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Miasis intracraneal. Presentación de un caso

Miasis intracraneal. Presentación de un caso.

Resumen:

Paciente masculino, 49 años, alcohólico crónico, sufrió herida penetrante de cráneo con arma blanca 5 días antes de su ingreso, sin recibir atención médica. Al examen físico se observa ligera somnolencia, Glasgow de 14 puntos y extensa herida incisa órbito-fronto-parietal izquierda no reciente con lesión ósea, exposición de masa encefálica y entallamiento del globo ocular, abundantes larvas vivas.

Se le realiza toilette, esquirlectomía, duroplastia y enucleación del ojo con la extracción de 82 larvas procedentes del espacio epidural, subdural e intraparenquimatoso y del interior del globo ocular estallado.

Miasis intracraneal. Presentación de un caso.

Dr. Oilén Hernández Guerra. (1), Dra. María de los Ángeles de Oro Collazo. (2), Miguel de Jesús Mazorra Pazo. (3), Lidice Ortega Suarez. (4)

Especialista de Segundo Grado en Neurocirugía. Profesor instructor. Master en Urgencias Medicas (1).

Especialista de Primer Grado en Gineco Obstetricia, Profesora Asistente, Master en Atención Integral a la Mujer (2).

Estudiante Interno de sexto Año de Medicina. Instructor no graduado de Neurocirugía (3).

Estudiante Interno de sexto Año de Medicina (4).

Recibió tratamiento médico con cefazolina, manitol, analgésicos y anticomiciales. En los estudios microbiológicos realizados no hubo crecimiento bacteriano. Fue dado de alta a los 10 días de operado deambulando por sus propios medios con traslado a un hogar de ancianos desamparados.

Palabras Clave: miasis, herida penetrante de cráneo, laceración meningocortical.

Introducción:

Las miasis son infestaciones en vertebrados vivos causados por las larvas de diversas especies de moscas (dípteros). El término proviene del griego myia que significa mosca. Es una enfermedad de rápida evolución y muy agresiva que produce gran destrucción de los tejidos. (1, 2, 3)

Se describió por primera vez en 1840 por Hope (4) pero antes de esta fecha la enfermedad era ya conocida en el mundo. A partir de entonces, se han reportados muchos casos, se puede encontrar en diferentes partes del organismo como en la vulva, las extremidades, el cráneo, la boca y los párpados. La orbitaria es una de las que tienen mayores complicaciones e incluso pueden atentar contra la vida del paciente y su frecuencia está en rango del 1 al 5%. Tiene una letalidad de menos del 10% y esta cuando se produce es generalmente por presencia de lesiones que alcanzan el nivel del sistema nervioso central lo que ocurre generalmente a través de la cavidad nasal hasta las meninges y el parénquima cerebral. (3-4)

Antecedentes históricos:

La terapia larval, también conocida como terapia de larvas, terapia de gusanos, terapia de desbridamiento por larvas o Biocirugía es una terapia en la que se utilizan larvas estériles criadas en laboratorios especiales de la mosca Phaenicia sericata para limpiar tejidos necrosados (muertos) de heridas provocando una miasis controlada. El uso médico es posible por la peculiaridad de que las larvas de este insecto se alimentan tan sólo del tejido muerto, evitando el tejido intacto, estimulando además la cicatrización.

Desde la antigüedad era ya conocida la utilización de larvas para la curación de heridas así como por los grupos étnicos actuales que viven fuera de nuestra cultura.

Los mayas utilizaban paños que previamente humedecían en sangre de animales y posteriormente puestos a secar al sol para que se poblaran de larvas y aplicaban a las heridas. La tribu extinta de los Ngemba o wongaibon de aborígenes australianos utilizaron este remedio durante milenios.

Los sanitarios del ejército británico destacados en Birmania, durante la segunda guerra mundial, observaron cómo los nativos hacían un uso tradicional de las larvas sobre las heridas, cubriéndolas con barro y hierbas húmedas. Ya en los siglos XVI y XVII, los cirujanos que acompañaban a los ejércitos de las guerras europeas documentaron el efecto de las larvas en las heridas de los soldados caídos.

Durante la guerra de la Independencia Española, John Gideon Millingen, médico que presenció la batalla de Talavera en 1809 afirmaba que las larvas no eran peligrosas. En las décadas del 1970 y 1980 el tratamiento se empleaba como último recurso en los casos de infección más refractarios. En la década del 1990 se produce un resurgir de la terapia.

En 1996 se creó la Sociedad Bioterapéutica internacional, una asociación profesional que se ocupa del estudio y la promoción de tratamientos con organismos vivos, y en especial de la terapia larva.

Ya en el año 2002 la terapia estaba siendo empleada en más de 2000 centros de salud. En 2003 la FDA determinó que la regulación de su uso se debía ajustar a la de un tratamiento médico. En la actualidad actualmente, excede de los 10.000 el número de centros que aplican esta terapia.

La especie de mosca Cochliomyia hominivorax fue descrita por primera vez por Coquerel en 1858, se distribuye por varios de los países de América y es un parásito obligado de los mamíferos en los que se incluye el hombre. La hembra de la mosca pone los huevecillos en los bordes de heridas o cualquier otro tipo lesión en la piel o en las mucosas de animales vivos. Depositando un promedio de 200 huevos en cada puesta, las larvas nacen antes de las 24 horas, entonces comienzan a alimentarse de los líquidos hísticos situándose con la cabeza hacia abajo y penetrando en forma de barreno hacia el seno de la lesión la que se hace cada vez más grande y profunda y con mayor destrucción del tejido como si se estuviera formando una bolsa. En Camagüey Cuba se reporta un caso de miasis intraorbitaria. (5)

La larva puede medir hasta 15 milímetros de largo por 3.5 de ancho. El desarrollo de la larva dentro de los tejidos provoca varios procesos patológicos de tipo irritativo, traumático, tóxico e infeccioso. Las larvas por sí solas, si se dejan desarrollarse, abandonan la herida entre los cuatro y ocho días, para pasar a otro estadio de desarrollo fuera del organismo pero hay que tener mucho cuidado pues en el caso de las larvas de Cochliomyia hominivorax son clasificadas como biontófagas y pueden destruir hueso y penetrar a la cavidad craneana. (2, 8,9)

En Estados Unidos de América se han reportado casos en los que las miasis nasales invasivas suelen llegar a la cavidad craneana a través de la lámina cribosa trayendo como consecuencia la muerte del paciente. (8, 10,11)

Presentación de Caso:

Paciente JMS, masculino, de 49 años con antecedentes de ser alcohólico crónico, se encontraba deambulando solo por una calle cuando sufrió inconsciencia y cayó al suelo, fue recogido en la vía por unos transeúntes que lo auxilian y le observan una extensa herida en el