Tras una exposición corta de ruido pero por encima de 85 db provoca una fatiga auditiva volviendo a la normalidad transcurrido unos minutos u horas de descanso. Conforme el tiempo de exposición o la intensidad aumenta o ambas a la vez, da lugar a que la recuperación de la audición no vuelva a su normalidad. Se produce una pérdida auditiva residual llamada hipoacusia causada por el ruido.