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Aplicación de la escala neurológica canadiense en unidad de ictus

Aplicación de la escala neurológica canadiense en unidad de ictus

RESUMEN

La escala canadiense es una de las escalas más clásicas en la valoración de la capacidad funcional del ictus en pacientes que no estén estuporosos o en coma. Se administra fácil y rápidamente, y sirve para monitorizar la evolución del paciente en las primeras fases del ictus, fundamentalmente. Valora el nivel de conciencia, el lenguaje, la orientación y la respuesta motora, y contempla la posibilidad de pacientes afásicos o con imposibilidad de comunicarse.

Aplicación de la escala neurológica canadiense en unidad de ictus

AUTORES:

Inmaculada Martínez Reche (Diplomatura de Enfermería)

Magdalena Inmaculada Rojo Cánovas (Diplomatura de Enfermería)

Enfermeras del Servicio de Urgencias. Hospital Rafael Méndez De Lorca (Murcia)

El objeto de este trabajo es proporcionar información sobre la escala canadiense y su correcta aplicación a partir d una revisión bibliográfica.

Forma parte del protocolo de gran número de unidades de ictus, donde es realizada por Enfermería. Por su importancia y grado de difusión es importante una homogeneidad en su aplicación.

Palabras clave: ictus, unidad de ictus, escala canadiense, enfermedad cerebrovascular

ABSTRACT

Canadian scale is one of the most classic scales in the assessment of functional capacity of stroke in patients not stuporous or comatose. Administered easily and quickly, and is used to monitor patient progress in the early stages of stroke, mainly. Rate the level of consciousness, language, orientation and motor response, and contemplates aphasia or inability to communicate with patients.

The purpose of this paper is to provide information on the Canadian scale and d correct application from a literature review.

Part of the protocol number of stroke units, which is performed by nurses. Because of its importance and degree of diffusion is important homogeneity in their application.

Keywords: stroke, stroke unit, Canadian scale, cerebrovascular disease

INTRODUCCIÓN

En España el ictus es la primera causa de muerte en mujeres y la segunda en hombres y se puede considerar una verdadera epidemia, aproximadamente ocurre uno cada seis minutos, y que aumentara teniendo en cuenta que cada vez tenemos más esperanza de vida. También es la primera causa de discapacidad grave y la segunda de demencia, tras la enfermedad de Alzheimer. (1)

Las tres cuartas partes de los ictus afectan a pacientes mayores de 65 años, y debido a las previsiones de población en las que España sería en el año 2050 una de las poblaciones más envejecidas del mundo, se prevé un incremento de la incidencia y prevalencia de esta patología en los próximos años. (2)

La enfermedad cerebrovascular se debe a muchos factores que se desarrollan a lo largo de la vida y se acelera por la presencia de determinados factores de riesgo vascular. El desarrollo de la mayor parte de estos factores esta favorecido por el estilo de vida actual, con un abandono progresivo de los hábitos saludables. Dada la magnitud del problema y por ser un grupo de enfermedades en las que se han identificado factores de riesgo modificables cuya corrección potencialmente prevendría la aparición de la enfermedad, es necesario seguir analizando las características de este grupo de enfermedades en cuanto a su incidencia, letalidad y mortalidad así como la distribución de factores de riesgo en la población. (1)

Denominamos ictus a un trastorno brusco de la circulación cerebral, que altera la función de una determinada región del cerebro. (1)

Son trastornos que tienen en común su presentación brusca, que suelen afectar a ictus hemorrágicos; personas ya mayores, aunque también pueden producirse en jóvenes, y que frecuentemente son la consecuencia final de la confluencia de una serie de circunstancias personales, ambientales, sociales, etc., a las que denominamos factores de riesgo.

Los términos accidente cerebrovascular, ataque cerebral o, menos frecuentemente, apoplejía, son utilizados como sinónimos del término ictus.

El ictus, por lo tanto, puede producirse tanto por una disminución importante del flujo sanguíneo que recibe una parte de nuestro cerebro como por la hemorragia originada por la rotura de un vaso cerebral. En el primer caso hablamos de ictus isquémicos; son los más frecuentes (hasta el 85% del total) y su consecuencia final es el infarto cerebral: situación irreversible que lleva a la muerte a las células cerebrales afectadas por la falta de aporte de oxígeno y nutrientes transportados por la sangre. En el segundo caso nos referimos a son menos frecuentes, pero su mortalidad es considerablemente mayor. Como contrapartida, los supervivientes de un ictus hemorrágico suelen presentar, a medio plazo, secuelas menos graves. (12)

En relación a estas consideraciones, se distinguen varios tipos de ictus: Ictus trombótico, aterotrombótico o trombosis cerebral, Ictus embólico o embolia cerebral, Ictus hemodinámico, Hemorragia intracerebral, Hemorragia subaracnoidea

Aunque por su forma de presentación –súbita e inesperada– pudiera parecer que el ictus es una catástrofe imprevisible, en realidad –en la mayoría de los casos– no es así. El ictus es el resultado final de la acumulación de una serie de hábitos de estilo de vida y circunstancias personales poco saludables (factores de riesgo como edad mayor de 60 años, hombres, antecedentes familiares, ictus previos, y ser de raza negra americana, hipertensión arterial, tabaco, enfermedades cardiacas, colesterol, diabetes mellitus, consumo excesivo de alcohol, la obesidad, la vida sedentaria y uso de anticonceptivos orales). (3)