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Frotis de la sangre periférica y de la médula ósea en Hematología

Frotis de la sangre periférica y de la médula ósea en hematología

El examen morfológico tanto de la sangre periférica (SP) como de la médula ósea (MO), constituyen un paso elemental, “sine qua non”, para el diagnóstico de la enfermedad neoplásica hematológica, metastásica, infecciosa o inflamatoria. En la actualidad los diversos laboratorios clínicos están dotados de una serie de instrumentos de alta tecnología, que permiten de un modo automático, el recuento numérico de las células sanguíneas y el diferencial de los leucocitos.

Frotis de la sangre periférica y de la médula ósea en hematología

Dr. Hildebrando Romero Sandoval

La citometría hemática (CH) así realizada constituye la primera prueba y en algunas ocasiones el vestigio diagnóstico de una neoplasia hematológica. Por ello resulta ineludible en primer lugar saber interpretar el resultado de la citometría hemática (CH) y en segundo lugar la importancia del examen microscópico de la sangre periférica y la médula ósea para el correcto diagnóstico presuntivo. En ocasiones, el desconocimiento de los principios básicos de la automatización y los principios generales del examen morfológico hacen que por su sencillez y “obviedad “suelen pasar desapercibido por los estudiantes o residentes en formación. De allí la importancia de este tema que viene a complementar ya otrora capítulos sobre recuentos celulares hematológicos, citometría hemática automatizada y biopsia de la médula ósea, pensando en ellos especialmente se ha escrito este tema.

EXAMEN MICROSCÓPICO DE LA SANGRE PERIFÉRICA

Ningún aparato por más tecnificado que sea, es capaz de reemplazar al ojo humano. Cuando los resultados automatizados son dudosos o cuando exista una sospecha clínica o biológica no detectada por estos equipos de alta tecnología es imprescindible el examen del frotis de la sangre periférica (FSP)

Procedimiento

El frotis de la sangre periférica (FSP) debe realizarse con una muestra de sangre fresca, capilar o venosa, anticoagulada o no con EDTA. Deben prepararse dentro de las tres horas siguientes a su extracción, estar bien confeccionados en portaobjetos bien limpios y bien teñidos (Giemsa, Wright) y lavados, todo lo anterior necesario para una buena calidad del mismo. Si han de efectuarse tinciones citoquímicas, en especial fosfatasa alcalina granulocitaria, los frotis han de hacerse con sangre sin anticoagulante.

Un frotis de la sangre periférica (FSP) de buena calidad debe ser fino (capa monocelular), en él se puede diferenciar: una cabeza en el inicio de la extensión, un cuerpo que abarca la mayoría de la superficie y una cola que corresponde a la porción final, muy fina y de aspecto “deshilachado”. Si es excesivamente grueso o tiene zonas de grosor alternantes, el mismo no es adecuado para su interpretación, por lo que un “frotis de la sangre periférica (FSP) de mala calidad es un diagnóstico errado”. Para nosotros los hematólogos el estudio del FSP es análogo al electrocardiograma para el cardiólogo o la máquina de anestesia para el anestesiólogo entre otros, de allí la importancia de saber leer e interpretar un frotis de la sangre periférica (FSP) correctamente elaborado y teñido.

Observación

En primer término hay que realizar una inspección visual de toda la extensión del frotis con pequeño aumento para valorar lo siguiente: la calidad de la extensión, la ausencia de precipitados, la cantidad de leucocitos, si existen plaquetas agregadas, cúmulos de leucocitos en la cola de la preparación, glóbulos rojos aglutinados (aglutininas frías) que alteran los recuentos (corregible a 37ºC), glóbulos rojos apilados (rouleaux) por gammapatías monoclonales o policlonales, aglutinación de leucocitos por anticoagulantes o aglutininas (pseudoleucopenias) que pueden corregirse añadiendo a la muestra hialuronidasa (2 gotas /ml).

Con pequeño aumento también debe elegirse la zona del frotis a estudiar, el cual debe poseer una distribución uniforme de todas las células. La zona de elección para el examen es el límite entre el cuerpo y la cola, donde las células se encuentran bien separadas y esparcidas.

Análisis de los glóbulos rojos. Se realizan con aumento de 40x. Se ha de realizar una observación pormenorizada de los glóbulos rojos, en especial en las neoplasias hematológicas tipo síndromes mieloproliferativos y mielodisplásicos y por supuesto constituye una herramienta diagnóstica en la clasificación morfológica de las anemias en general. Se debe reportar de la siguiente forma: anisocitosis, poiquilocitosis, cromía, inclusiones y células inmaduras.

Análisis de los leucocitos. Comprende el recuento diferencial y las anormalidades morfológicas. En el Recuento diferencial se enumera cada tipo de leucocito en cifras porcentuales o relativas; se cuentan 100 células diferenciadas en un frotis de la sangre periférica (FSP), sin importar el grado de madurez y los resultados se reportan en un porcentaje de cada tipo contado. Las células alteradas, picnóticas, degeneradas no identificables, deben excluirse, pero si su presencia es abundante debe ser tenidas en cuenta p.ej., LLC con sombras nucleares o de Grumprecht, ya que altera el recuento diferencial. Las anormalidades morfológicas de los leucocitos son: células anormales (linfocitos atípicos, blastos), granulaciones tóxicas y vacuolas en los neutrófilos, hipogranularidad, cuerpos de Döhle, hiposegmentación (pseudo Pelger-Huet), hipersegmentación de los neutrófilos, condensación (clumping) de la cromatina, rasgos de displasia e inclusiones.

Análisis de las plaquetas. Se realiza con el objetivo de 40x y de inmersión (100x). Cuando se evalúan morfológicamente, tener presente si están:

Relacionadas con hemopatías malignas: plaquetas gigantes, megatrombocitos, formas anómalas (alteraciones del hialómero y granulómero), precursores plaquetarios (megacariocitos o sus núcleos desnudos, promegacariocitos y megacarioblastos), plaquetas satélites adheridas a los neutrófilos, que pueden dar lugar a pseudotrombocitopenias, plaquetas gigantes que pueden originar una falsa leucocitosis.

Relacionadas con alteraciones benignas: plaquetas agregadas que suscitan una pseudotrombocitopenia, anisotrombía plaquetaria (PTI), inclusiones (ehrlichia).

EXAMEN MICROSCÓPICO DE LA MÉDULA ÓSEA

El examen microscópico de la médula ósea constituye un método directo de diagnóstico de las neoplasias