Existe un amplio consenso dentro de la comunidad científica internacional sobre algunas de las consecuencias de la crisis ecológica como son la creciente pérdida de biodiversidad, el cambio climático, el previsible agotamiento de los combustibles fósiles, la imparable erosión de los suelos, la pérdida de calidad del agua y de la atmósfera, la contaminación y la inseguridad en los productos alimentarios y otros impactos ambientales que tienen repercusiones muy graves sobre la salud del planeta y de los individuos.