o desagradable o de fatiga, causa estrés. Existen estados de estrés que nos permiten ir adaptándonos a las circunstancias de la vida y sin la presencia de ciertos niveles de estrés, caeríamos en un estado de apatía y aburrimiento, disminuiría nuestra motivación y nuestro cuerpo carecería de sensaciones. Tampoco podríamos progresar ni desarrollarnos.

Podemos representar el estrés como la tensión necesaria de las cuerdas de una guitarra; si están flojas, el sonido será desastroso, si se tensan demasiado se corre el riesgo de reventarlas. El secreto consiste en darles la tensión correcta, esto es, afinarlas de manera que produzcan sonidos melodiosos. (Cornejo, 1993).

Incidente Crítico en Estrés

Trabajadores inmersos en la asistencia, prevención e intervención en situaciones de difícil tratamiento, son víctimas ocultas que de alguna u otra forma se afectan ante una situación traumática. Son personas con un nivel alto de tolerancia al estrés y a los cambios y a los retos que el promedio de la gente. Son detallistas, se orientan por la acción, tienen una gran necesidad de controlar la situación y a sí mismos y también obtienen gran satisfacción al ayudar a otros. Estas características de personalidad permiten a estos equipos, desenvolverse bien en el trabajo e incrementar su habilidad para anticiparse a peligros ocupacionales.

Este personal también experimenta reacciones de estrés cuando se exponen a experiencias de violencia, historias horrendas que escucha o ve, muerte, el accidente serio o situación traumática que experimenta algún compañero mientras está realizando su labor, incidentes de causas múltiples, violencia, enfermedad, muerte o accidente grave de niños, condiciones del accidente o desastre; a esto le llamamos incidentes críticos en estrés
El incidente crítico produce una serie de reacciones físicas, emocionales, conductuales, cognitivas, y potencialmente puede interferir emocionalmente, en las habilidades para actuar en el lugar de trabajo en forma inmediata, o posteriormente en el retorno a la rutina laboral y familiar: este es el estrés del personal de primera respuesta

Es importante tener siempre en mente, que un incidente crítico causa estrés y se espera alguna reacción psicológica no solo de parte de las personas afectadas sino también de los miembros del (los) equipo(s) que intervinieron o presenciaron o se enteraron del incidente. Es importante también conocer qué tipos de reacciones se esperan y subrayar qué son respuestas normales que deben ser compartidas y aceptadas, y recordar que si se necesita ayuda, ésta está disponible.

Recuerde, los incidentes críticos pueden tener consecuencias serias desde el punto de vista de la salud bio-psico-social en los individuos, si no son tratados oportuna y adecuadamente.

REACCIONES DE ESTRÉS A INCIDENTES CRÍTICOS

Hay dos tipos de reacciones de estrés a incidentes críticos; estos son: reacciones de distrés agudo y reacciones de distrés retardado. Los signos o síntomas de estrés negativo (distrés) que aparecen durante o inmediatamente después de una experiencia traumática, son considerados como reacciones de distrés agudo. Los signos que aparecen en cualquier momento, luego de varios días o varios meses después de haber concluido el incidente crítico, son reacciones de distrés retardado.

El reconocimiento temprano de las reacciones de distrés agudo y distrés retardado es importante si se quiere una asistencia adecuada para el personal. Los, directores, supervisores, jefes de equipo deben entender que el personal que sufre de reacciones agudas o retardadas al estrés son personas normales con reacciones normales a eventos anormales.

DISTRÉS AGUDO

Se presentan durante o inmediatamente después del incidente crítico. Presenta los siguientes signos:

1. Síntomas Cognitivos: Dificultad para tomar decisiones. Aparecen confundidos o desorientados y no son capaces de concentrarse; dificultad para pensar con claridad, incapacidad para recordar órdenes o facetas del incidente, dificultad para realizar más de una tarea cuando se les ha ordenado una serie de indicaciones. En ocasiones, algunos pueden tener visiones instantáneas o imágenes intrusas de escenas del incidente como si estuviera ocurriendo en el presente.

2. Síntomas Físicos: Se puede experimentar una gran variedad de síntomas físicos; los más comunes son: sudor excesivo, temblores musculares, dolor de cabeza, mareos, falta de coordinación, náuseas, estómago descompuesto. Otros que requieren de una inmediata atención médica son: dolor de pecho, hiperventilación, taquicardia, presión arterial alta, shock, arritmia cardiaca.

3. Síntomas Emocionales: El personal que trabaja con situaciones conflictivas y estresantes y traumáticas, tiende a suprimir los signos emocionales porque han aprendido que las emociones descontroladas en la escena puede interferir con su trabajo. Los signos de estrés toman la forma de sentimientos de insensibilidad, sentimientos de agobio y shock. Muchos reportan que desarrollan ansiedad, miedo, distanciamiento y la sensación de que la situación es irreal; también pueden sentir cólera y resentimiento y sentimientos de culpa y melancolía.

4. Síntomas comportamentales: Aislamiento o evitación del contacto con otros, inhabilidad para realizar tareas que antes manejaba, explosiones emocionales, humor excesivo o hablar demasiado, hiperactividad o silencios prolongados.

DISTRÉS AGUDO EPISÓDICO

Existen individuos que presentan con cierta frecuencia, síntomas de estrés agudo. Por lo general sus vidas están tan desordenadas que siempre parecen estar hundidas en la crisis y el caos. Van siempre corriendo, pero siempre llegan tarde. Si algo puede ir mal, va mal. No parecen ser capaces de organizar sus vidas y hacer frente a las demandas y las presiones que ellos mismos se infligen y que reclaman toda su atención. Parecen estar permanentemente estresados con la sensación constante de urgencia en todo; incapaces de relajarse y tomar las cosas con calma y tranquilidad.

Los que padecen este tipo de distrés reaccionan de forma descontrolada y vehemente. Se irritan con facilidad y se muestran inseguros, ansiosos y tensos. A menudo se describen a sí mismos como personas "nerviosas". Siempre tienen prisa, tiendes a ser bruscos y a veces su irritabilidad se convierte en hostilidad, que tienden a racionalizar. Las relaciones interpersonales se deterioran rápidamente cuando los demás reaccionan con hostilidad real. Es frecuente que el lugar de trabajo se convierta en un lugar muy estresante para ellos.

Los síntomas son similares pero algo más amplios y variados que el distrés agudo: dolor de cabeza tensional persistente, migrañas, hipertensión, dolor torácico y cardiopatía, entre otros.

El tratamiento del estrés agudo episódico requiere la intervención a diferentes niveles, generalmente requiere la ayuda profesional y puede durar varios meses.


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DISTRÉS RETARDADO

Las reacciones de distrés retardado pueden tener algunas de las mismas reacciones cognitivas, físicas, emocionales y comportamentales que aparecen en las reacciones agudas al estrés. Aparecen en cualquier momento, luego de varios días o varios meses después de haber concluido el incidente crítico.

Signos importantes pueden ser: crisis de llanto, irritabilidad intensa con compañeros y familiares, sentimientos de culpa, fracaso y depresión, inhabilidad para concentrarse en los aspectos rutinarios de su trabajo, perturbaciones del sueño, cambios en los hábitos de comida, bajo interés en el sexo, conflictos maritales, aislamiento de las personas amadas.

Tres son los rasgos principales: imágenes intrusas (sueños, pesadillas y visiones momentáneas de escenas de la situación traumática o del incidente), temor a que se repita la situación y síntomas físicos o emocionales que no existían antes del incidente.

ESTRÉS POSTRAUMÁTICO

Algunos trastornos de estrés, llamados trastornos de estrés post traumático, pueden presentarse después que la persona haya sufrido un grave trauma o crisis.

Los eventos que pueden originar estos trastornos, pueden ser de diferente índole –desastres, accidentes, muerte, pérdida, actos violentos-- suelen encontrarse fuera de la esfera del dolor y pérdida ordinarios. Son experiencias que resultaran terribles para la persona y que provocan ansiedad, aún en personas que se supone tienen una excelente adaptación. En algunos casos, estos trastornos se manifiestan inmediatamente después de un hecho traumático o al cabo de poco tiempo. Pero en otros casos pueden transcurrir meses en los cuales la víctima parece haberse recobrado de la experiencia; luego, sin previo aviso, se advierten repentinamente los síntomas psíquicos. Algunas veces los síntomas desaparecen rápidamente, aunque pueden reaparecer semanas o meses después.

Personas con este trastorno, pueden funcionar bien en su vida ordinaria y de pronto rehúyen la vida social, lo mismo que las responsabilidades laborales y familiares. Con frecuencia los síntomas son insólitos. Algunos de estos síntomas son los siguientes: Episodios en los que se revive la situación traumática, en forma de imágenes intrusas en la conciencia o sueños reiterados en que se revive esta situación. Estallidos dramáticos de miedo, pánico o agresividad. Síntomas de ansiedad y depresión. Ideaciones suicidas, desapego emocional, falta de capacidad de respuesta al medio ambiente. Conducta evitativa a situaciones o lugares que le recuerden el trauma. El cuadro se agrava si la víctima consume sustancias psicotrópicas o alcohol.

Trastorno Persistente de la Personalidad tras Experiencia Catastrófica. En estos casos, la trasformación de la personalidad persiste después de una situación estresante catastrófica. Estos casos pueden considerarse como estados crónicos y secuelas irreversibles del trastorno de estrés post-traumático. Los síntomas son: Desconfianza permanente, aislamiento social, sentimientos de vacío o desesperanza, sentimiento permanente de estar constantemente amenazado, de "no poder mas" y de "estar al límite". Vivencia de extrañeza de sí mismo.

DESGASTE PROFESIONAL

Trabajadores cuya labor consistes en tratar reiteradamente con otras personas y/o que interviene en situaciones conflictivas y traumáticas o escucha historias muchas veces horrendas o de difícil tratamiento, están expuestas a demandas extraordinarias de tiempo, a condiciones especiales propias del trabajo y/o a emociones intensas por su labor con personas en situaciones difíciles. Puede experimentar entonces, un estrés crónico denominado desgaste profesional o Síndrome de Burnout, con características de agotamiento físico y psíquico, sentimientos de impotencia, temor, frustración y desesperanza, extenuación emocional, autoconcepto negativo y actitudes también negativas hacia el trabajo, la vida y las otras personas.

Este desgaste profesional surge de un proceso continuo que ha consistido en diferentes tentativas frustradas para afrontar las diversas condiciones estresantes del trabajo. En este proceso, el trabajador ha ido agotando su capacidad adaptativa y no logra disponer de los recursos suficientes para manejar adecuadamente el estrés que las demandas del trabajo le producen. Bajo estas condiciones, puede presentar entonces, reacciones manifiestas o encubiertas, que suponen para él una forma de aliviar la tensión experimentada y que significan un intento por adaptarse a la situación aunque lo haga por medios inadecuados Experimentará síntomas que se reflejan en una interacción negativa con el lugar de trabajo, el quipo o compañeros y las personas a las cuales tiene que atender. El trato con los demás puede volverse frío y despersonalizado y presentar sentimientos de inadecuación a las tareas que ha de realizar.

Podemos señalar las siguientes como reacciones típicas del desgaste profesional:

• Aislamiento, debido a una sensación de no poder dar más de sí mismo.
• Actitud impersonal hacia las víctimas y los miembros de su equipo.
• Muestras de cinismo, distanciamiento y aludir a las víctimas con formas y frases despectivas e impersonales.
• Culpar a los demás de sus frustraciones y no enfrentar responsabilidades.
• Sentimientos de inadecuación personal y profesional.
• Paradójicamente, ante la amenaza inconsciente de sentirse incompetente, puede presentar sensaciones de omnipotencia, que lo hace dar una imagen ante los demás de interés y dedicación inagotables.
• Desciende su eficacia y compromiso laboral. Falla en la labor, y su rendimiento es mediocre o bajo

Puede inclusive, causar sin intención, errores que pueden perjudicar la labor y al equipo.

Las causas probables del desgaste profesional pueden ser múltiples, pero se destacan las siguientes:

• Sobrecarga de trabajo y/o aburrimiento y falta de estimulación en el trabajo.
• Crisis en el desarrollo de la carrera profesional.
• Aislamiento
• Pobres condiciones económicas.
• Bajas expectativas de refuerzo y altas expectativas de castigo o rechazo por parte de jefes, autoridades y compañeros de equipo.

Álvarez y Fernández (1991) describen los siguientes síntomas:

• ¬ Síntomas psicosomáticos de aparición temprana, entre los que se incluyen quejas de fatiga crónica, cefaleas, úlcera u otros trastornos digestivos, pérdida de peso, etc.
• ¬ Síntomas y signos conductuales: ausentismo laboral, abuso de alcohol, fármacos u otras drogas, comportamientos de alto riesgo, conflictos familiares, etc.
• ¬ Síntomas y signos emocionales: distanciamiento afectivo, irritabilidad, baja autoestima, dificultades de concentración, recelos, ideas de suicidio.
• ¬ Signos defensivos: negación de las emociones, atención selectiva, ironía, racionalización, desplazamiento de afectos

ESTRATEGIAS DE PREVENCIÓN

Es responsabilidad de la institución y de los directivos y jefes tomar en cuenta los siguientes factores para prevenir el desgaste profesional en los trabajadores:

• Revisar las condiciones laborales y la personalidad del trabajador y su disponibilidad de estrategias adecuadas para el afrontamiento a situaciones estresantes en el ámbito laboral, con el objeto de lograr un ajuste psicológico adecuado entre los factores personales y los factores y exigencias propias de la labor que realizan.
• Observar las interacciones entre las condiciones de trabajo, necesidades y expectativas del trabajador y la influencia de las costumbres, cultura y las condiciones personales fuera del ámbito laboral.
• Tener presente que el agotamiento emocional en el trabajo afecta la vida familiar, social y la eficiencia en el trabajo.
• Entrenamiento continuo y preparación para la labor que tienen que desarrollar.
• Entrenamiento y práctica en técnicas de autocontrol emocional y desarrollo personal
• Revisión de políticas, organización, planes y proyectos que podrían no estar de acuerdo con las expectativas o el entusiasmo del trabajador, o que se dilatan en su aplicación.

MANEJO DEL ESTRÉS

Es responsabilidad de directores y jefes de equipo, orientados y asistidos por el psicólogo y personal de salud, de cuidar no solamente la salud física y mental del personal a su cargo, sino también el de prevenir y protegerlos de los efectos destructivos del estrés.

La meta principal de toda prevención es que el equipo de primera respuesta –bomberos, rescatistas, policías, fiscales, médicos-- y trabajadores cuya labor consiste en el trato constante con el público y personas inmersas en conflictos de difícil tratamiento, cumpla con éxito sus funciones y el trabajador que de una u otra forma se encuentre afectado por incidentes críticos, regrese a su trabajo en cuanto pueda, pero recuperado. Se ha comprobado que el retardar la asistencia, intensifica la reacción al estrés y complica la recuperación.


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Manejo del Distrés Agudo

El estrés agudo puede aparecer en cualquier momento de la vida de cualquier persona, es fácilmente tratable y tiene una buena respuesta al tratamiento.

Para prevenir síntomas y reacciones:

• Proporcione períodos de descanso. Esto permitirá la recuperación rápida y que el trabajador, algo más relajado, retome sus actividades.
• Monitoree el progreso. Si no observa mejora, extienda el período de descanso por más tiempo.
• Reduzca el estímulo. Permita al individuo que se mueva, camine, se siente, que haga como él quiera. La única restricción es alejarlo de la escena o la situación perturbadora.
• Estimule la discusión. Deje que la persona hable y diga lo que quiera. Invítelo a hablar sobre lo que pasó, pero no lo fuerce a ello.
• Reduzca el nivel de tensión. Reduzca los niveles de tensión diciéndole al individuo que la situación por la que está atravesando no es inusual o anormal y que a pesar de que es una experiencia incómoda, puede atravesar la crisis con un poquito de ayuda.
• Reduzca la desorientación. Ayude al individuo a que se centre en sus habilidades de razonamiento y no en sus sentimientos.

Manejo del Distrés Retardado

Reconocer los efectos. El primer paso para manejar el estrés es que el individuo lo reconozca y que reconozca también sus efectos.

Técnicas de Intervención (defusing y debriefing). Si hay más de un miembro que está experimentando el distrés retardado, es aconsejable realizar un debriefing. Este consiste en una reunión de grupo liderada por un psicólogo especialmente capacitado. Esto permite al personal la oportunidad de expresar sus pensamientos, emociones y reacciones en relación con el evento. Es un proceso estructural que es muy positivo en la orientación y disminuye todo el impacto negativo del evento, mientras acelera la recuperación personal.

Técnicas de Autoayuda: Son técnicas individuales o grupales, que nos enseñar a aceptar el cambio y aprender las mejores formas de llevarlo a cabo voluntaria y favorablemente: Técnicas de relajación, imaginería, meditación, ejercicios físicos, material bibliográfico, etc.

Tratamiento individual. Si el caso es de un solo miembro del equipo o los síntomas son más acentuados, es recomendable un servicio similar al anterior, pero con bases individuales; o si es necesario, referirlo a un tratamiento breve con un psicólogo especialista. Es importante asegurarse, sin embargo, que el psicólogo especialista esté muy familiarizado con la personalidad del personal que labora en este tipo de instituciones así como con la naturaleza del trabajo que realizan. El tipo de ayuda equivocada y la ayuda del profesional equivocado, será más dañina que la falta total de ayuda.

CREENCIAS IRRACIONALES SOBRE CÓMO REDUCIR EL ESTRÉS:

Las vacaciones me harán olvidar todo. Es indispensable descansar y no pensar en nada. El estrés no existe en vacaciones.
El alcohol o las drogas me harán sentirme bien y permitirá relajarme por un rato y olvidarme de todo.
Tomar una pastillita o un medicamento reducirá el estrés.
Pensamientos o lamentaciones "si yo no lo hubiera dejado ir…", "si yo lo hubiera acompañado…", "si hubiera tenido más tiempo…".
Frases como "cuando tenga un tiempo libre…", "cuando tenga más dinero…", "cuando me vaya de aquí…", "cuando no tenga más problemas…".
Frases como "tú tienes la culpa…", "si no hubieras hecho…",

La vida está llena de dificultades y problemas; no afrontarlas en su momento agrava sus consecuencias. La solución no está en la evasión, negación o culpa propia o de otros La solución es conocer las señales del estrés, aprender a administrarlo y buscar formas para manejarlo y buscar ayuda especializada cuando el caso lo requiera.

TÉCNICAS DE INTERVENCIÓN

La escasa sensación de control o las pocas posibilidades de ejercer cambios en las situaciones de emergencia-catástrofe, están en la base de lo que denominamos indefensión aprendida, puesto que resulta difícilmente asimilable para la persona el aluvión de estímulos estresantes sobre los que apenas ha podido influir para hacerlos cambiar. Tanto la ocurrencia de este tipo de procesos, como todo lo antedicho sobre las peculiaridades de las situaciones de crisis y emergencia, hacen importante la intervención psicológica con los intervinientes para mitigar las consecuencias negativas.

Los efectos del estrés acumulado durante la intervención son facilitadores de cuadros psicopatológicos, siendo prototipos el Trastorno por estrés postraumático (TEP) o incluso el Burnout (caracterizado por agotamiento emocional, despersonalización y falta de adaptación profesional), muy relacionado este último con los trabajos realizados bajo condiciones de elevado estrés.

El principal objetivo inmediato con trabajadores expuestos a situaciones estresantes, conflictivas y traumáticas es el de minimizar la severidad y duración del trauma emocional. Se debe permitir la expresión de sus emociones y ayudarlos a entender y comprender sus sentimientos y los efectos psicológicos que puedan aparecer algunas semanas después.

La intervención con este grupo ha de comenzar con los planes de formación, continuando con el apoyo técnico y social lo antes posible después del incidente crítico (Defusing); el trabajo clínico preventivo durante estas horas de inicio de la catástrofe se debe dirigir a mitigar los efectos de agotamiento psíquico y desgaste que llevan a los primeros síntomas de TEP o Burnout. El trabajo posterior a la crisis se debe centrar en el debriefing.

1. EL DEFUSING

Tras un incidente crítico, algunos empleados pueden experimentar estrés emocional severo y requerir asistencia urgente. Se utilizaría aquí la Desactivación del Incidente Crítico (CID-Critical Incident Defusing), que es una terapia individual ofrecida por psicólogos especialistas para los empleados/intervinientes que experimenten estas formas severas de estrés, a realizar tan pronto como sea posible después del incidente.

El Defusing es una técnica útil para ayudar a personas que intervienen o hayan intervenido en un evento doloroso o traumático. El objeto es aliviar los efectos de esta experiencia, antes de regresar a sus hogares o a sus servicios acostumbrados. La reunión se realiza inmediatamente después de haberse concluido el evento. Tiene una duración aproximada de 20 minutos a una hora y consiste de tres fases: (1) introducción, (2) búsqueda, (3) información

Durante el Defusing, los participantes, con la ayuda del jefe, coordinador o encargado del grupo, conversan libremente sobre las impresiones y vivencias experimentadas durante el evento. Mientras los participantes hablan, el jefe o encargado irá identificando aquellos elementos que vayan reconociéndose como reacciones de estrés y aquellas reacciones que son características de trauma. La propósito es una identificación o reconocimiento dirigido, de reacciones y síntomas, con el fin de que la persona pueda ir aceptando sus propias reacciones e ir considerándolas normales y generadas por estas circunstancias particulares. El jefe o coordinador, describe además, las diferentes modalidades de afrontamiento al estrés y a eventos traumáticos.

En ocasiones, el Defusing puede servir como procedimiento sustitutorio de la sesión del debriefing, sin embargo hay señales de que los participantes necesitan de mayor soporte y ayuda y esto lo da el Debriefing, por tanto, el proceso de defusing debería ser seguido por el debriefing.

2. DEBRIEFING

El Debriefing de un Incidente de Estrés Crítico es una actividad de grupo en la que participan todos los intervinientes directamente implicados o que han sido testigos de un incidente crítico. Se llevará a cabo preferentemente después de que se hayan concluido todos los servicios e investigaciones post-incidente; como norma general, para que el debriefing sea efectivo debe ser completado dentro de las 72 horas siguientes al incidente crítico, siendo la recomendación que se haga dentro de las 24 horas.

El debriefing se basa en el modelo de Mitchell (1983), y consiste en los procesos siguientes:

- Fase de hechos. Elicitar los hechos: qué, dónde, cuándo y cómo pasó.
- Fase de pensamiento. Conduce la discusión a perspectivas personales del incidente y prepara para la siguiente fase.
- Fase de reacción. Extrae los sentimientos individuales resultantes del incidente a la superficie, tanto como los participantes deseen hacerlo.
- Fase educacional. Vuelve a los participantes a niveles funcionales. Da información acerca de las reacciones de estrés que estén ocurriendo o que probablemente ocurran y se dan también formas prácticas para manejar estas reacciones.
- Re-entrada/fase resumen. Se resumen los puntos pertinentes que se desarrollaron durante el debriefing y se distribuyen folletos informativos para los intervinientes y sus familias.
- Post debriefing. Disponibilidad del psicólogo para cualquier contacto.


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Las consecuencias psicológicas de una experiencia traumática –a menudo subestimada-- provocan un deterioro más o menos lento de la capacidad adaptativa y socio-comunicativa de un individuo. En tal sentido, una intervención psicológica es de fundamental relevancia.

El Debriefing es un instrumento importante que ofrece alivio a la persona a la vez que le posibilita la exteriorizar y comparar sus ideas, recuerdos y emociones perturbadoras con las de otras personas, de modo tal que el sujeto víctima pueda comprenderlas y normalizarlas.

La técnica consiste en una sola sesión con el objeto de hacer un análisis detallado del incidente y la recapitulación de las ideas, sentimientos, reacciones emocionales y de comportamiento que se manifestaron durante y después de los hechos.

Este procedimiento también suministra información (normas de comportamiento) sobre algunos aspectos significativos, que permitan la integración del evento estresante, conflictivo o traumático, a la experiencia previa del individuo como persona.

La técnica permite que las personas involucradas expresen verbalmente su angustia y comprendan sus propias reacciones de estrés, de tal modo que no se refuerce en ellas, una interpretación equivocada sobre el evento.
Es una reunión estructurada, organizada que se realiza después de un episodio particularmente perturbador. Está dirigida a grupos, aunque también se utiliza en forma individual. Su objetivo es prevenir problemas emocionales y proteger la salud mental de aquellos que han sido víctimas de un evento estresante, conflictivo, doloroso o traumático.

La composición del grupo es un componente importante en este tipo de intervención, pues es el grupo el que facilita la dinámica de cada una de las fases que componen esta técnica. El éxito cognitivo de la misma, se obtiene cuando cada uno de los participantes logra describir, a título individual, lo que le ocurrió durante el evento. Recogida la experiencia de todos los participantes, se intenta confeccionar un cuadro detallado y completo de todo el evento.

La composición del grupo es también importante, especialmente en la fase de los síntomas, pues el solo hecho de que otras personas experimente reacciones similares, contribuye a normalizar estas reacciones. Esta experiencia es útil pues integra la experiencia vivida desde el punto de vista de la víctima.

La base y la lógica del Debriefing son relativamente simples y solo se evidencia la complejidad de su dinámica cuando surgen síntomas graves de estrés en alguno de los participantes. Su importancia radica en el hecho de que sirve como técnica de prevención para el surgimiento de estrés post-traumático.

El debriefing se realiza con los siguientes propósitos:

1. Ofrecer un espacio en el que poder manifestar y compartir las experiencias vividas.
2. Detectar las posibles consecuencias psicológicas en los intervinientes.
3. Normalizar las consecuencias y reacciones ante las situaciones vividas.
4. Informar sobre la problemática de la continuidad en el tiempo de los síntomas.
5. Ofrecer apoyo psicológico individualizado.
6. Dar una revisión profesionalmente guiada del impacto del incidente en la vida de la persona.
7. Permitir la ventilación de las emociones.
8. Educar acerca de reacciones de trauma.
9. Avisar acerca del manejo de síntomas.
10. Minimizar el potencial para desarrollar problemas psicológicos.
11. Asistir a la persona para volver a niveles normales de funcionamiento.
12. Identificar a sujetos que podrían necesitar consejo adicional.

Es importante subrayar el hecho de que esta técnica no necesariamente impide el surgimiento de un disturbio post-traumático; sin embargo puede ser útil al individuo porque le proporciona herramientas que le permitan limitar, comprender y emprender iniciativas posteriores. La sesión de Debriefing es, por lo tanto, una técnica de intervención que entra dentro de la óptica de la prevención primaria y su eficiencia se observa con el tiempo.

PROCEDIMIENTO:

Lapso de aplicación: El Debriefing es una sesión única que se recomienda aplicar a las 24 o 48 horas de finalizado el evento, dejando un tiempo prudencial para que las personas involucradas se recuperen de la primera conmoción física y emocional. La intervención puede aplicarse después, pero no es recomendable hacerlo luego de 12 semanas de haber sucedido el evento, pues con el tiempo los recuerdos se vuelven confusos y esto reduce la eficacia de la intervención.

Duración de la sesión: Se trata de una sesión única cuya duración es de aproximadamente cuarenta y cinco minutos a tres horas. La duración depende del número de participantes y de la complejidad de la situación.

Ambiente: En la medida de lo posible, el lugar donde se aplique el Debriefing debe ser un lugar cerrado, sin interrupciones de ningún tipo. Los celulares apagados. Según el tamaño del grupo, lo más conveniente es hacerlo en círculo y si es posible, alrededor de una mesa. Sin embargo, si el caso lo requiere, se puede utilizar el sistema que se utiliza en la terapia de grupo, que deja un espacio vacío al centro.

El Conductor: El debriefing debe ser conducido por una persona acreditada y debe estar asistido por uno o dos colaboradores. No se permiten observadores.

El conductor del grupo debe ser preferentemente un profesional capaz de delinear los objetivos, dirigir los tiempos, facilitar el proceso de elaboración y evitar el surgimiento de procesos destructivos. Debe estar familiarizado con el trabajo del grupo.

• Tener conocimientos sobre reacciones de estrés, ansiedad y tipos de tratamiento. Estar además familiarizado con reacciones ante situaciones conflictivas, dolorosas y traumáticas.
• Dar las instrucciones y normas de comportamiento a los integrantes.
• Anotar la dinámica del grupo
• No permitir la entrada o salida del local a ninguno de los integrantes
• Dedicar más tiempo a aquellas personas que parecen estar particularmente afectadas.
• Hacer un informe escrito, detallando el evento.
Los colaboradores cumplen las siguientes funciones:
• Uno de los colaboradores –por lo general un compañero o persona capacitada—controlará las señales de malestar entre los miembros.
• Un segundo colaborar –vigilante-- impedirá el acceso no autorizado. Se encarga además, de asistir al participante que se aparte del grupo, acompañándolo y ofreciéndole apoyo y soporte individual. Si el caso lo requiere, trabaja con esta persona en forma individual o dispone que se le haga un seguimiento. En el caso de que uno de los participantes se niegue a seguir, lo apoya y acompaña fuera de la reunión y le ofrece soporte individual o dispone un seguimiento. Si es oportuno, lo invita a ingresar nuevamente al grupo.

Composición del grupo: El grupo debe estar conformado por 8 a 15 personas, a menos que las circunstancias sean especiales. Sin embargo, si el número de integrantes es mayor de 15, el grupo se puede dividir en subgrupos.

FASES DE LA SESIÓN ÚNICA DE DEBRIEFING:

1. Introducción

La introducción debe ser clara, específica y estar basada en un esquema preciso para reducir el riesgo de que algo salga mal --de allí su importancia. Durante esta fase se presenta al equipo que va a conducir la reunión –conductor, colaborador 1 y colaborador 2— y se presentan los participantes entre sí. Se expone el tema, los objetivos, la descripción del proceso, se definen los límites, se invita a la confidencialidad. Se motiva al grupo y se procura la cohesión provisional.

Se inicia la introducción diciendo algo como lo siguiente: "Soy (el conductor dice su nombre y el nombre de los colaboradores…). Mi función durante esta reunión es… y la de mis colaboradores… Este procedimiento ha sido empleado con personas víctimas de un evento similar al que ustedes han experimentado. Participar en él ha sido para estas personas, de mucha utilidad. Por medio de su participación podremos compartir algunas impresiones y estados de ánimo que nunca antes habíamos experimentado. Así nos daremos cuenta de que ciertas impresiones y estados de ánimo también son compartidas por otras personas y por lo tanto son normales. Este intercambio de impresiones y de estados de ánimo les ayudará a reconocer ideas cargadas de emotividad que a la larga podrán controlar."

Luego de finalizada esta disertación, se pasa a indicar las pautas de la reunión:

Se motiva a los participantes a que cada uno hable sobre las generalidades de lo ocurrido y su relación con los hechos. El resto de los miembros deberán escuchar en silencio y sin interrumpir, esperando su turno.

• Se tranquiliza a los participantes diciéndoles que nadie está obligado a hablar si no lo desea.
• Se especifica que todo lo que se diga o se vea durante la reunión quedará en secreto dentro del grupo. No debe haber ningún comentario fuera del grupo. El objetivo es mantener la reserva y motivar a que se pueda hablar con confianza y sin reparos.
• Aclarar a los presentes, que el objetivo de la reunión no es la de criticar, enjuiciar o adjudicar culpas. Con esto se intenta evitar reproches, críticas o juicios entre los participantes y que alguno se sienta perturbado.


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• Se le pide a los participantes que hable solo de sus experiencias y reacciones personales y no la de otros. El fin es prevenir generalizaciones y prejuicios y ayudar al participante a que asuma su propia responsabilidad sobre sus reacciones y su estado de ánimo.
• Se advierte que durante la reunión, alguno de los participantes pueda sentirse mal. Se explica que esta es una reacción normal producida por los recuerdos dolorosos del evento.
• Se advierte que si alguien sufre alguna crisis profunda de ansiedad, podrá retirarse del grupo y que una persona del equipo se quedará con ella acompañándolo.
• Se enfatiza el hecho de que la sesión se realizará sin interrupciones y que por lo tanto, quienes quieran ir al baño que lo hagan de inmediato.
• Se hace una breve descripción de la estructura de la reunión.

2. Fase de los hechos

En esta fase, cada participante relata lo ocurrido durante el evento. Cada uno describe la manera cómo se involucró, seguido de una secuencia de hechos. La finalidad es poder delinear un cuadro claro y correcto de los hechos tal como sucedieron.

De acuerdo a su posición dentro del evento, el sujeto tendrá una visión parcial del mismo y por ello, algunos podrían haber omitido aspectos esenciales. Al escuchar el relato de los hechos de todos los participantes, se conocen los hechos en su totalidad, lo que permite realizar formulaciones completas y tener la sensación de una organización cognitiva.

Uno de los objetivos principales de la sesión de Debriefing es la de suministrar a la personas involucradas, la posibilidad de razonar y ver objetivamente los hechos, en lugar de sentirse dominado por ellos.
Con esta fase, se favorece la compresión del acontecimiento, se construye una imagen global de los eventos con la ayuda de todos los componentes y se evita entrar directamente al campo de las emociones.

3. Fase del pensamiento

Esta fase está enfocada hacia las decisiones y los procesos de pensamiento. A los participantes se les pide que describan por turno, su primer pensamiento o aquello predominante, una vez que se dio cuenta de que la situación era anormal.

Se inicia esta fase con preguntas como las siguientes: "¿Cuáles fueron sus primeros pensamientos mientras estaba sucediendo el evento?". El primer pensamiento puede reflejar el núcleo central de la ansiedad. Una pregunta posterior podría ser: "¿Qué hizo usted mientras estaban sucediendo los hechos?" y "¿por qué?"

Al final de esta fase, se profundiza en la impresión que los participantes tuvieron sobre el evento. Las siguientes son preguntas que ayudan a conocer las percepciones: "¿Qué ha visto, oído o percibido por el sentido… del olfato… la vista…etc.?". Las impresiones sensoriales moldean la base de los pensamientos e ideas intrusas que pueden ser causa de perturbaciones después de un evento traumático.

El compartir y expresar verbalmente los recuerdos con otras víctimas, sobre lo que ocurrió permite, permite disminuir la frecuencia y la intensidad de las ideas y pensamientos. Esto ocurre porque los recuerdos nos vienen a la memoria como estructuras cognitivas que nos previenen actuar en forma accidental. Compartir los recuerdos permite su reorganización y le da una característica menos individual y menos invasiva. En definitiva, durante esta fase, el pensamiento representa la transición del campo emotivo al cognitivo.

4. Fase de la reacción

En esta fase se examinan las emociones y sentimientos y se induce a que la persona los relate. El obviar las emociones y los sentimientos puede perjudicar a la persona por eso es importante que se comparta con el grupo. .

Se solicita a los participantes que compartan las emociones, sentimientos y sensaciones provocadas por la experiencia y como se están manifestando en la actualidad.

La dinámica de compartir las emociones y sentimientos, provoca la percepción de semejanza y normalidad de las reacciones. Se inicia con preguntas como: "¿Qué idea o pensamiento le han surgido en relación a la experiencia sufrida?" Se la oportunidad a la persona, de hablar sobre sus reacciones relacionadas con ideas o pensamientos del evento.

Hablar sobre emociones, sentimientos y reacciones es fundamental, ya que el propio entorno de esta experiencia es causa de confusión que a la larga pueden dar lugar a dificultades.

Durante esta fase, es importante que todos tengan la oportunidad de hablar, pero el conductor debe estar pendiente de que no surja ningún juicio o crítica. Esto es esencial porque uno de los principales procesos terapéuticos del Debriefing es diseñar con la familia, el amigo o el conocido, las estrategias necesarias para enfrentar los problemas emocionales mutuos y no para tomar actitudes críticas dentro del grupo. El participante deben saber que es saludable expresar sus propios sentimientos y emociones, que estos no lo dominarán y que encontrará apoyo y seguridad en los otros.

Durante esta fase, es probable que alguno de los participantes se emocione de manera incontrolable o muestre signos dolor profundo o perturbación. Ocasiones como esta nos da la oportunidad de incentivar la capacidad de apoyo y soporte por parte de otros, especialmente de aquella persona que se encuentra al lado del que está presentando el sufrimiento o dificultad. En estos casos, el conductor, debe invitar al compañero –o si el caso lo requiere, hacerlo él mismo— a manifestar un gesto de confortación a través de un abrazo o colocando la mano sobre el hombro de la persona que está sufriendo. Este gesto también lo puede hacer uno de los colaboradores, quien debe estar pendiente de las reacciones que surjan en los integrantes del grupo y acudir a brindar apoyo, cuando observe algún tipo de malestar.

Si una persona lo desea, puede salir de la reunión acompañada de uno de los colaboradores, quien se quedará con él hasta volver a ingresar al grupo.

Es importante tener en cuenta que también hay personas que dan la impresión de sufrir mucho, pero que se mantienen en silencio o presentan síntomas extremos. Estas personas son las que corren mayor riesgo. Al terminar la reunión es aconsejable que a estos individuos se les proporcione ayuda individual.
Puede suceder que durante esta fase, surja en alguno de los sujeto, recuerdos traumáticos de su pasado; en estos casos, el conductor con delicadeza debe intentar darle consejo para superar este recuerdo traumático, pero por lo general, las experiencias individuales y no comunes al grupo, deben ser excluidas del Debriefing.

5. Fase de los síntomas

Aquí se discuten con mayor detalle, determinadas reacciones. Durante esta fase es importante que se evalúen los síntomas y reacciones que se presentaron durante y después de la experiencia traumática. Si el grupo no quiere hablar sobre este tema, el conductor comenzará hablando sobre reacciones típicas, a la vez que va preguntando a los participantes si el evento le provocó o le ha provocado alguno de estos síntomas o reacciones.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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