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Beneficios del ejercicio aeróbico en la presión arterial del anciano

Beneficios del ejercicio aeróbico en la presión arterial del anciano

Resumen

La hipertensión arterial (HTA) es uno de los problemas con mayor trascendencia del mundo, en este estudio se intenta demostrar la correlación entre ejercicio aeróbico y mejora de la tensión arterial, para ello se incluirá en un programa de ejercicios aeróbicos a una muestra de la población que padezca hipertensión arterial (HTA) y valorar las cifras tensiónales de esta población antes y después de haber realizado el programa de ejercicios.

Beneficios del ejercicio aeróbico en la presión arterial del anciano

José Iglesias Moya

0.- RESUMEN

1.- PRESENTACIÓN

2.- MARCO TEÓRICO

3.- JUSTIFICACIÓN

4.- HIPÓTESIS

5.- OBJETIVOS

6.- MATERIAL Y MÉTODOS

6.1.- Tipo de estudio

6.2.- Muestra

6.3.- Diseño

6.4.- Instrumentos y materiales

6.5.- Procedimiento

7.- RESULTADOS

8.- DISCUSIÓN

9.- CONCLUSIONES Y PERSPECTIVAS FUTURAS

10.- GRADO DE INNOVACIÓN QUE PRETENDES

11.- CRONOGRAMA

12.- REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

0.- RESUMEN

La hipertensión arterial (HTA) es uno de los problemas con mayor trascendencia del mundo, en este estudio se intenta demostrar la correlación entre ejercicio aeróbico y mejora de la tensión arterial, para ello se incluirá en un programa de ejercicios aeróbicos a una muestra de la población que padezca hipertensión arterial (HTA) y valorar las cifras tensiónales de esta población antes y después de haber realizado el programa de ejercicios.

1.- PRESENTACIÓN

La presión arterial se define como la fuerza que ejerce la sangre al paso por el interior de las arterias. El corazón es la bomba de circulación, en cada latido distribuye la sangre a todos los puntos del cuerpo; durante la contracción, la sangre es impulsada a las arterias alcanzando su máxima medición o presión sistólica; cuando el corazón se relaja la presión disminuye a su medición más baja llamada presión diastólica. (1)

La Presión Arterial está determinada por el Gasto Cardiaco y las resistencias periféricas totales. La elevación de una de ellas o ambas produce hipertensión arterial (HTA), definida como valores superiores a 140/90. (2)

La hipertensión arterial (HTA) es una de las principales causas de morbilidad y de mortalidad en el mundo (3). Se estima que el 50% de las personas mayores de 60 años sufre de esta condición (4).

Las personas de más de 80 años son el grupo de mayor y rápido crecimiento en las sociedades desarrolladas debido al incremento de la esperanza de vida, no a causa de un aumento de la natalidad. Representan hoy día el 1,3% de la población mundial, y en 2050 se prevé que serán el 4,4%, más de 370 millones de personas. España será uno de los países de la Unión Europea más afectados durante los próximos años, por delante de Italia y Alemania. Los datos del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) correspondientes a 2011 muestran que la esperanza de vida media es de 84 años para las mujeres y de 78 años para los hombres, que son 1,7 millones las personas mayores de 80 años y que serán cerca de 2,5 millones en 2025, el 5,2% de la población total. De todos ellos más del 80% serán hipertensos. (5)

Los aspectos no farmacológicos del tratamiento son claves y tienen impacto en la reducción de cifras de PA; intervenciones dirigidas a evitar el sedentarismo, reducir consumo de sal y obesidad son de suma importancia, para cambiar un perfil que es típico en el paciente anciano. La disminución de peso, el ejercicio aeróbico, la disminución del consumo de sal y la moderación en el consumo de alcohol pueden resultar en una disminución de 10 mm Hg en la PAS. (6)

Existen estudios de prevención primaria que muestran que el ejercicio es tan efectivo como dejar de fumar, controlar la presión arterial, controlar y manejar la dislipidemia y que incluso, si estos factores de riesgo no estuvieran controlados, el ejercicio por sí mismo, tiene un poderoso efecto en disminuir los eventos coronarios.

La actividad física aerobia como trotar, caminar,nadar, montar en bicicleta es más efectiva que la actividad física extrema (7), El ejercicio aeróbico produce una reducción aproximada de 10 mm de Hg, tanto de la presión sistólica como diastólica en individuos con hipertensión arterial (HTA) leve (140/90-160/105), e incluso disminuciones mayores en pacientes con hipertensión arterial (HTA) secundaria a enfermedad renal.

Además, incluso la práctica de ejercicio aeróbico suave puede producir una disminución entre 4 y 8 mm de Hg. Así, los beneficios para la salud del ejercicio comparados con el bajo riesgo que supone tanto en morbilidad como en mortalidad, hacen que la recomendación de su práctica sea parte fundamental del tratamiento en pacientes con hipertensión arterial (HTA) leve o moderada. (1)

Se recomienda como objetivo una PA <140/90 mmHg para la población general y aplicable a los ancianos con buen estado de salud y leve o moderado riesgo cardiovascular. Para poblaciones con alto riesgo cardiovascular o enfermedad asociada (diabetes, insuficiencia renal, insuficiencia cardíaca, etc.) se recomiendan cifras de <130/80 mmHg, Los estudios observacionales muestran una relación positiva y creciente entre los niveles de PA y los eventos cardiovasculares hasta niveles tan bajos como 115/75 mmHg para todas las edades y en ambos sexos. Por cada descenso de 20/10 mmHg de PA el riesgo de cualquier evento cardiovascular disminuye alrededor de un 50%13. Están ampliamente establecidos los beneficios que supone el control de la hipertensión arterial (HTA), especialmente en el ictus y en las cardiopatías (5)

En un estudio transversal descriptivo que se realiza con pacientes hipertensos pertenecientes a un centro de atención primaria de Murcia que asisten a consulta por cualquier motivo entre enero y marzo de 2010 se obtuvieron resultados que afirmaban que la realización de ejercicio físico se relaciona con un mejor control de la presión arterial. (8) un metaanálisis (9), publicado en 2000, incluyó 11 estudios y observó reducción de -2 y -4% en las presiones arteriales sistólica y diastólica, respectivamente tras haber realizado ejercicio.

De modo semejante, otras investigaciones han verificado los beneficios del ejercicio en niveles de tensión arterial(10), otras como la publicada en 2005, incluyó 9 estudios controlados y aleatorios, y verificó caída de -3,2 mmHg