El diafragma realiza una actividad respiratoria activa continua, siendo ésta quizás su función más conocida. Sin embargo, sus relaciones con estructuras fasciales lo constituyen como el punto convergente y distribuidor de tensión de las cadenas musculares, exponiéndolo a disfunción en su acción mecánica. Las técnicas manuales aplicadas al diafragma producen liberación del tejido fascial y el alargamiento de sus fibras, normalizan su contracción y proporcionan bienestar a las estructuras subyacentes.