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Semiología

Semiología

La patología es la parte de la medicina que trata del estudio sistemático de las enfermedades. La enseñanza y los conocimientos adquiridos por el médico a través de un vínculo directo y estrecho con su paciente constituyen la clínica. Clínica viene del griego kline: cama, lecho. La presencia del médico frente a la cama del enfermo define por excelencia lo que es la clínica.

Semiología

Dr. Hildebrando Romero Sandoval

Bien lo decía Feinstein “el clínico es el médico que se coloca a la cabecera del lecho del enfermo, el que acepta la responsabilidad por la vida que le ha sido confiada, el que planea la estrategia y ejecuta la táctica del cuidado terapéutico”. No obstante, por Medicina clínica no se entiende solo la atención de un paciente en su cama de enfermo, sino más bien toda actividad médica, frente o fuera del mismo, que toma como fundamento de su acción un estrecho vínculo entre el médico y el paciente.

La medicina clínica encuentra su grado máximo de expresión en la conversación o diálogo entre el paciente y el médico, recurso supremo para conocer y comprender al primero. A su lado los demás procedimientos van a permitir complementar y precisar diversos aspectos de la enfermedad, pero solo a través de la comunicación es que se indaga la historia (biografía) del enfermo, su vida, y su intimidad de ser pensante, plena de vivencias, de motivaciones y de proyectos.

Lo útil de la conversación como instrumento de diagnóstico, pronóstico y tratamiento es lo que define realmente la actividad clínica. Los procedimientos complementarios del examen varían y se perfeccionan cada día; en cambio la correcta conducción del dialogo, hoy ya en los terrenos de la investigación lingüística y del análisis mediante computadoras, va a caracterizar siempre al buen clínico. Este aspecto de la medicina clínica es la esencia de la ars médica, lo más difícil de adquirir y luego transmitir a los jóvenes estudiantes que se inician en el estudio del hombre enfermo. Su instrumento de exploración más importante, parafraseando a Don Gregorio Marañón, sigue siendo” una silla para sentarse a conversar y oír”.

La semiología o semiótica (semeyon, signo, logos, tratado) se ocupa del estudio de las expresiones de la enfermedad, es decir el estudio de los síntomas y de los signos de las enfermedades. La manera de expresarse la enfermedad, cualquiera que sea ella, constituye el síntoma. Síntomas son, por lo tanto, un vómito, una parálisis motora, una diarrea al igual que un estado de angustia, una obsesión o una amnesia.

Se llama signo clínico, a toda alteración claramente perceptible por el examinador, no importa su ubicación anatómica o el substrato fisiopatológico que lo motive.

En otras palabras la semiología médica es el arte y la ciencia reglamentada del diagnóstico médico, requisito indispensable para aplicar la terapéutica más apropiada y predecir la evolución, es decir, fundamentar un pronóstico. El valor diagnóstico de los síntomas tomados en forma aislada, o sea por si solos, por lo general es escaso, salvo excepciones, en los denominados síntomas patognomónicos (phatos, enfermedad; gnomon, indicador). En cambio, los síntomas que se relacionan unos con otros, que constituyen los llamados cuadros clínicos, son de gran valor diagnóstico, ya que la mayoría de las enfermedades tienen uno propio, no tanto en el periodo inicial o de los síntomas prodrómicos (pro delante dromo, curso), que por lo general son triviales o ambiguos, sino en el periodo de pleno desarrollo, denominado de estado, constituido por varios síntomas, pero siempre uno es más dominante o crucial.

En ocasiones el conjunto no es propio de una determinada enfermedad, es decir, una sola causa, sino de varias, entonces se denomina síndrome (sin, con, dromos, curso). El diagnóstico completo consiste en la individualización de la causa (diagnóstico etiológico) como de las alteraciones físicas (diagnóstico fisiológico) consecutivas. Siempre se ha tratado de un problema complejo, pues además del dominio de la semiotécnica y de la nosología se requiere de un correcto razonamiento y un buen criterio, susceptible de mejorar con la enseñanza, efectuada de preferencia al lado de otra persona más experimentada y siempre con el más severo control anatomopatológico, hasta ahora única manera de adquirir capacidad en el diagnóstico médico.

Todo síntoma clínico debe ser cuidadosa y atentamente analizado tomando en cuenta, los siguientes factores:

  1. Inicio, evolución en el tiempo y estado actual
  2. Conocimiento de las circunstancias que lo precedieron, los que se relacionan desde el inicio o los que modificaron su evolución
  3. Análisis atento de los síntomas o signos concomitantes
  4. Selección de aquellas exploraciones complementarias que puedan precisar su topografía, su mecanismo fisiopatológico y su causa
  5. Aspectos personales. Toda manifestación clínica en mayor o menor grado expresa características del paciente que se estudia, matizada por los rasgos de su personalidad.

Etiología y patogenia. La etiología se ocupa de estudiar las causas de las enfermedades. La patogenia analiza los mecanismos a través de los cuales se producen los síntomas y signos clínicos.

Aspectos generales del proceso de la comunicación

La comunicación es la base de las relaciones entre las personas y los grupos humanos. Puede definirse como el proceso de interacción e intercambio de información entre los hombres, donde unos pretenden influir en las costumbres, las ideas y las actitudes de los otros. Es decir, que toda comunicación es, al mismo tiempo, una intención consciente o inconsciente, de modificar al otro.

Por tal motivo, influye decisivamente en la calidad de la atención médica y es el elemento más importante en la relación médico-paciente-familia-comunidad. La comunicación puede ser directa (persona a persona) o indirecta (medios de comunicación, como p.ej., prensa escrita, la radio, la televisión y el cine). El que emite el mensaje es considerado la “fuente” (paciente), es quien debe elaborar y trasmitir la información, de forma tal que el “receptor” (médico) sea capaz de recibirla y “descifrarla”, es decir, comprenderla y, a su vez actuar entonces como “fuente” para el paciente. Cuando esto sucede se dice que están en sintonía.

Un sabio aforismo alemán dice “solo se llega a ser médico actuando como tal”. No se puede aprender el arte o la ciencia de la práctica médica con esta o cualquier otra bibliografía, ella no se consigue en la biblioteca, se aprende junto a la cama del enfermo. Para desempeñarse en el lugar de la acción se requieren ciertas facultades básicas: hay que saber hablar con el enfermo, como interrogar, como tocarlo, que síntomas buscar. No es posible conocer a fondo estas técnicas en un año, ni en una vida de práctica, pero si cabe aprender el método, que se debe dominar lo más rápido posible, ya que este, junto con las ciencias preclínicas, constituye la base sobre la cual el estudiante construirá su base clínica.