Se realiza un análisis y revisión de los factores a tener en cuenta para definir un paciente ¨difícil¨ y las habilidades que debemos fomentar y crear para manejar situaciones y pacientes así catalogados. Enfatizamos la importancia de la inteligencia emocional en los médicos como herramienta emocional protectora ante el stress y capaz de brindar al profesional de la salud un mejor manejo de estos pacientes y una mejor calidad en los servicios sanitarios. El autocontrol y el autoconocimiento, así como las habilidades para ser asertivos en la comunicación y en las relaciones interpersonales son elementos clave para conducirnos ante este tipo de pacientes. Proponemos estrategias de acción para el médico para manejar determinadas situaciones con este tipo de pacientes.