Los médicos y odontólogos han indicado tradicionalmente la profilaxis antibiótica para la prevención de la endocarditis bacteriana en determinados grupos de pacientes. Actualmente, las guías más recientes han demostrado la falta de evidencias clínicas suficientes para justificar la práctica generalizada de la profilaxis (2), por lo que se ha limitado la profilaxis antibiótica a determinadas intervenciones y tipos de cardiopatías.