Inicio > Geriatría y Gerontología > Manejo de pacientes ancianos en estado terminal

Manejo de pacientes ancianos en estado terminal

Manejo de pacientes ancianos en estado terminal

RESUMEN

La muerte es una parte natural e inevitable de la vida. El médico debe defender y reforzar la dignidad del moribundo, permitiendo que tanto el cómo sus familiares conserven el control y participen, si ello es posible, en la asistencia final de la vida. El médico y los restantes miembros del equipo asistencial también deben aliviar y evitar el sufrimiento para ello se deben unificar criterios en un protocolo de manejo.

Manejo de pacientes ancianos en estado terminal

Dra. Lorena Torregrosa Cortiñas (I); Dra. María Julia Ceballos Alonso (II); Dra. Leonor Porto Franco (III); Dr. Yedennis Galindo Fernández (IV)

I Especialista de primer grado en Medicina General Integral. Especialista de primer grado en Geriatría y Gerontología. Profesor instructor. Camagüey. Cuba.

II Especialista de primer grado en Medicina General Integral. Especialista de primer grado en Geriatría y Gerontología. Máster en longevidad satisfactoria. Profesor asistente.

III Especialista de primer grado en Medicina General Integral. Especialista de primer grado en Geriatría y Gerontología. Máster en longevidad satisfactoria. Profesor asistente.

IV Especialista primer grado en Geriatría y Gerontología. Máster en longevidad satisfactoria.

Hospital Provincial Clínico Quirúrgico. Amalia Simoni Argilagos. Camagüey

Palabras clave: umbral del dolor

INTRODUCCIÓN:

La muerte es una parte natural e inevitable de la vida. Suele ser más importante ayudar al paciente y a sus familiares a sentirse cómodos y a encontrar significado a la experiencia de la muerte, que corregir las alteraciones fisiológicas. El médico debe defender y reforzar la dignidad del moribundo, permitiendo que tanto el cómo sus familiares conserven el control y participen, si ello es posible, en la asistencia final de la vida. El médico y los restantes miembros del equipo asistencial también deben aliviar y evitar el sufrimiento (tanto físico, como emocional o espiritual) de la forma más eficaz posible. (1)

Clasificación de terminales

  • Enfermedad oncológica
  • Enfermedad terminal no oncológica (criterios diagnósticos más prevalentes en ancianos):

– Neumopatía crónica: FEV1 < 30% del valor previsto

– Deterioro funcional grave no recuperable: índice de Barthel < 20, índice de Katz: F,G

– Demencia estadío clínico severo

– Insuficiencia cardiaca grado IV de la NYHA

– Enfermedad de Parkinson: estadio V de Hoehn y Yahr

– Hepatopatía crónica estadio C de Child. (2)

La edad de un paciente no debe afectar a su asistencia (alivio de sus sufrimientos y a su curación, siempre que sea posible), ni a los objetivos terapéuticos (es decir una optima calidad de vida relacionada con la salud, independencia, resultado final compatible con la creencias y objetivos personales del paciente).

El objetivo primario del tratamiento del cáncer es erradicar la enfermedad, si este objetivo no puede lograrse, el segundo es la paliación, la disminución de los síntomas y la conservación de la calidad de vida al tiempo que se intenta prolongar ésta. El aforismo primum non nocere (ante todo no hacer daño) no es necesariamente el principio que rige el tratamiento del cáncer. Cuando hay la posibilidad de curarlo, el cáncer puede tratarse pese a la certidumbre de efectos tóxicos graves y probablemente letales. (3)

Los pacientes con enfermedades terminales suelen experimentar molestias físicas y sufrimiento mental. Muchos temen que su malestar se prolongará y que nadie podrá controlarlo. El alivio de este malestar y la garantía de que podrá ser aliviado les permite llevar una vida más completa y centrarse en los aspectos derivados de la proximidad de la muerte.

Cuando se prevé que la supervivencia será breve, las opciones terapéuticas iniciales vienen marcadas por la intensidad de los síntomas. Cuando un síntoma es menos aflictivo que el temor a que empeore, quizá lo único necesario será asegurar al paciente que se dispone de un tratamiento eficaz. Si el síntoma es grave, puede ser necesario tratarlo de inmediato. Una prueba diagnóstica será o no adecuada en función de lo molesta que sea y de la posible utilidad de los datos que proporcione.

Dado que un síntoma puede obedecer a muchas causas y que la respuesta de los pacientes puede variar a medida que su situación empeora, es necesario mantener una estrecha monitorización de los tratamientos, que se deben reevaluar continuamente. Durante los períodos de alteración del metabolismo de los fármacos hay que tener un cuidado especial para evitar las sobredosificaciones inadvertidas. (4)

En muchos aspectos, el éxito del cáncer depende del éxito de los cuidados de sostén. El fracaso en el control de los síntomas del cáncer y en su tratamiento puede hacer que los pacientes abandonen el tratamiento curativo. De igual importancia es el hecho de que los cuidados de sostén son un determinante importante de la calidad de vida. Aun cuando la vida no puede prolongarse, el médico debe esforzarse en conservar su calidad. Las determinaciones de la calidad de vida se han convertido en criterios de valoración habituales de los estudios de