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Alimentación complementaria desde la medicina familiar y comunitaria

Alimentación complementaria desde la medicina familiar y comunitaria

El estado nutricional de un niño menor de dos años y su sobrevivencia hasta los 5 años, depende directamente de su alimentación. Ya que una adecuada nutrición durante la infancia y niñez temprana es esencial para garantizar que los niños alcancen todo su potencial en relación al crecimiento, salud y desarrollo, y con ello asegurar un buen desenvolvimiento en la familia y la sociedad.

Alimentación complementaria desde la medicina familiar y comunitaria

Comentario Bibliográfico

AUTORES: Md.Janina Cecibel Medina Espinoza 1, MsC. Dr. Daniel Ramón Gutiérrez Rodríguez 2.Dra. Silvana del Cisne Vivanco Celi 3, Dra. Ligia Gabriela Briceño Mogrovejo 4, Dra. Marian Carmen Villalta López 5. Dra. Silvia Rosalia Zumba Jami6.

1 Médica en Medicina y Cirugía. Postgradista de Medicina Familiar y Comunitaria, estudiante del postgrado de Medicina Familiar, Área de la Salud Humana. Universidad Nacional De Loja-Ecuador.

2 Dr. En Medicina. Especialista de primer grado en Alergología. Especialista de primer y segundo grado en Medicina General Integral. Máster en Ciencias en Longevidad Satisfactoria. Coordinador de investigaciones del postgrado de Medicina Familiar Universidad Nacional de Loja-Ecuador.

3 Dra. en Medicina y Cirugía. Postgradista de Medicina Familiar y Comunitaria, estudiante del postgrado de Medicina Familiar, Área de la Salud Humana. Universidad Nacional De Loja-Ecuador.

4 Dra. en Medicina y Cirugía. Postgradista de Medicina Familiar y Comunitaria, estudiante del postgrado de Medicina Familiar, Área de la Salud Humana. Universidad Nacional De Loja-Ecuador.

5 Dra. en Medicina y Cirugía. Postgradista de Medicina Familiar y Comunitaria, estudiante del postgrado de Medicina Familiar, Área de la Salud Humana. Universidad Nacional De Loja-Ecuador.

UNIVERSIDAD NACIONAL DE LOJA-ECUADOR. ÁREA DE TALENTO HUMANO. POSTGRADO DE MEDICINA FAMILIAR

INTRODUCCIÓN

La evidencia demuestra que las prácticas óptimas de alimentación del lactante y del niño pequeño, es una de las intervenciones con mayor efectividad para mejorar la salud de la niñez. (Zapata, Fortino, Palmucci, & Padros, 2015).

(Vail et al., 2015) Estos estudios realizados demuestran que en casi 72,9% de los niños que fueron destetados antes de los 6 meses. Edad al destete de 3.0 se asoció inversamente con el peso y la longitud (pero no con el índice de masa corporal) por tal razón es muy importante que al momento de iniciar la alimentación complementaria se continué con la lactancia materna para asegurar el adecuad desarrollo de niño.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2013), la alimentación complementaria debe ser suficiente, dicho en otra forma los alimentos deben ser administrados al niño en cantidades, frecuencia, consistencia y variedad adecuadas, con el objetivo de cubrir las necesidades nutricionales del niño, sin abandonar la lactancia materna. Además, sugiere que los alimentos deben prepararse y administrarse en condiciones seguras, minimizando el riesgo de contaminación. La OMS recomienda que los lactantes empiecen a recibir alimentos complementarios a los 6 meses, primero unas dos o tres veces al día entre los 6 a 8 meses, y después, entre los 9 a 23 meses, unas tres o cuatro veces al día, añadiéndoles aperitivos nutritivos una o dos veces al día, según se desee. Las recomendaciones actuales además indican que la alimentación complementaria se puede introducir no antes de los 4 meses ni después de los seis meses para favorecer al desarrollo motriz y evitar complicaciones gastrointestinales.

Es por ello que la introducción de la Alimentación Complementaria puede aumentar el valor energético en una menor unidad de volumen de alimento proporcionado y aporta otros nutrientes, como: hierro, cinc, calcio, fósforo, ácido linoleico y vitaminas; aun así, la ingesta mínima diaria de leche no debe ser inferior a 500 mL que sería un 50% la ingesta energética, aproximadamente y de esta forma suministrar el calcio suficiente para una eficaz osteogénesis, siendo los requerimientos de calcio en el segundo semestre de 500 a 600 mg/día, además de  proporcionar los requerimientos proteicos mínimos, como de vitamina A.

Es así que el inicio de la Alimentación Complementaria es hoy en día muy controversial ya que existen factores geográficos, económicos, sociales y culturales, y una gran variabilidad individual en los requerimientos relacionados con la edad y sexo; ya que, éstos son por unidad de peso corporal, muy superiores durante los primeros meses de vida, es así que en el  año de 1981 el ESPGAN  (Sociedad Europea de Gastroenterología y Nutrición Pediátrica) recomendaron que el inicio de la AC debería ser de 4-6 meses de edad, siendo aconsejable a los 6 meses, sin embargo basado en varios estudios, no se encontró ninguna ventaja, por lo que se decidió, respetar la particularidad de cada niño, y las costumbres familiares. Sin embargo es importante destacar que la introducción temprana de los alimentos puede causar ciertas desventajas como las siguientes.

  • Actividad competitiva con la lactancia materna
  • Riesgo de hipersensibilidad y alergia alimentaria
  • Introducción precoz del gluten enmascarado
  • Efectos adversos de aditivos
  • Falta de control de la ingesta
  • Riesgo de trastornos de la regulación del apetito
  • Riesgo de sobrealimentación
  • Tendencia a vómitos y/o diarreas
  • Accidentes por deficiente coordinación oral motora
  • Situaciones carenciales por déficit de absorción (Fe, Zn,…)
  • Sobrecarga renal de solutos
  • Aumento del riesgo de infecciones
  • Síndrome del biberón
  • Desarrollo del hábito por el azúcar y sal en un futuro
  • Diarrea por mala calidad del agua o alimentos contaminados
  • Aporte energético insuficiente (malnutrición)
  • Aumento de aporte de fibra dietética
  • Aporte de compuestos potencialmente perjudiciales: sacarosa, gluten, contaminantes, nitratos. (Perdomo Giraldi & de Miguel Durán, 2011)