Los adelantos que se han generados en la Educación Superior en materia de organización del conocimiento, su transferencia y aplicación directa en la sociedad son sin duda una modelo de innovación a seguir. Que esto se pueda estar dando en sociedades subdesarrolladas sigue siendo cuestionable. En este sentido conviene detenerse un momento a reflexionar sí los beneficios y mejorías que esto supone han llegado a todos sin discriminación de ninguna índole.