Se presenta el caso clínico de un varón de 40 años de edad con episodios de angioedema palpebral recidivante. Sin antecedentes personales ni familiares de interés.
Refiere desde hace un año episodios de edema palpebral recurrente que empeora con el decúbito. Progresivamente esta clínica se había ido agravando hasta afectar a cara, manos y pies; sin apenas mejoría con el tratamiento antihistamínico que había realizado.