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Intervención educativa sobre embarazo precoz en la adolescencia. Comunidad La Sibucara

Intervención educativa sobre embarazo precoz en la adolescencia. Comunidad La Sibucara

Todos los años, alrededor de 16 millones de niñas de entre 15 y 19 años dan a luz, lo que representa aproximadamente el 11% de todos los nacidos en el mundo. La gran mayoría de alumbramientos en la adolescencia se registra en países en desarrollo.

Dra. Yaquelín de la Caridad Fonseca Álvarez. Especialista de 1er Grado en Medicina General Integral. Profesora Instructora de Educación Médica Superior.
Dr. Yunis Abdiel Gutiérrez. Especialista de 1er Grado en Medicina General Integral.
Dra. Ana Karina Peña. Médico General Básico.
Dr. Jostber Ortiz. Médico General Básico.

República Bolivariana de Venezuela. Ministerio de Educación Universitaria. Medicina Integral Comunitaria
Área de Salud Cruz Blanca. Barquisimeto – Estado Lara

RESUMEN

Se realizó un estudio de intervención educativa donde el universo y muestra del trabajo estuvo constituido por 53 adolescentes pertenecientes a la comunidad La Sibucara de Río Claro de la ASIC Cruz Blanca, Municipio Iribarren, estado Lara, República Bolivariana de Venezuela, en el periodo comprendido desde Marzo hasta Julio del 2011, con el objetivo de determinar el nivel de conocimiento en adolescentes sobre las repercusiones biopsicosociales del embarazo precoz. Para la realización del mismo se aplicó una encuesta, la cual permitió conocer el nivel de conocimiento del tema mencionado.

Se impartieron varios talleres utilizando medios de reproducción audiovisual educativos y se entregando folletos educativos del tema. Se aplicó nuevamente la encuesta al final de la investigación para reevaluar el conocimiento de los adolescentes.

“Se necesita una escuela de virtudes, de pensamientos, de acciones, no de expectantes ni eruditos, sino de activos y pensadores”
José de la Luz y Caballeros

ÍNDICE

1. Introducción
2. Planteamiento del problema
3. Justificación
4. Fundamentos Teóricos
5. Objetivos: General y Específicos
6. Material y Método
7. Análisis y Discusión de Resultados
8. Conclusiones
9. Recomendaciones
10. Referencias Bibliográficas
11. Anexos
12. Anexo 1
13. Anexo 2
14. Anexo 3
15. Plan de Acción

INTRODUCCIÓN

Todos los años, alrededor de 16 millones de niñas de entre 15 y 19 años dan a luz, lo que representa aproximadamente el 11% de todos los nacidos en el mundo. La gran mayoría de alumbramientos en la adolescencia se registra en países en desarrollo. El riesgo de morir por causas relacionadas con el embarazo es mucho mayor en las adolescentes que en las mujeres de más edad. Las leyes y las actividades comunitarias que apoyan la edad mínima para contraer matrimonio, así como un mejor acceso a la anticoncepción, pueden reducir el número de embarazos precoces (1).

Mundialmente hay un crecimiento poblacional desmesurado, particularmente en Latinoamérica, donde el incremento de la reproducción se ve más frecuente en mujeres jóvenes, económicamente comprometidas y dependientes. Cuando hablamos de embarazo en la adolescencia, nos referimos a la totalidad de embarazos ocurridos en muchachas a una edad cuando aún no son adultas (2).

El embarazo en la adolescencia es una de las preocupaciones médicas más importantes derivadas de la conducta sexual de los jóvenes, como resultado de la precocidad en las relaciones sexuales, sin el uso adecuado de los anticonceptivos, lo cual aumenta considerablemente los embarazos en adolescentes. Esta problemática afecta a todos los estratos sociales, pero predomina en la clase de bajo nivel socioeconómico, en parte debido a la falta de educación sexual, y al desconocimiento de los métodos de control de la natalidad (3).
En los últimos tiempos se ha multiplicado el interés de las ciencias biomédicas y sociales, en el logro de un estilo de vida sano por parte de los adolescentes, especialmente, en lo que se refiere a su salud reproductiva (4).

El embarazo en la adolescencia implica alto riesgo para la salud de la madre, del feto y del recién nacido, que puede incluso llevarlos hasta la muerte. Los riesgos derivan de 2 situaciones: Una de tipo biológica y la otra condicionada por factores psicosociales. En lo biológico, los peligros están determinados por la inmadurez de las estructuras pélvicas y del sistema reproductor en general (5).

Con una política orientada a la educación sexual y sanitaria de las nuevas generaciones, podría lograrse en el futuro mejorar los indicadores relacionados con la incidencia de embarazos en la adolescencia, para mejorar así los resultados perinatales (6).

En EE.UU., de un millón de embarazos entre adolescentes cada año, aproximadamente medio millón dan como resultado niños expuestos a riesgos médicos, sociales y económicos, e igualmente ocurre con la madre (7).

Estudios realizados por demógrafos cubanos han demostrado un rejuvenecimiento de la fecundidad, con gran incidencia en el grupo de edad comprendido entre 10 y 19 años, fundamentalmente a partir de los 15 años, a ello se asocia el incremento de las tasas de aborto en menores de 20 años, quienes han estado influenciadas por diversas causas que se asocian a una deficiente educación sexual, tanto en el hogar como en las instituciones educacionales de salud (8).

La orientación en general, y la sexual en particular, persiguen ayudar a los adolescentes a descubrir que existen diferentes formas de enfrentarse a su problema, se trata también de ofrecer o aportar un modelo o guía en la búsqueda de soluciones alternativas, ya sea promoviendo el desarrollo de posibilidades sociales que despiertan en los jóvenes un alto nivel de autoestima y motivaciones que repercutan en tal sentido en coadyuvar a la formación de valores ético-sociales con un basamento claro que se encuentre acorde con el desarrollo de sus vidas.

Los programas para impartir a los adolescentes educación sobre salud sexual y reproductiva deben ir combinados con otros programas que los inciten a aplicar lo aprendido en su vida cotidiana, y también con medidas para que accedan fácilmente a cualquier servicio de salud preventiva o curativa que necesiten y sean atendidos por personal sanitario competente y comprensivo. Para combatir la coacción sexual en la adolescencia hay que actuar a varios niveles.

Para prevenir embarazos precoces puede ser necesario promulgar y hacer cumplir leyes que fijen una edad mínima para el matrimonio y tratar de mentalizar a familias y comunidades para que concedan a las niñas el tiempo necesario para crecer y desarrollarse, dejar atrás la niñez y llegar a ser mujeres antes de convertirse en esposas y madres. Junto con ello, los servicios de salud deben estar preparados para prestar la necesaria atención prenatal a las adolescentes embarazadas.

Es de referir, que en este caso juega un papel relevante la familia como núcleo esencial y fundamental en cuanto a fortalecer los valores, pues, la socialización como proceso en el cual los individuos adquieren conductas y valores asociadas a sus papeles culturalmente asignadas, cumplen algunos canales tales como la familia, a la cual ya se hizo referencia, la educación, los medios masivos de comunicación y la religión; estos canales de socialización se encargan de conformar, mantener o perpetuar valores, creencias y actitudes que influyen y contribuyen en el modo de pensar y actuar de las personas.

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

El embarazo a cualquier edad constituye un hecho biopsicosocial muy importante, pero la adolescencia lleva a una serie de situaciones que pueden atentar contra la salud de la madre y la del hijo. Constituye un problema de salud que no debe ser considerado solamente en términos del presente sino del futuro por las complicaciones que acarrean (9).

El embarazo irrumpe en la vida de los adolescentes en momentos en que todavía no alcanzan la madurez física y mental, a veces en circunstancias adversas como son las carencias nutricionales u otras enfermedades y en un medio familiar poco receptivo para aceptarlo y protegerlo (10).

En las adolescentes el mayor riesgo comparativo observado no parece ser debido tanto a las especiales condiciones fisiológicas sino más bien, a las variables socioculturales y a las condiciones de cuidado y atención médica que se le proporciona. Es frecuente que esos embarazos se presenten como un cuento no deseado o no planificado con una relación débil de pareja, lo que determina una actitud de rechazo y ocultamiento de su condición por temor a la reacción del grupo familiar, lo que provoca un control prenatal tardío o insuficiente (11).

La maternidad a edad muy temprana entraña un riesgo de muerte materna muy superior a la media, y los hijos de madres jóvenes tienen niveles más elevados de morbilidad y mortalidad. El embarazo a edad temprana sigue un impedimento para mejorar la condición educativa, económica y social de la mujer en todas partes del mundo. Sobre todo en el caso de los jóvenes, el matrimonio y la maternidad a edad temprana influyen negativamente en cuanto a oportunidades de educación y empleo, y es probable que produzcan efectos perjudiciales sobre la calidad de vida de ellos mismos y de sus hijos (12).

El embarazo juvenil cambia el proyecto de vida en los adolescentes, provocando un abandono obligatorio de sus metas futuras por la necesidad de afrontar nuevas responsabilidades ligadas al desarrollo del hijo. También se asocia a una paternidad irresponsable, drogadicción, prostitución, abandono infantil, abuso sexual, desempleo, dificultades para la movilidad y ascenso social, aumento de la pobreza, niños con bajo peso y talla al nacer, riesgo durante el embarazo y el parto, niños abandonados, incremento de la delincuencia. Se puede referir también la presencia de violencia familiar, específicamente de padres a hijos, repercutiendo la misma en la actitud de la madre adolescente y desencadenando la posibilidad de la aplicación del aborto con sus consecuencias altamente negativas para la salud materno-infantil (13).

A través del Análisis de la Situación de Salud, así como la información obtenida por medio del Comité de Salud y la Defensora de Salud, hemos podido registrar que en la comunidad la Sibucara, existe un alto índice de embarazos y partos en las adolescentes, manifestándose entre ellos, una mayor prevalencia de deserción escolar, de malformaciones genéticas, hipertensión arterial inducida por el embarazo, desnutrición materno – fetal, anemia, violencia y maltrato infantil, hogares disfuncionales, entre otros problemas derivados del embarazo precoz.

Por otra parte se percibe carencia afectiva de padre a hijos obligando a estos a refugiarse en personas menos indicadas para orientarles y/o guiarles (14).

Los riesgos médicos asociados al embarazo de las madres adolescentes son numerosos, tales como la patología hipertensiva, la anemia, el bajo peso al nacer, el aborto, las infecciones urinarias, el parto prematuro, la nutrición insuficiente, las hemorragias, asociadas a patologías placentarias, la rotura prematura ovulares (15).

En el período del parto, los problemas más frecuentes son las alteraciones en la presentación y posición del feto que se han relacionado con un desarrollo incompleto de la pelvis materna. Esto determina una incapacidad del canal del parto para permitir el paso del polo cefálico-fetal; estas distocias provocan aumentos en los partos operatorios (fórceps, cesárea). Otra manifestación del desarrollo incompleto del aparato genital de la madre adolescente es la estreches del canal blando que favorece las complicaciones traumáticas del tracto vaginal. Esto implica alto riesgo de lesiones anatómicas (desgarres), así como mayor probabilidad de hemorragias y de infecciones en un terreno materno que puede estar comprometido por la desnutrición y las anemias previas (16).

JUSTIFICACIÓN

La adolescencia se considera como una etapa de la vida del ser humano donde ocurren complejos cambios biológicos, psicológicos y sociales que provocan que sean cada vez más necesario dedicarle nuestra atención, ya que es un período de rápido desarrollo en el que se adquieren nuevas capacidades, se enfrentan situaciones nuevas y se expresan habilidades y potencialidades particulares en el proceso de adaptación. Este grupo se caracteriza por la búsqueda de su identidad e independencia, por su alta vulnerabilidad desde el punto de vista biológico y social.

El embarazo en adolescentes es cada día un tema de mayor preocupación para los distintos sectores de la sociedad y aunado a esta problemática se puede señalar la necesidad de una atención integral, con metas y objetivos bien clarificados y establecidos, dirigidos a lograr un equilibrio biopsicosocial en los adolescentes, lo que aportaría herramientas bien cimentadas a las familias para encauzarlas a la educación.

Todo esto se hará mediante acciones integrales dirigidas específicamente a los adolescentes por considerarlos grupos con características biológicas y sociales muy particulares, es decir, por lo general el adolescente, quien es ya apto biológicamente para la reproducción, no se encuentra maduro en lo psíquico, social y emocional para enfrentar ese proceso, tal realidad junto a otros factores, propicia que muchos inicien una actividad sexual precoz basada fundamentalmente, en relaciones pasajeras, carentes de amor, donde el continuo cambio de pareja es habitual, convirtiéndose en riesgosa sus conductas sexuales, lo que trae frecuentemente aparejado la aparición de embarazos no deseados y por consiguiente el padecimientos de estos.

Por tratarse de un tema importante para la mujer, el niño, la familia y la sociedad en general, decidimos realizar este trabajo, con el fin de poder brindarle conocimientos a los adolescentes sobre la temática del embarazo precoz, pues la orientación sexual debe considerarse un trabajo perteneciente a la esfera de las acciones preventivas y en ese sentido, se hace necesario llevarlos a cabo en todos los grupos.

FUNDAMENTOS TEÓRICOS

La adolescencia es una etapa de trascendental importancia en la vida del ser humano, es un período entre la niñez y la edad adulta que se inicia con los cambios puberales y se caracteriza por profundas transformaciones biológicas, psicológicas y sociales, muchas de ellas generadoras de crisis, conflictos y contradicciones. No es solamente una fase de adaptación a los cambios corporales, sino de grandes determinaciones hacia una mayor independencia psicológica y social. No existen parámetros precisos para establecer cuando se inicia o termina la adolescencia. La OMS adopta una propuesta basada en límites cronológicos y considera adolescente a toda persona que cumplió los 10 años y aún no ha cumplido los 20. (17)

En los países desarrollados y en las sociedades industrializadas, se reconoce a los adolescentes como grupo de población bien definido. Sin embargo, en las naciones en desarrollo, es relativamente reciente su reconocimiento como etapa de la vida con características propias. (18)

Las profundas transformaciones que ocurren en la adolescencia, hacen que sean un grupo muy vulnerable al establecimiento de comportamientos inadecuados, debido a que aún no han definido completamente su personalidad. Muchos de los modelos de comportamiento, como el sexual, entre otros, durarán toda la vida. En la adolescencia se presenta la oportunidad de prevenir el comienzo de comportamientos nocivos para la salud y sus repercusiones futuras.

Afortunadamente, los adolescentes son receptivos a las ideas nuevas; están deseosos de aprovechar al máximo su creciente capacidad para tomar decisiones. Su curiosidad e interés conllevan una gran apertura para la promoción de la responsabilidad respecto de la salud. Además, ocuparse en actividades positivas y constructivas ofrece ocasiones para forjar relaciones con adultos y compañeros, así como para adquirir comportamientos decisivos para la salud.

La salud reproductiva es la posibilidad del individuo de tener una vida sexual plena, con capacidad para reproducirse, y que una vez decidido cuántos hijos tener y cuándo, posea la información necesaria para seleccionar el anticonceptivo más adecuado, así como tener acceso a otros métodos legales de regulación de la fecundidad y a servicios adecuados de atención en salud que le permitan a la mujer un embarazo y parto seguros, y a la pareja, la posibilidad de tener hijos saludables. Se hace evidente la importancia de la planificación familiar como política de salud que contribuye a la salud reproductiva. (19)

La planificación familiar como política de salud permite la decisión libre, consciente y voluntaria de las parejas para determinar cuántos y cuándo tener los hijos que deseen, mediante la utilización de los diferentes métodos anticonceptivos. Su finalidad es: reducir la morbilidad y mortalidad materno infantil, que las parejas disfruten a plenitud la sexualidad y se logre una paternidad y maternidad responsables. (20)

Entre las funciones más importantes del médico de familia están las de promoción y prevención de la salud, cae en este campo la planificación de la familia, la cual debe lograrse con la participación libre, consciente y voluntaria de las parejas, para lo que se impone que los individuos tengan una adecuada educación sexual. De ahí la importancia del tratamiento de este tema. El proceso de educación sexual puede tener lugar en cualquier etapa de la vida, lo ideal es que se inicie en la infancia. Esta enseñanza, además, debe ser activa: el educador como facilitador y el educando participa con su propia experiencia en el aprendizaje, y contribuye al de los demás.

Durante la infancia deben tratarse en los programas escolares, contenidos que permitan elaborar conceptos y poner en claro valores con respecto al cuerpo humano, la función social, la maternidad, la paternidad, la familia, la niñez, la adolescencia y la vida adulta, de forma tal que el niño, el púber y el adolescente, durante su proceso evolutivo participen en las experiencias de aprendizaje. De esta forma, desarrollan su autonomía, lo que les permite ser responsables frente a sí mismos y a la sociedad. Se sabe, las actitudes y valores, que intervienen en el comportamiento reproductivo, tienen origen y relación con las vivencias y los mensajes recogidos antes del inicio de esta etapa.

Esta educación debe ser consciente y sistemática, y es responsabilidad de padres, maestros, medios de comunicación y del sector de la salud. El médico de familia, desde sus diferentes puestos de trabajo, puede contribuir con ello. Debe quedar claro que educación no es igual a comunicación; esta última se limita a transmitir información y no logra cambios profundos que son necesarios para eliminar los mitos, prejuicios y estereotipos que interfieren con la responsabilidad familiar y de procrear. Actividades esporádicas que no toman en cuenta la forma en que se desarrolla el pensamiento, pueden incrementar el caudal de conocimientos, pero no lograr que el individuo llegue a la etapa de cuestionamiento del comportamiento.

Esto explica por qué algunas personas aunque conocen las características, indicaciones y contraindicaciones de los métodos de regulación de la fecundidad, no desarrollan capacidades para tomar decisiones responsables en materia sexual y reproductiva. La educación persigue cambios en la conducta y para ello debe seguir una metodología que fomente la creatividad, el sentido crítico, la capacidad de pensar, que permita identificar y resolver los problemas, y promuevan la participación social. De esta manera, la transformación en el comportamiento reproductivo se realizará por convicción individual, resultado de la toma de conciencia sobre la función que cada uno debe desempeñar en el mejoramiento de la calidad de vida individual y colectiva.

Para poder desarrollar este proceso educativo, es importante que el educador tenga un amplio conocimiento sobre sexualidad y métodos de regulación de la fecundidad, además de manejar las técnicas participativas que le permitan desarrollar en las parejas, conociendo sus características psicológicas, biológicas y socioeconómicas, y su deseo de tener descendencia, la capacidad de determinar el mejor momento para ello y el método anticonceptivo más adecuado para lograrlo, con el auxilio del personal calificado.

Los métodos anticonceptivos disponibles, se clasifican de acuerdo con el tiempo de duración de su efecto en transitorios o temporales −reversibles− y definitivos o permanentes −irreversibles−. Existen otras clasificaciones, pero hoy en día se hace difícil poder ubicar en cada grupo los diferentes anticonceptivos, porque en la práctica se combinan muchas de sus propiedades en busca de una mayor efectividad (21).

Se prefiere dividirlos en:

1. Métodos de barrera:

a) Espermicidas: cremas, jaleas, aerosoles de espumas, supositorios o tabletas espumantes y supositorios solubles.
b) Mecánicos sin medicar: preservativo, o condón masculino, diafragma, capuchón cervical, escudo vaginal o condón femenino.
c) Mecánicos medicados: esponjas vaginales.

2. Dispositivos intrauterinos (DIU):

a) Inertes.
b) Bioactivos o medicamentosos.

3. Hormonales:

a) Locales.
b) Orales: combinados o progestágeno solo.
c) Sistémicos: inyectables, implantes, parches, etc.

4. Biológicos o naturales:

a) Abstinencia periódica.
b) Coito interrupto.
c) Lactancia materna exclusiva.

5. Quirúrgicos:

a) Femeninos.
b) Masculinos. (22)

La efectividad de cada método es variada y puede modificarse de una pareja a otra, se plantea que el anticonceptivo ideal debe reunir los requisitos siguientes:

− Eficaz en el 100% de las parejas que lo utilicen.
− Inocuo, es decir, que no produzca efectos secundarios en los usuarios.
− Reversible: una vez interrumpido su uso, la fertilidad debe recuperarse en un período inferior a 2 años.
− Aplicable: que su manejo sea fácil y aceptado por la pareja.
− Económico, que no sea costoso. (23)

OBJETIVOS

Objetivo General

Modificar el nivel de conocimiento de las adolescentes de la comunidad La Sibucara de Río Claro de la ASIC Cruz Blanca, Municipio Iribarren del estado Lara sobre las repercusiones del embarazo precoz en la adolescencia.

Objetivos Específicos

• Determinar el nivel de conocimiento de las adolescentes sobre los problemas de salud que puede causar el embarazo precoz.
• Identificar el nivel de conocimiento sobre las consecuencias del embarazo precoz en la adolescencia.
• Determinar el nivel de conocimiento general sobre los métodos anticonceptivos en la prevención del embarazo precoz en la adolescencia.
• Comparar el conocimiento adquirido en las adolescentes después de la intervención educativa sobre el embarazo precoz.

MATERIAL Y MÉTODO

Características generales de la investigación:

Se realizó un estudio de intervención educativa en las adolescentes de la comunidad La Sibucara de Río Claro de la ASIC Cruz Blanca, Municipio Iribarren del estado Lara, sobre las repercusiones del embarazo precoz en la adolescencia, en el periodo comprendido desde Marzo hasta Julio del 2011, para determinar nivel de conocimiento sobre las consecuencias del embarazo precoz en la adolescencia.

El Universo y Muestra: estuvo constituido por 53 adolescentes pertenecientes a dicha comunidad Sibucara.

Criterios de Inclusión:

• Voluntariedad de los adolescentes a participar en la investigación.
• Adolescentes que permanecen en la comunidad durante la intervención educativa.
• Adolescentes que no presenten discapacidad mental.
• Padres y/o representantes que firmaron el consentimiento informado para participar en la investigación. (Anexo Nº 1).

Criterios de Exclusión:

• Que no cumpla con los elementos de inclusión.

En el transcurso de la investigación se utilizaron los siguientes métodos:

Método teórico: fueron utilizados el análisis y la síntesis en la revisión documental y bibliográfica sobre la siguiente temática: Embarazo Precoz y sus repercusiones biopsicosociales.

Método empírico: se empleó una encuesta al inicio de la investigación, la cual nos permitió determinar el nivel de conocimiento presente en los adolescentes sobre las repercusiones biopsicosociales del embarazo precoz; y se aplicó la misma encuesta al final de la investigación para reevaluar su conocimiento luego de la realización de las diferentes actividades pautadas en el plan de acción.

Igualmente se realizaron talleres sobre las repercusiones del embarazo precoz y la importancia de los métodos anticonceptivos durante las visitas de terreno y en el consultorio popular.

Encuesta a estudiantes:

La encuesta a los adolescentes se realizó mediante la aplicación de un cuestionario (Anexo 2) que contó con 3 preguntas cerradas, dirigidas a determinar las repercusiones biopsicosociales del embarazo precoz.

El cuestionario fue precedido de un texto explicativo que caracterizó el consentimiento informado, el anonimato de la información brindada y su confidencialidad, su aplicación se llevó a cabo por los autores del estudio.

Operacionalización de las variables:

• Cuantitativa continua: Edad.
• Cualitativa nominal dicotómica: nivel de conocimiento.

De recolección de la información.

Se establecieron coordinaciones de trabajo con los directivos comunales y de salud del área donde se iba a realizar la investigación. Se solicitó el consentimiento informado de los padres y/o representantes para ser incluidos en la investigación. Se confeccionó una planilla encuesta, la cual fue aplicada inicialmente para hacer el diagnóstico del conocimiento que tenían los adolescentes sobre el problema a investigar, luego los mismos fueron capacitados y posteriormente se aplicó nuevamente la encuesta.

ANÁLISIS Y DISCUSIÓN DE LOS RESULTADOS

Tabla # 1. Nivel de conocimiento general sobre las consecuencias sociales y psicológicas del embarazo precoz. Comunidad La Sibucara. Marzo – Julio 2011.

embarazo_precoz_adolescencia/consecuencias_sociales_psicologicas

Fuente: Encuesta p>0.05

En la tabla # 1 se observa que de los 53 adolescentes, 38 tenían conocimiento inadecuado sobre consecuencias sociales y psicológicas del embarazo precoz, para un 71.7% antes de la intervención educativa y después de esta, 45 adolescentes tenían el conocimiento adecuado del tema para un 84.9%.

En un estudio realizado por Faneitis Antique sobre embarazo en la adolescencia, realizado en Puerto Cabello, encontró que 68.3% de los adolescentes encuestados no conocían las repercusiones sociales del embarazo en la adolescencia (24). Muy similar a los resultados de nuestro trabajo.

Por su parte, Arcos Griffiths en un estudio realizado en Chile, sobre el Embarazo en Adolescencia, encontró que solamente 23.4% de los adolescentes pertenecientes a su estudio, no tenían conocimiento sobre las repercusiones psicosociales del embarazo precoz (25). Contrastando estos resultados con los de nuestra investigación.

En un estudio realizado por Maida Añez sobre Adolescentes embarazadas: características y riesgos, encontró que 75.2% de los adolescentes encuestados no conocían las repercusiones biológicas del embarazo en la adolescencia (26). Muy similar a los resultados de nuestro trabajo.

Sin embargo, Hammel Strauss, encontró en su estudio sobre Crónica de un embarazo anunciado: criterios de riesgo en adolescentes, que solamente 33% de los adolescentes pertenecientes a su estudio, no tenían conocimiento sobre las repercusiones biológicas del embarazo precoz (27). Contrastando estos resultados con los de nuestra investigación.