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La enfermedad de Parkinson y su tratamiento con L-Dopa

La enfermedad de Parkinson y su tratamiento con L-Dopa

Resumen

La enfermedad de Parkinson es un proceso neurodegenerativo del sistema extrapiramidal que afecta aproximadamente al 1% de las personas mayores de 50 años. Entre sus rasgos clínicos más importantes figura el temblor de reposo, la rigidez, la lentitud en los movimientos corporales, la inestabilidad postural y la inexpresividad facial.

La enfermedad de Parkinson y su tratamiento con L-Dopa

Mari Carmen García García, Diplomada en Enfermería, Experto en Gestión de Servicios de Enfermería, Experto en Cuidados Oncológicos y Paliativos.

La Enfermedad de Parkinson responde positivamente al tratamiento con un medicamento, llamado L-DOPA, el cual es el precursor de un neurotransmisor cerebral, la dopamina. Dicho neurotransmisor se encuentra alterado en la Enfermedad de Parkinson. El objetivo es describir las principales características de la enfermedad de Parkinson y su tratamiento con L-Dopa. Se ha realizado una revisión de la literatura científica basada en las bases de datos Scielo, Elsevier, Cochrane y Cuiden, con los descriptores: Enfermedad de Parkinson, levodopa, terapéutica.

Desarrollo

La enfermedad de Parkinson es un proceso neurodegenerativo del sistema extrapiramidal que afecta aproximadamente al 1% de las personas mayores de 50 años. Fue descripta por primera vez por el médico inglés James Parkinson en 1817. Entre sus rasgos clínicos más importantes figura el temblor de reposo, la rigidez, la lentitud en los movimientos corporales, la inestabilidad postural y la inexpresividad facial. Las causas de esta enfermedad no se conocen completamente. En algunos casos puede tener componente familiar y en raras ocasiones se asocia a infecciones neurotrópicas virales o a tóxicos como el manganeso o derivados de la heroína.

El nombre de Enfermedad de Parkinson se usa para definir el síndrome descrito, cuando no se detectan para el mismo unas causas concretas. El nombre de Síndrome Parkinsoniano se emplea para describir el conjunto de signos y síntomas (esto es lo que significa síndrome) caracterizados por rigidez, temblor y torpeza motriz, cuando éste se debe a otras causas neurológicas. Así por ejemplo hablaremos de Síndrome Parkinsoniano en una persona que tiene el temblor y la rigidez a causa de una Enfermedad de Alzheimer, o en otra persona, la cual ha tomado medicamentos que producen estos síntomas como efectos secundarios. Reservaremos el nombre de Enfermedad de Parkinson para aquellos casos en que, en ausencia de otra enfermedad o causa, aparecen los síntomas referidos sobre movimiento, temblor y rigidez.

Más extensamente podemos decir que las características propias de la Enfermedad de Parkinson son las siguientes:

  1. Pobreza de movimientos, torpeza, lentitud. Los primeros síntomas suelen ser de este tipo: disminución de los movimientos faciales con poca expresividad, reducción del parpadeo espontáneo y del braceo durante la marcha, enlentecimiento al vestirse o asearse, pérdida de habilidad y destreza, trastornos de la escritura que se hace lenta y de trazos pequeños, dificultad para la masticación y la deglución. Disminución del tono de voz. Pérdida de la entonación al hablar. La marcha se hace más lenta con dificultades para los giros. En algunos casos, aceleración irrefrenable al andar, con dificultad para pararse.
  2. Temblor, que al principio se interpreta como de nerviosismo. Suele ser temblor de reposo que, en las primeras fases, disminuye cuando se inicia un movimiento. Afecta a los brazos, y más tarde a las piernas.
  3. Rigidez, aumento del tono muscular. Normalmente el paciente no lo valora, pero el médico lo descubre con facilidad cuando intenta mover pasivamente sus extremidades.
  4. Otros síntomas: depresión, llanto, insomnio, pérdida de apetito, desorientación, trastornos de la memoria y de la concentración, aumento de la secreción sebácea de la piel de la frente y de la cara, trastornos de la micción, dificultad para tragar.

Tratamiento de la enfermedad de Parkinson: L-Dopa

La Enfermedad de Parkinson responde positivamente al tratamiento con un medicamento, llamado L-DOPA, el cual es el precursor de un neurotransmisor cerebral, la dopamina. Dicho neurotransmisor se encuentra alterado en la Enfermedad de Parkinson. Pero otros cuadros de síndrome Parkinsoniano, por ejemplo el debido a la llamada Parálisis Supranuclear progresiva, no responden al tratamiento con L-DOPA. Otro ejemplo de Síndrome Parkinsoniano sería el debido a enfermedad vascular cerebral, el cual debe ser tratado, de forma prioritaria, como cualquier enfermedad vascular, previniendo las microembolias que dan lugar a los síntomas propios de los infartos cerebrales repetidos.

El tratamiento de la Enfermedad de Parkinson tiene una base extremadamente racional. La degeneración de un grupo de neuronas situadas en una zona del cerebro llamada «sustancia negra» da lugar a la enfermedad. La degeneración se aprecia por la reducción, en más de un 80 %, del neurotransmisor que dichas neuronas emplean para comunicarse: la dopamina. El tratamiento consiste en aumentar la producción de dopamina, y para ello se administran al paciente tres tipos de sustancias:

1) La L-dopa, precursor de la dopamina,

2) Los inhibidores de la descarboxilasa, el enzima que aceleraría excesivamente el proceso, y

3) Los favorecedores de la transmisión de la dopamina: bromocriptina, lisuride y pergolide.

Otros fármacos que se aconsejan como complementarios son la selegilina y los agentes antioxidantes, como la vitamina C