La resiliencia emerge como respuesta humana basada en el principio de la supervivencia, es un tejido que tiene relación estrecha con su organización y dinámica psicológica y está ligada a las narrativas íntima y externa sobre la propia vida. A manera de conclusión, en la resiliencia es necesaria la participación del otro, que lo acompañe en el descubrimiento del talento latente que surge ante el dolor de la herida y le permita percibir su sentido trascendente, buscarle el sentido a la vida ante la adversidad. La resiliencia se construye continuamente, por ser proceso humano, es acto en actividad.