¿Conocen las enfermeras la técnica y representación de la gasometría arterial?
La gasometría arterial es una técnica que tiene como objetivo la medición de oxígeno y dióxido de carbono presente en la sangre generalmente procedente de la arteria. Realmente, se puede llevar a cabo una gasometría en cualquier líquido biológico, pero donde mayor fiabilidad diagnóstica tiene es en la sangre, pudiéndose obtener la muestra en la sangre venosa periférica, sangre venosa central y sangre arterial (1).
¿Conocen las enfermeras la técnica y representación de la gasometría arterial?
María Garrido Piosa. Diplomada y Máster en Ciencias de la Enfermería. Enfermera en el hospital Raymond Poincaré, París.
Ossama Nasser Laaoula. Diplomado y Máster en Ciencias de la Enfermería. Enfermero en el hospital Ambroise Paré, París.
Palabras clave: gasometría arterial, Enfermería, técnicas de Enfermería
INTRODUCCIÓN
Dicha prueba se lleva a cabo para evaluar el estado del equilibrio ácido-base (preferentemente en sangre periférica) y para evaluar el pulmón y detectar enfermedades respiratorias (sangre arterial) (2). En ocasiones también puede servir para valorar el estado hemodinámico, utilizándose la saturación venosa de oxígeno en sangre venosa central (mixta).
La obtención de la muestra debe obtenerse en las condiciones máximas de asepsia, como en los demás casos de pruebas invasivas. Como condiciones generales, para llevar a cabo la obtención de la muestra, se precisa como mínimo una habitación que incorpore un lavabo para la limpieza y desinfección de las manos. También es aconsejable contar de una camilla o sillón para acomodar al paciente por si se marea durante la punción. En general, se recomienda que el paciente esté sentado mientras ejecutamos la técnica. De este modo, el paciente deberá permanecer sentado diez minutos antes de la punción para no alterar la concentración de los gases. Éste además, debe abstenerse de fumar y si es posible, de tomar broncodilatadores y vasodilatadores y/o recibir oxigenoterapia previamente a la punción (3).
La sangre venosa periférica se puede obtener de cualquier parte de las extremidades: en el brazo (vena cefálica, basílica, radial, cubital, vena mediana lateral o vena mediana medial), en la mano (vena radial y cubital) o en las piernas (vena femoral, poplítea, tibial anterior y tibial posterior) (3). La sangre arterial se puede obtener de cualquier arteria, siendo las más utilizadas la radial, femoral y humeral. La más fácil y menos dolorosa y agresiva es la arteria radial. La arteria carótida no deberá utilizarse nunca para extraer muestras de gasometrías (4).
De debe tener en cuenta que la invasión de la luz arterial puede provocar espasmo, formación de un trombo intramural o aparición de un hematoma periarterial. Entre los riesgos de la prueba de gasometría, podemos citar por tanto el riesgo de hemorragias y trombosis. Consecuentemente, es una técnica que se tiene que utilizar en casos indicados e imprescindibles.
Debido a las posibles consecuencias o efectos no deseados de la punción previamente mencionados, es recomendable verificar la viabilidad de la circulación colateral. Esto se realiza mediante la prueba del test de Allen. De este modo, se pide al paciente que cierre y abra la mano tras haber localizado y comprimido la onda del pulso radial y cubital. Tras 5-10 flexiones, suele aparecer palidez isquémica palmar. Con la mano extendida, se liberará la compresión cubital y se registrará el tiempo necesario para que reaparezca la coloración palmar habitual. Este tiempo se considera normal cuando es menor de 15 segundos (2).
Como ya hemos mencionado anteriormente, la técnica de la gasometría es dolorosa, por lo que está indicado el uso de analgesia antes de llevar a cabo dicha prueba invasiva. Para esta analgesia podemos utilizar la crema Emla en adultos o parches en niños. Aún así, hay evidencias de que muchos profesionales de Enfermería no utilizan este tipo de analgesia para esta prueba por diferentes motivos, los cuales, vamos a investigar con el desarrollo del siguiente estudio (5,6).