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Algo mas sobre Andres Vesalio
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Autor: Dr. Leonardo Strejilevich
Publicado: 24/09/2007
 


El célebre anatomista del Renacimiento Andrés Vesalio (Andreas Vesalius; André Vésale) pertenece a la gran familia de creadores e innovadores que hicieron trascendente el pensamiento del siglo XVI. No es posible recortar su figura haciendo abstracción del acontecer de su época en la que florecieron Fray Luis de León, Botticelli, Palestrina, Leonardo da Vinci, El Greco, Durero, Cervantes, Lope de Vega, Miguel Angel, Monteverdi, Shakespeare, Tiziano, Rubens, Rafael, Copérnico, Paracelso, Miguel Servet, Galileo, Magallanes, Vasco de Gama, Erasmo, Lutero, Ignacio de Loyola, Francis Bacon y tantos otros.


Algo mas sobre Andres Vesalio.

ANDRES VESALIO. 1514 – 1564


El célebre anatomista del Renacimiento Andrés Vesalio (Andreas Vesalius; André Vésale) pertenece a la gran familia de creadores e innovadores que hicieron trascendente el pensamiento del siglo XVI. No es posible recortar su figura haciendo abstracción del acontecer de su época en la que florecieron Fray Luis de León, Botticelli, Palestrina, Leonardo da Vinci, El Greco, Durero, Cervantes, Lope de Vega, Miguel Angel, Monteverdi, Shakespeare, Tiziano, Rubens, Rafael, Copérnico, Paracelso, Miguel Servet, Galileo, Magallanes, Vasco de Gama, Erasmo, Lutero, Ignacio de Loyola, Francis Bacon y tantos otros.

Política, arte, filosofía y religión sufren grandes transformaciones que se canalizan hacia el surgimiento de una cultura nueva y prospectiva que marca un progreso, hasta nuestros días sentido, que modifica sustancialmente el devenir y el futuro de la historia.

La astronomía y la física reciben un fuerte impulso; se inventan los símbolos algebraicos; surge la botánica científica y la zoología encara con un espíritu más objetivo el estudio de los animales.

En las universidades, la penetración del conocimiento renovado es lenta y resistida a causa de la oposición de los postaristotélicos. Aumenta el interés por los estudios de la filosofía natural y se esboza el método científico.

En este marco nace en la noche de San Silvestre (31 de diciembre) de 1514, en Bruselas, Andrés Vesalio. Su familia, alemana de Vesel (a orillas del Rin), contaba con eminentes médicos y farmacéuticos entre sus antepasados.

Lovaina, luego la Universidad de Montpellier y más tarde París (1533-1536) formaron a Vesalio en el arte de la medicina junto a sus maestros Guido Guidi, Jacobo Dubois ó Silvio – con el andar del tiempo su más encarnizado enemigo – y Juan Whinter von Andernach, con el que trabaja en compañía de Miguel Servet.

En pleno período de estudiante, movido por el afán de disponer de cadáveres humanos para sus prácticas de disección, actuó como cirujano en el ejército del emperador Carlos V, viéndose por demás cumplido con sus aspiraciones después de la entrada del ejército imperial en Italia.

El trabajo arduo y sistemático de Vesalio en la disección hizo que adquiriera gran prestigio como anatomista; este “extranjero” de veintitrés años es designado profesor de anatomía en la Academia de Padua por el Senado de Venecia (1537). Varios centenares de estudiantes sacaron provecho de sus enseñanzas durante siete años y también los de Pisa y Bolonia, donde dictó numerosas conferencias.

Paralelamente a su desempeño docente comienza a escribir una obra completa sobre la anatomía del cuerpo humano con la colaboración, en el dibujo anatómico, de Stephen van Calcar y de Domenico Campagnola como paisajista del fondo de las láminas, tablas y xilografías; ambos jóvenes pintores eran discípulos del Tiziano.

Subyugado, como tantos otros, por el principio de autoridad galénica, tardó algunos años en llegar al convencimiento de que la anatomía de Galeno, en su mayor parte, se fundaba en observaciones practicadas sobre animales. A partir de esta convicción, se inclina por confiar absolutamente en sus propias observaciones por examen directo y atento de disecciones cadavéricas humanas.

Publica seis tablas anatómicas en 1538 y traduce gran parte de la obra de Galeno (1541); ambos esfuerzos no se popularizan y muy pronto son olvidados.

El manuscrito de su obra, junto a gran cantidad de xilografías del esqueleto, de la musculatura, de los intestinos y de los sistemas nervioso y vascular (en total unos trescientos), fue enviado en manos del mercader Danoni a Basilea donde el más afamado impresor del aquel tiempo, Johannes Oporinus, acometió la empresa de editar la obra de Vesalio.

Al año siguiente (Basilea; 1543) aparece “De humani corporis fabrica libri septem”, la obra cumbre de la medicina de aquella época; fue el primer texto completo ilustrado de anatomía humana; el libro más significativo en la historia de la medicina y el resumen de toda una tradición de cultura médica y, obviamente, una de las obras de arte más hermosas hecha por un solo hombre de veintiocho años (tuve la inefable oportunidad de estudiarla en la Biblioteca de Profesores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires siendo muy joven – ejemplar de 40 x 27 cm.; 824 páginas divididas en siete libros o capítulos; esmeradamente impreso en grueso papel y en caracteres latinos; todos los capítulos se inician con una viñeta inicialada y alegorizada; los dibujos son grabados en madera de boj; la encuadernación no es la original (data de aproximadamente 150 años - y reencontrarme con ella, cuarenta años más tarde, en la Biblioteca Privada de la Universidad de Salamanca en España).

Vesalio prologa en su “Fabrica”:

- “En el primer libro hemos expuesto la constitución ósea y cartilaginosa del esqueleto, que debe ser la base de los estudios para todos los anatomistas. Las demás partes del cuerpo dependen de éstas y sólo pueden describirse en relación con ella”.
- “El segundo libro trata de los ligamentos que unen los huesos y el cartílago y de los músculos y órganos que hacen posible nuestro movimiento voluntario”.
- “El tercer libro describe las numerosas venas y arterias que conducen la sangre necesaria como alimentación a los músculos y órganos, a los huesos y demás partes del cuerpo, para regular en ellos el calor natural y su espíritu vital”.
- “El cuarto libro trata no sólo del curso de los nervios que transmiten el espíritu animal a los músculos, sino también de la función de todos los nervios”.
- “El quinto libro describe la constitución de los órganos que regulan la alimentación efectuada con la comida y la bebida y contiene la descripción de los órganos destinados a la procreación”.
- “El sexto libro se refiere al corazón, fuente de la vida, y a las partes del cuerpo con él relacionadas”.
- “El séptimo libro describe la armonía de los órganos cerebrales y sensoriales y se repite lo expuesto en el cuarto libro sobre los nervios que parten del cerebro”.

Vesalio, como se ve, estudió todos los sistemas orgánicos. Esta obra maravillosa, revolucionaria y que desacredita gran parte de la medicina antigua coincide con la publicación, en otro orden de cosas, del libro de Copérnico “De revolutionibus orbium coelestium”, aparecido el mismo año.

“De humani corporis fabrica libri septem”, editado por primera vez en 1543, es reimpreso en segunda edición y en tamaño reducido en Lyon (1552). Aparece una tercera edición, nuevamente en Basilea y del tamaño original, en 1555.

Asombra, aún en nuestros días, la exactitud de las descripciones vesalianas aunque se deslizan errores de descripción e interpretación justificables para la época (el cristalino es situado en el centro del ojo y no en la parte anterior del mismo; se afirma que el cerebro se compone de mucosidad y que la hipófisis es un órgano destinado a regular la mucosidad cerebral (pituita), evacuando el excedente por la nariz - glándula pituita cerebri excipiens -; etc.).

Vesalio luchó con denuedo por afirmar y demostrar que el conocimiento anatómico y médico que él proponía era el verdadero pese a lo desfavorable de la crítica. Su obra despertó polémicas acerbas y duras que lo llevó a un estado de agobio y desesperanza; su tiempo lo devoró intelectualmente. Manuscritos, comentarios sobre los trabajos de Rhazes, ejemplares traducidos de Galeno, correcciones, notas y dibujos, fueron incinerados por sus propias manos.

En los veinte años siguientes a la aparición de la “Fabrica”, Vesalio no tuvo producción científica ni publicaciones; la España de los Habsburgos estaba consternada; las guerras insurreccionales de los comuneros castellanos trajeron consecuencias políticas y sociales muy difíciles; Vesalio, en su carácter de médico de cabecera de Felipe II (Madrid; 1556-1562) y salvador del príncipe heredero don Carlos, dedicaba sus mejores energías a yugular los ataques de gota de su rey, a asistir a cenas fastuosas, a pulir sus modales reglando su existencia por las normas de la etiqueta, a enriquecerse, a tomar esposa y a trocar la vida intelectual por la vida fácil. En España no había y estaba prohibida la disección anatómica en cadáveres humanos. En 1544, ingresa definitivamente al servicio del emperador Carlos V, abandona por completo la ciencia y queda prisionero del ambiente austero y monástico de la corte.

En 1561, cae en sus manos un trabajo de Falopio (1523-1562), su sucesor en la escuela anatómica de Padua; este trabajo le trae añoranzas de su antiguo quehacer de anatomista en Italia y le agradece a Falopio en una carta nostálgica enviada por intermedio del embajador veneciano.

En 1564, rompe súbitamente sus compromisos madrileños y parte hacia Tierra Santa. Se discute acerca de esta decisión motivada, según algunos, por sus críticas a la vida de los religiosos consiguiendo la enemistad del clero; otros afirman que había autopsiado la persona de un noble de la Corte (don Pedro Ruiz, Marqués de Grijalva ?) muerto envenenado por el Ministro de Estado). Por esto, o por nada de esto, fue sentenciado a muerte por el Santo Oficio del Tribunal de la Inquisición. Felipe II intercedió por su Archiatrus y la pena fue conmutada trocándola por una peregrinación a Tierra Santa. Lo cierto es que Vesalio llega a Jerusalem; allí recibe el anuncio de la muerte de Falopio junto a la solicitud para que reanudara sus actividades en Padua. Vesalio apresura el regreso pero su barco naufraga durante el viaje cerca de la isla de Zante (sus mirtos y laureles cantaron Homero y Virgilio), donde fallece el 15 de octubre de 1564 a consecuencia de una enfermedad (tifus ?). Un joyero halló y reconoció su cuerpo y erigió un pequeño monumento sobre sus despojos en la iglesia del pueblo inmediato.

La obra de Vesalio fue el primer paso dado en el sentido de conocer el cuerpo humano a través de un examen basado en la disección de cadáveres humanos; así se abre el acceso al conocimiento científico de la morfología humana; el interés anatómico adquirió grandes proporciones; los fueros eclesiásticos finalmente aceptaron la opinión médica y autorizaron la disección de cadáveres humanos (bulas del Papa Sixto IV y Clemente VII); se racionalizó la cirugía a través del conocimiento de la anatomía, la fisiología inició su desarrollo a la zaga de la anatomía; se derrumbó la autoridad de Galeno; inspiró a varios de sus ilustres contemporáneos como Gabriel Falopio (1523-1562), Fabricio de Aquapendente (1537-1619), Bartolomé Eustaquio (1524-1574), Realdo Colombo (1516-1559).

Antes de Vesalio, el “gran holandés”, el cadáver humano no tenía ninguna importancia médica; el material anatómico inscripto en grabados en los libros de medicina consagrados en la época no respondía a la realidad; los barberos practicaban algún tipo acotado de cirugía y de disección y eran incompetentes para comprender los textos anatómicos por otra parte erróneos y basados en disecciones practicadas sobre animales; las universidades no se adaptaron oportunamente a los nuevos conocimientos y los prejuicios religiosos y sociales contribuyeron a mantener el atraso; los catedráticos no enseñaban las cuestiones prácticas que, por otra parte, desconocían y nunca intervenían en las disecciones que eran realizadas por personas ajenas al ámbito de los estudios médicos. Los descubrimientos anatómicos de la época prevesaliana se hicieron sobre cadáveres robados de horcas y sepulcros y, en general, por personas desvinculadas de la universidad; los cadáveres humanos eran escasos y era difícil conseguirlos para estudio. En tiempos de Vesalio, el aprendizaje de la anatomía y de la medicina en general era de tipo académico. Ni los Silvio ni los Guido Guidi efectuaban disecciones o mostraciones prácticas; sentados en sus sillones leían a Galeno al tiempo que un ayudante señalaba la parte con un puntero evitando tocarla con las manos; sólo el barbero y el cadáver, carecían de togas.

Vesalio disecaba personalmente al mismo tiempo que impartía enseñanza teórica; la vieja educación médica perimía; la práctica de la medicina y la investigación serían en adelante los fundamentos para el conocimiento.

Llama la atención, que los primeros avances en el conocimiento de la anatomía humana antes de Vesalio, fueron hechos por pintores y escultores que comprendieron su importancia antes que los propios médicos como Giotto, Masaccio, Veroccio, Leonardo, Miguel Angel, Rafael, Durero.

No es absolutamente cierto que Vesalio, pese a su tono polémico y a su agresividad verbal, haya sido un enconado enemigo de Galeno. Fue un entusiasta transformador revisionista y crítico de la obra de Galeno a la que estudió en profundidad, especialmente en París – la más ortodoxa de las universidades y baluarte de los galenistas -; no era Galeno ni su obra lo que molestaba a Vesalio sino su “método”. Rectificó, corrigió más de doscientos errores, realizó observaciones más cuidadosas y exactas; amaba al “príncipe de los médicos”. Con la “Fabrica” se origina la anatomía y la medicina moderna; ver, palpar, confiar sólo en la observación directa, razonar bien para extraer conclusiones válidas, actuar con escalpelo en mano sobre el humano, investigar, actualizar el conocimiento; a partir de Vesalio se construyó el andamiaje irremplazable del saber médico.

Dr. Leonardo Strejilevich
Neurogerontología – Neurogeriatría.
Master en Gerontología Social. Universidad Autónoma de Madrid.
República ARGENTINA.