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Uso de medicación en el niño y el anciano

Uso de medicación en el niño y el anciano

La administración de medicamentos en niños y adultos mayores, requiere de cuidados especiales. Esto es debido a que cada organismo reúne características particulares; por lo que al elegir los medicamentos éstos deben ser adecuadamente seleccionados. Los medicamentos se deben usar con precaución y de manera especial en niños y ancianos, debido a que estos actúan de una manera diferente en sus organismos que en el de una persona adulta.

Uso de medicación en el niño y el anciano

María Garrido Piosa. Diplomada. PHd en Enfermería. Enfermera en el hospital Raymond Poincaré. París.

Ossama Nasser Laaoula. Diplomado. PHd Enfermería. Enfermero en el hospital Raymond Poincaré. París.

Lucía Jiménez Cupet. Diplomada en Enfermería. Enfermera en el hospital Raymond Poincaré. París.

INTRODUCCIÓN

Es importante al elegir un medicamento tener en cuenta el desarrollo de los órganos en los niños y ancianos pues su absorción, distribución, metabolismo y excreción (eliminación) se pueden ver afectados. En los niños sus sistemas y órganos se encuentran en constante desarrollo a diferencia de los adultos mayores que presentan deterioro o alteración en sus funciones. En ambos casos, es importante evitar la automedicación y recurrir al personal de salud para evitar problemas futuros que puedan presentarse (1,2).

EN NIÑOS

A la hora de administrar un fármaco en un niño, hay que considerar que éstos son diferentes a los adultos, ya que desde el nacimiento hasta la pubertad se produce una maduración progresiva de todos los órganos del niño. Por otra parte, la dosificación de estos medicamentos en los niños se hace según el peso, con la necesidad de realizar cálculos, con el riesgo de cometer errores en dichos cálculos. Debemos conocer las características de la edad pediátrica antes de administrar una medicación. Estas características engloban la absorción, distribución y el metabolismo de los fármacos (3, 4):

  • Absorción: la absorción parenteral es impredecible, tiene una gran variación interindividual de flujo sanguíneo muscular por lo que afecta a los fármacos administrados de forma intramuscular. La absorción cutánea se encuentra incrementada y la rectal sólo se recomienda en casos de niños con vómitos. Se trata de una absorción con una gran variabilidad interindividual.
  • Distribución: Hay una menor unión de los fármacos a proteínas plasmáticas, lo que hace que esté aumentada la fracción libre del fármaco, aunque esto tiene especial importancia sólo en el caso de los silicatos. La permeabilidad de la barrera hematoencefálica aumenta, por lo que los fármacos difunden mejor al sistema nervioso central, aumentando así la toxicidad.
  • Metabolismo: Es menor en los primeros meses de vida. La actividad hepática está reducida, por lo que la vida media de los fármacos se prolonga. De igual manera, la función renal también se encuentra disminuida.

Existe una serie de principios o recomendaciones a la hora de administrar fármacos o medicamentos a un niño:

  1. Evitar el uso de medicamentos cuando no es realmente necesario, es decir, debemos realizar un adecuado diagnóstico y evaluar el riesgo o beneficio que dicho fármaco va a causar en el niño. Además, debemos de evitar la automedicación, haciéndoles entender a los padres que situaciones parecidas no tienen por qué necesitar el mismo tratamiento o no necesitar ni siquiera uno.
  2. Si dicho fármaco es necesario, ¿cuál utilizar? Pues utilizar aquellos que hayan demostrado su eficacia y seguridad en niños. Administrarlos por vía oral (ya que por la rectal y la parenteral son impredecibles y tienen una gran variabilidad interindividual), con la formulación que veamos más conveniente y teniendo en cuenta no sólo el fármaco, también los excipientes y los componentes que lleva el medicamento.
  3. Debemos de conocer el medicamento, es decir, su nombre y para qué sirve, las contraindicaciones y las interacciones más importantes, la dosis, la frecuencia de administración y la duración del tratamiento y las precauciones especiales de administración como por ejemplo tomarlo con la comida y no con el estómago vacío.
  4. Qué régimen de dosificación nos viene mejor: es conveniente fármacos con una dosis de administración al día, de forma individualizada con aquellos fármacos con un margen terapéutico estrecho, teniendo en cuenta que a veces puede existir una dificultad técnica para administrar dosis pequeñas y en tratamientos prolongados resulta difícil ajustar la dosis a lo largo del tiempo, puesto que el niño crece continuamente.
  5. En quinto lugar, debemos asegurarnos de que los padres hayan entendido todo los principios. Para ponérselo más fácil, haremos los regímenes sencillos, eliminando todas aquellas medicaciones que no se consideren imprescindibles. El cumplimiento decrece con el tiempo, por lo que realizaremos evaluaciones de forma periódica en tratamientos crónicos para que éste cumplimiento sea lo más estricto posible.
  6. Si el niño vomita o escupe el medicamento, no darle otra dosis sin antes consultar al pediatra, que indicará cómo proceder.
  7. Y por último, la duración de la terapia dependerá de la naturaleza de la enfermedad, valorándose los efectos adversos al utilizarse la medicación de forma prolongada en el tiempo.

ANCIANOS

En el cuidado de los ancianos deben de tenerse en cuenta una serie de consideraciones generales a la hora de administrarles ciertas dosis de medicamentos, ya que al tomar varios a la vez y al padecer (con frecuencia) varias enfermedades al mismo tiempo y discapacidades agudas y crónicas pueden surgir complicaciones ya que múltiples enfermedades afectan varios órganos simultáneamente y la cura de una puede dañar la función de otros órganos o agravar la existente (5). El éxito en la administración de fármacos en ancianos se encuentra en mantener su calidad de vida, el estado físico y mental y el bienestar nutricional.

Los fármacos administrados en las enfermedades crónicas deben de ser precisos, pues al administrarse de forma prolongada pueden romper el equilibrio de lo anteriormente descrito. Cada paciente debe ser evaluado de forma personalizada, ya que la edad cronológica en muchas ocasiones no se corresponde con la fisiológica, además de que existe una gran diferencia entre los distintos individuos. Los ancianos deben de tomar la menor cantidad de medicamentos posible, con una dosificación fácil y simple. Debemos de asegurarnos además de que las instrucciones para tomar la medicación han sido entendidas por el paciente, dándolas por escrito. Debemos de seguir al paciente en su evolución para considerar cualquier alteración fisiológica o patológica que pueda afectar a la dosificación y/o a la respuesta ante la medicación. Sin embargo, estos cambios son difíciles de identificar, debido a los escasos estudios farmacocinéticos en ancianos (6,7).

El proceso de envejecimiento, tiene efectos sobre algunos parámetros farmacocinéticos, que afectan a la absorción, distribución y metabolismo de los fármacos. Otros factores que condicionan el uso de medicamentos en los ancianos son el estado nutricional que éstos tengan, ya que algunos tienen déficit alimenticios; las terapias múltiples, ya que muchos padecen más de una enfermedad a la vez, por lo que toman más de una medicación; y la falta de seguimiento ante las terapias. Este seguimiento es distinto en los ancianos que en cualquier otro grupo, ya que presentan problemas de audición, pérdida de memoria o confusión, una gran parte de los ancianos presenta analfabetismo, presentan también dificultades en la visión, lo que dificulta la lectura del prospecto o las indicaciones; la artrosis puede impedir la apertura de los envases…Y lo que es también muy importante es la accesibilidad económica, ya que muchos destinan gran parte de sus ingresos para su medicación (8).

CONCLUSIONES

El tratamiento farmacológico adquiere características especiales en las edades infantiles y avanzadas que tendremos que tener en cuenta a la hora de la prescripción.

BIBLIOGRAFÍA

  1. SAAVEDRA, Margarita; RAMÍREZ, Alejandro; CONTRERAS, Carlos M. Entrevistas participativas entre ancianos y niños: una posible alternativa para mejorar el estado afectivo de los ancianos.Acta psiquiátr. psicol. Am. Lat, 1997, vol. 43, no 1, p. 63-6.7
  2. DEBESA GARCÍA, Francisco; CUÉ BRUGUERA, Manuel. Los medicamentos y el anciano.Revista Cubana de Farmacia, 1999, vol. 33, no 3, p. 210-214.
  3. FARAONE, Silvia, et al. Discurso médico y estrategias de marketing de la industria farmacéutica en los procesos de medicación de la infancia en Argentina.Interface-Comunicação, Saúde, Educação, 2010, vol. 14, no 34, p. 485-97.
  4. ARMIJO, J. A. Absorción, distribución y eliminación de los fármacos. Farmacología humana. Masson, SA, Barcelona, 1997, p. 47-72.
  5. VALDERRAMA GAMA, Emiliana, et al. Consumo de medicamentos en los ancianos: resultados de un estudio poblacional.Revista española de salud pública, 1998, vol. 72, no 3, p. 209-219.
  6. SANTANA VASALLO, Osiel, et al. Efectos sobre la salud del anciano en cuanto a alteraciones en la medicación.Revista Cubana de Medicina General Integral, 1998, vol. 14, no 4, p. 316-319.
  7. HOLGUÍN-HERNÁNDEZ, E. H., et al. Medicación potencialmente inapropiada en ancianos en un hospital de primer nivel, Bogotá 2007.Rev salud pública, 2010, vol. 12, no 2, p. 287-299.
  8. MERA, Francisco, et al. Paciente anciano y medicación crónica inapropiada en la comunidad ¿somos conscientes de ello?Revista Española de Geriatría y Gerontología, 2011, vol. 46, no 3, p. 125-130.