Una educación en la que prima la mecánica por encima del análisis, en la que no se introducen los conceptos de respeto a sí mismo y hacia los demás, en la que es más importante el número de materias vistas y la cantidad de alumnos en el salón de clases, que la calidad de las clases impartidas y lo que éstas dejan para la vida, es una educación que se convierte en el opio de la humanidad.