El parto es un proceso fisiológico que se produce en la mujer con mayor frecuencia entre las semanas 37 y 42 de gestación. La instauración del mismo es la consecuencia de un complicado sistema de señales bioquímicas cuyo objetivo es desencadenar contracciones uterinas de forma repetitiva, las cuales van a provocar una serie de modificaciones en el cérvix uterino y el consiguiente descenso de la presentación fetal. (1)