Muchas personas que conviven con la violencia casi a diario la asumen como consustancial a la condición humana, pero no es así, es posible prevenirla y disminuir sus efectos, es posible cambiar los factores que contribuyen a producir respuestas violentas, ya sea las dependientes de las actitudes y el comportamiento o las relacionadas con situaciones sociales, económicas, políticas y culturales ya sea mediante acciones individuales y comunitarias en pequeña escala hasta las iniciativas nacionales de política y legislativas.