La citometría hemática (CH) así realizada constituye la primera prueba y en algunas ocasiones el vestigio diagnóstico de una neoplasia hematológica. Por ello resulta ineludible en primer lugar saber interpretar el resultado de la citometría hemática (CH) y en segundo lugar la importancia del examen microscópico de la sangre periférica y la médula ósea para el correcto diagnóstico presuntivo.