En las últimas décadas se ha observado un fenómeno a nivel global, tanto en los países del llamado primer mundo como en los subdesarrollado, el envejecimiento acelerado de la población debido fundamentalmente a las altas expectativas de vida alcanzado por los mismos. Aunque es un proceso asimétrico, no deja de manifestarse a nivel mundial, y nuestro país que tiene una esperanza de vida al nacer que roza los 80 años, no es ajeno a ellos, todo lo contrario, es uno de lo más envejecido del continente americano, y por qué no, dentro de poco a nivel mundial.