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Alimentación en el niño con pluridiscapacidad

Alimentación en el niño con pluridiscapacidad

La pluridiscapacidad se entiende como «una discapacidad grave de expresión múltiple, que asocia una deficiencia motriz y deficiencia mental severa o profunda y que provoca una restricción extrema de las posibilidades de percepción, de expresión y de relación. El Rol educador enfermero en este campo abarca temas como son: el bienestar y la calidad de vida, la educación, las necesidades de las familias, la afectividad, la comunicación, etc., que debemos tratar con amplias miras desde perspectivas distintas y que a la vez nos van a permitir incidir en la importancia de una atención integral a las personas afectadas (niños/adolescentes).

Alimentación en el niño con pluridiscapacidad

Autor: Juana Viceño Rodríguez

Diplomada en Enfermería / Master en Enfermería escolar

Hogares Mundet (Servicios residenciales de estancias temporales del adulto Mayor y el niño discapacitado) BARCELONA, España.

¿Pero qué pasa en cuanto a la alimentación? El estudio de la literatura existente sobre el tema, la experiencia en este campo, la ayuda de diferentes profesionales, (equipo multidisciplinar) que se dedican a la educación de niños con pluridiscapacidad (enfermera, psiconeurólogo, psiquiatra, educadores, fisioterapeutas, familia…, etc.), son del todo necesarios.

Se sabe por la literatura que los niños con pluridiscapacidad pueden conllevar trastornos secundarios: digestivos, respiratorios, ortopédicos, etc.

La VALORACIÓN FUNCIONAL (líquidos/sólidos) en estos niños es muy importante: funciones de las piezas dentales (masticación, trituración), cierre maxilar, posición de la mandíbula, salivación, movimientos de la lengua en el paso de los alimentos, problemas espiratorios/aspiraciones, presencia del reflejo de nausea… etc. Una vez valorados estos aspectos podremos tener una anamnesis muy completa y podremos intervenir adecuadamente, adaptándonos a cada niño en particular.

Me gustaría destacar que en los niños con pluridiscapacidad es muy importante la postura en la alimentación. Debemos tener en cuenta el control de la cabeza, el control de la cintura escapular, control del tronco, control de la pelvis, control de las piernas y control de los pies (Euforpoly (AIR, APPC/CRPC, AP3, CEFES, CESAP, Nexe Fundació, APPS, PAMIS) 2006).

La motivación de este tema viene derivada por el interés de proporcionar una mejor educación alimentaria en aquellos aspectos que son competencia de la Enfermera Escolar con niños/adolescentes con pluridiscapacidad, a la vez que adquirir mayor conocimiento sobre el tema.

El grupo de personas o grupo diana al que nos referimos comprende edades que van desde los 7 años hasta los 18 años. La causa de su discapacidad puede ser múltiple y variada o incluso desconocida (40%), pero en todos los casos existe una lesión cerebral. La capacidad de alimentarse en niños/adolescentes con PC se ve afectada y se manifiesta en el momento en que se introduce la alimentación semisólida y sólida. La consecuencia final de esas dificultades en la alimentación es la malnutrición.

En el tratamiento integral de estos niños, el cuidado de su alimentación ocupa un lugar destacado. El modo más correcto de abordar el problema implica la actuación coordinada de varios especialistas: pediatra, neurólogo, gastroenterólogo, rehabilitador, enfermeras, dietistas, logopedas, ect.

Comportamientos, factores personales y sociales relacionados con la población infantil/adolescente con discapacidad:

Estadística sociodemográfica comparativa España/Europa

La información, más actualizada, pertenece a la Encuesta realizada por el INE en 1999. Según el Instituto Nacional de Estadística, habla sobre que la prevalencia de niños con discapacidad, menores de 15 años, es del 56 por mil habitantes de todas las edades. Este grupo es dividido en otros tres, distribuyéndose la prevalencia de la siguiente manera:

– Niños menores de 6 años, 22 por mil, niños de 6 a 9 años, 19 por mil, y niños de 10 a 15 años, 15 por mil. Más allá de la edad pediátrica la prevalencia va aumentando con la edad.

Dentro de España, algunas Comunidades Autónomas han realizado sus propias estadísticas. El fin de estos estudios es conocer la población afectada e intentar introducir un plan de acción contra las discapacidades. Mostramos tres de ellas que son a las que hemos podido tener acceso: las de la Comunidad de Madrid, las de Cataluña y las del País Vasco.

Las Estadísticas de la Comunidad de Madrid realizan sus estudios teniendo en cuenta la población con un grado de discapacidad mayor del 33%. Respecto a la edad pediátrica el 3% de los niños menores de 4 años presenta una discapacidad. El total de los niños discapacitados entre 0 y 14 años se dividen en tres grupos: los menores de 4 años son el 41.3%, los niños entre 5 y 9 años son el 26.5% y los niños de 19 a 14 años son el 32.3%. En sus trabajos no se recoge más información respecto a la población infantil.

En las Estadísticas de Cataluña se recoge menos información y las clasificaciones son diferentes. Por ejemplo, respecto a las edades se separan dos grupos, de 0 a 4 años y de 5 a 15 años. En el año 2000 el porcentaje de personas reconocidas legalmente como disminuidas es del 0,47% del total de personas discapacitadas en el primer grupo, y del 4,1% en el segundo. Según el tipo de discapacidad en general, sin diferenciar por grupos de edad, la prevalencia de deficiencia motora es del 31%, de deficiencia física no motora es del 29%, deficiencia visual 8,4%, auditiva 3,8%, psíquica 13% del total de discapacidades. Según el grado de minusvalía, el 54,6% de los discapacitados tienen un porcentaje de minusvalía del 33 al 64%, el 26,7% tiene una minusvalía del 65 al 74%, ya aquellos con más del 75% de déficit constituyen el 18,6% del total. En la separación por sexos tampoco dividen por edades, y en general, el porcentaje de varones del total de personas con discapacidades es del 49,7% y la prevalencia de mujeres el del 50,3%.

Las Estadísticas del País Vasco se basan en las nacionales. Recogen muy pocos datos de los niños menores de 6 años, y el resto de niños está englobado en el grupo de personas de 6 a 64 años, como sucedía en la encuesta del INE, lo cual dificulta más las interpretaciones de los datos en la edad pediátrica. Sólo en la estadística de prevalencia de