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Intervención educativa sobre consumo excesivo de alcohol

Intervención educativa sobre consumo excesivo de alcohol

El consumo de alcohol constituye una de las toxicomanías más difundidas actualmente por su carácter legal y aceptación en la población de la mayoría de los países del mundo occidental. Constituyen una preocupación ante la magnitud de los daños biológicos y sociales provocados por su uso frecuente y embriagante, aun sin llegar a ser el individuo dependiente de esta droga. (1)

Intervención educativa sobre consumo excesivo de alcohol

CMP La Alcabala. 2013- 2014

Autores:

  1. Dionne Siveria Fernández. Especialista de primer Grado en Medicina General Integral.
  2. Yanier Serrano García. Médico General Básico. Aspirante a Investigador.
  3. Taimí Miranda Vergara. Residente de primer Año en Urología.
  4. Mabel Agramonte Cuan. Especialista de primer Grado en Medicina Interna. Profesor Asistente. Máster en Enfermedades Infecciosas.
  5. Juan Carlos González Rodríguez. Especialista de primer Grado en Medicina Interna. Profesor Asistente.

Universidad de Ciencias Médicas Dr. ¨Carlos J. Finlay¨, Policlínico Este. Camagüey. Cuba.

RESUMEN

El consumo de alcohol constituye una de las toxicomanías más difundidas actualmente por su carácter legal y de aceptación en la población. Se realizó un estudio cuasi experimental (intervención educativa) con el objetivo de evaluar el nivel de conocimiento sobre consumo excesivo de alcohol en la población del CMP La Alcabala, perteneciente al ASIC La Urbina del municipio Sucre estado Miranda durante el período de abril de 2013 a marzo de 2014. Para ello se contó con un universo constituido por 1868 pacientes, después de aplicados los criterios de inclusión y exclusión, utilizándose el muestreo aleatorio simple se seleccionó una muestra formada por 98 pacientes. Para su selección se tuvo en cuenta criterios de inclusión, exclusión y salida.

La investigación constó de tres etapas: etapa diagnóstico, pasando luego a etapa de intervención y finalmente la etapa de evaluación. Se operacionalizaron variables como: edad, sexo, nivel educacional, consumo de alcohol de la población, repercusión social y repercusión familiar. Los datos recopilados fueron procesados por medios computarizados y se presentaron en 8 tablas.

Dentro de los principales resultados se encontró que predominó el sexo masculino en un 73.47% y el grupo de edades entre 28-38 años (42.86%), prevaleció el nivel de escolaridad secundario en el 45.92%. Predomino la categoría de bebedor de riesgo en el 73.00% de los pacientes. La intervención educativa resultó efectiva ya que se obtuvo evaluación de buena en el 100% de los pacientes lográndose elevar el nivel de conocimiento sobre consumo excesivo de alcohol. Teniendo en cuenta los resultados obtenidos, se concluyó que la intervención educativa aplicada demostró ser eficaz.

Palabras Clave: Intervención educativa, consumo, alcohol.

INTRODUCCIÓN

Ante esta situación se despliegan acciones en las que se destaca el papel del profesional de la salud desde su función reguladora y de agente de cambio que planifica, ejecuta y controla estrategias de intervención en un mundo caracterizado por la complejidad de los procesos y por las influencias de los adelantos científico-técnicos. En este sentido los esfuerzos están dirigidos al logro de una óptima calidad de vida del individuo, la familia y la comunidad mediante la integración de acciones intersectoriales en donde se considera al hombre como un ser psíquico, biológico y social. (1- 22)

La Educación para la Salud se sustenta en dos premisas básicas: la necesidad de educar a la población para que comprenda la base científica de los nuevos programas de Salud Pública y la necesidad de educar a los individuos para que cambien su comportamiento y poder prevenir enfermedades. (1, 2)

Desde la precisión de estas premisas debe comprenderse la importancia de investigar en el tema del alcoholismo, lo que queda explícito en lo expresado en la Resolución 58-26 de la OMS/OPS, derivada de la Asamblea General efectuada en mayo de 2005.(3) En la referida resolución se plantea que: “El uso nocivo del alcohol se ha elegido como el principal factor de riesgo para enfermar en el mundo subdesarrollado y el tercero en el mundo desarrollado, a pesar de competir en el listado con otros 26 factores de riesgo, entre los que se incluyen: el sobre peso, sexo inseguro, agua y salubridad inseguras, la presión arterial alta, fumar en espacios cerrados, colesterol “malo” alto, bajo consumo de frutas y vegetales, inactividad física, uso de drogas ilícitas y estrés laboral, entre otros”.

En el mundo dos mil millones de personas ingieren alcohol como parte de su estilo de vida y 77 millones son alcohólicos identificados, pese al subregistro que lo vinculan con más de 60 tipos de enfermedades y lesiones. Esta situación causa 1,8 millones de muertes anualmente. Estudios realizados indican que en Cuba la situación no es diferente: En la población mayor de 15 años hay 430 mil alcohólicos (5%) y 860 mil bebedores de riesgo (10%). Debido a esta situación el uso del alcohol se relaciona con el 30% de accidentes del tránsito fatales y al 50% de los divorcios y problemas laborales. Cabe destacar que es alarmante la tendencia del uso irresponsable del alcohol de parte de los jóvenes en las últimas décadas. (4)

Es importante significar que las apreciaciones comunitarias vinculan los riesgos sociales solamente a su potencialidad adictógena, sin valorarlo como droga el consumo de otras sustancias, ni la alta peligrosidad y nefastas repercusiones de los comportamientos bajo su influencia.

Otros resultados, que aparecen registrados en el Programa Nacional de Prevención y Control del Alcoholismo y Problemas Relacionados con el consumo inadecuado de Alcohol (5) indican que: El Instituto de Medicina Legal ha reportado alcoholemia positiva en un elevado por ciento de los fallecidos por homicidio,