Aspectos Eticos y Filosoficos de la Muerte
Autor: Dra. Aida Elisa Pérez Más | Publicado:  7/11/2007 | Etica, Bioetica. Etica medica. Etica en Enfermeria | |
Aspectos Eticos y Filosoficos de la Muerte.2

Temores de la muerte

 

“La muerte hermana gemela de la vida, es tan bella como ella misma, no es un enigma, sino una necesidad filosófica. Cuando el cuerpo siente la fatiga de un día de trabajo, duerme ¿no es el sueño un placer?, la muerte es otro, más hondo, más absoluto, porque se ha hecho esperar más tiempo. No hay choque ni temor en la muerte, cuando el sano equilibrio se ha conservado durante la vida….La máquina no se rompe cesa, y eso es todo. Después ¿qué importa? ¡La obra está hecha!  ¡El creador reposa!  ¡Es su recompensa!  Bienaventurados los que mueren y legan el sublime ejemplo de su agonía a sus hijos”. (28)

Miguel de Carrión (1875-1929)

 

 

Existen tres temores ante la muerte:

 

El temor ante el evento mismo.

El temor a lo que hay después.

El temor a lo que se deja.

 

El paciente grave que se supone morirá pronto tiende a ser aislado, alejado de sus compañeros de sala y en ocasiones de su familia, pensando en evitarles el enfrentamiento con una experiencia vital que nos asusta: la muerte. La enfermera lo visita cuando debe realizar los controles o tratamientos de rutina. Se centra en la ejecución de técnicas y evita la relación interpersonal, ¿por qué? , quizás por temor, porque muchas veces no está preparada para permanecer junto al paciente que muere, es el “papel no aprendido” en nuestra sociedad. El cuidado del paciente moribundo conlleva aspectos éticos que la enfermera debe conocer y practicar, para que hasta el último momento de su vida el enfermo reciba la atención que merece por su condición humana y poder morir con dignidad. (13, 19,23)

 

También es importante la atención después de la muerte, la asistencia del médico y la enfermera a las exigencias es el colofón final. La experiencia indica que esta actitud es gratificante, ya que después de todo, la relación humana ha sido intensa e íntima, por breve que haya sido esta.17, 32)

 

 

Ensañamiento terapéutico

 

“Si los profesionales de la salud no son esclavos del paciente tampoco son sus dueños” (8)

                                                                                                                       

El intento médico de prolongar la vida, por medio de complejas tecnologías, en pacientes con estados irreversibles, debe encaminarse a mitigar el dolor y el sufrimiento del paciente para lograr una muerte digna. La obstinación terapéutica es un error ético y una falta de competencia. (10, 16, 25, 30,31)

 

Thomas, se refiere a dos tipos de ensañamiento terapéutico que hay que evitar

 

El consistente en querer prolongar la vida a toda costa.

El eutanásico, que decide rápidamente que lo mejor para el enfermo es la muerte

 

La renuncia a medios extraordinarios o desproporcionados, no equivalen al suicidio o a la eutanasia, expresa más bien la aceptación de la condición humana ante la muerte. El criterio válido para algunos médicos que “mientras haya un soplo de vida hay esperanza” a conducido a implantar la distanasia, la prolongación injustificada de la agonía en enfermos en quienes la medicina ya no tiene nada que ofrecer. (24, 31,33)

 

El médico debe estar consciente de lo que implica prolongar la vida de un paciente. Si existe una probabilidad razonable de que sobreviva a su enfermedad, todo esfuerzo está justificado. Si está consciente de que no va a sobrevivir y de que no hay manera de saber cuánto tiempo estará “vivo” mediante técnicas y tratamientos sofisticados, debe valorar lo que significa en sufrimiento para el paciente y en costos y sufrimientos para la familia, debemos tratar a nuestros pacientes como desearíamos ser tratados. (17, 18, 26,27)

 

La medicina del futuro no puede en realidad limitarse a ser futurista. Habrá de ser ante todo, educación y prevención. Otro cambio importante en la forma de morir consiste en la prolongación de la existencia humana, esto en dos sentidos:(18,33)

 

La mayoría de las personas mueren en la madurez o la mayoría de edad.

 

Que el acto mismo de morir se ha prolongado, se ha hecho científico, porque la mayoría de las personas muere en centros hospitalarios, se ha hecho además pasivo, puesto que en muchas partes, los médicos de acuerdo con los familiares toman las decisiones sin contar con el paciente, se ha hecho profano, ya que los servicios religiosos tienden a desaparecer de los centros hospitalarios y se ha hecho aislado pues el  enfermo muere solo y abandonado.

 

La muerte se está hospitalizando, y ya el mayor por ciento de los pacientes muere en los hospitales alejados de sus seres queridos, en estado de aislamiento y soledad, con tubos en todos los orificios y agujas en las venas. (80% en USA). Un sociólogo estadounidense llama pornografía de la muerte a este fenómeno de manipulación y disfrute de la muerte por parte de la sociedad de consumo. (10, 15,16)

 

Curiosa contradicción la de este siglo, con respuesta a la muerte, que quiere pasar por alto la muerte real y a la vez abusa de su imagen en forma de juego y violencia a través de los medios de comunicación. Como un símbolo de este ocultamiento social de la muerte puede entenderse el intento cada vez más difundido en diversos países del mundo de disimular la muerte lo más posible, maquillando los cadáveres para dar a los presentes la sensación de que no están muertos. Y preguntas como estas en el funeral: ¿De qué murió su ser querido?, ¿Se le desfiguró mucho el rostro?, ¿Trajo alguna fotografía? La medicina ha ido alejándose del confort y deseo del paciente, describiéndose toda una serie de anécdotas al respecto que  así lo muestran.(2,5,7,34)

 

Hayden, describe una experiencia personal, como médico y paciente a la vez, por un accidente del tránsito, y señala las lecciones aprendidas: (27)

 

La pérdida del control propio ocasiona al paciente disturbios y agradece todo esfuerzo encaminado a hacerlo independiente.

El dolor es peor de lo que se puede imaginar, por lo que debe consultarse frecuentemente en cuanto a su solución.

El paciente acostado pierde relación con el médico, por lo que el contacto “ojo con ojo” es más confortable.

El paciente se interesa por su contexto social, por lo que debe asistirse en este sentido para alejar preocupaciones.

El enfermo crítico no desea conocer todos los detalles, pero si desea que los médicos cumplan su juramento

 

Muchos médicos consideran que su trabajo está limitado a salvar vidas y no a preocuparse por las condiciones de confort de sus pacientes.

 

En 1983 en la 35 Asamblea Médica Mundial se promulgó la declaración sobre enfermedad Terminal donde se señala:(35)

 

Es deber del médico curar y aliviar en la medida de lo posible el sufrimiento, teniendo siempre a la vista los intereses de sus pacientes.   

El médico se abstendrá de utilizar o emplear cualquier medio extraordinario que  no reportara beneficio alguno al paciente.

   

 

Diagnóstico

 

Un aspecto a definir ante un paciente grave sería la diferencia que desde el punto de vista moral implica no iniciar un procedimiento de sostén de funciones vitales y el suspenderlo después de comenzado por considerarlo inútil (25, 26, 27, 35).

Se debe evaluar el paciente crítico en salas de medicina en cuatro categorías:

 

El paciente que necesita cuidados intensivos totales y debe solicitarse trasladado a unidad de cuidados intensivos.

El paciente que requiere todos los cuidados, excepto reanimación cardiopulmonar (RCP)

El paciente con criterio de “dejarlo morir”

El paciente con criterios de muerte cerebral.

 

El dejar morir debe hacerse de acuerdo a las costumbres médicas, legales y éticas de la comunidad. Requiere de la interrupción de las medidas extraordinarias, tales como ventilación mecánica, drogas para el mantenimiento de la vida, transfusiones, antimicrobianos etc.  (23, 25,27)

 

A este respecto deben existir elementos comunes para la toma de decisiones:

 

El interés del paciente que es lo fundamental.

La opinión del enfermo y de no ser posible la de sus familiares.

La decisión médica adoptada por unanimidad de los miembros del equipo.

La primera medida a limitar es la de no resucitar, cuando se produzca el paro cardíaco.

 

La resucitación cardiopulmonar no debe practicarse a en enfermos en la etapa final de sus padecimientos, ni en enfermos con severo deterioro de sus funciones cerebrales (en estados vegetativos persistente o demencia senil avanzada), ni en aquellos que hayan dado su deseo de no recibir tal tipo de tratamientos. En relación a estas medidas los diferentes países adoptan diversas medidas. En varios estados de USA se ha tratado de fijar el límite a los programas de derechos reglamentarios y numerosas corporaciones y empresas han buscado los medios de restringir el alcance y tipo de atención que proporcionan, reduciendo el derecho de atención a los ancianos a través de diversas medidas. (25,26)

 

Sin embargo la introducción de la Trasplantología ha hecho que se introduzca el diagnóstico precoz de muerte encefálica, con el fin de la óptima utilización de los órganos a trasplantar, con el impacto social e institucional que conlleva. Se reportan como beneficios: aprendizaje y práctica del trabajo multidisciplinario, mejoría de la atención del paciente grave en general, aplicación de tecnologías avanzadas entre otras. (6).

 

Virchow (creador de la teoría de la patología celular, alemán 1821-1902), subraya el origen social de la morbilidad, por lo que cada vez más se preconiza en el mundo la posibilidad de facilitar al hombre morir con dignidad en el hogar y rodeado de su familia y su médico. (34,36,)

 

El neoliberalismo en el tercer mundo, acentúa las diferencias, la injusticia distributiva y el acceso real a los servicios de salud, a su vez los países desarrollados incrementan la comercialización y el encarecimiento de la atención médica.

 

La satisfacción de las necesidades de la población coloca en primer plano la salud, por lo que es tarea prioritaria de nuestro gobierno la atención médica a nuestro pueblo, y el rescate de las acciones éticas que la componen.(27,28)

   

 

Analizando la siguiente frase: “Existe algo tan inevitable como la muerte, la vida” (Charlie Chaplin), nos motivamos a realizar esta revisión de los aspectos éticos relacionados con la muerte, defendiendo el criterio ético, cada vez más preconizado en el mundo desarrollado, de que se respete al hombre su derecho a morir dignamente, y de ser posible de acuerdo a los criterios de “enfermo terminal”, en Su hogar y rodeado de su familia.

 

 

Bibliografía

 

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KAPLEAU, Philip: "El zen de la vida y la muerte" - Ediciones Oniro - 1998

Carrión Miguel. El milagro y la esfinge. Editorial Arte y Literatura. 1976

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SOGYAL Rimpoché: "Destellos de sabiduría" - Ediciones Urano – 1996

Declaración sobre enfermedad Terminal. 35 va Asamblea Médica Mundial. Venecia. Oct1983

Nuria Terribas: Dealing with euthanasia.Rev Enferm Jun 2005.

 

 

ANEXO:

 

Juramento de Hipócrates

 

"JURO POR APOLO médico y por Asclepio y por Higía y por Panacea y todos los dioses y diosas, poniéndoles por testigos, que cumpliré, según mi capacidad y mi criterio, este juramento y declaración escrita:

TRATARÉ al que me haya enseñado este arte como a mis progenitores, y compartiré mi vida con él, y le haré partícipe, si me lo pide, y de todo cuanto le fuere necesario, y consideraré a sus descendientes como a hermanos varones, y les enseñaré este arte, si desean aprenderlo, sin remuneración ni contrato.

Y HARÉ partícipes de los preceptos y de las lecciones orales y de todo otro medio de aprendizaje no sólo a mis hijos, sino también a los de quien me haya enseñado y a los discípulos inscritos y ligados por juramento según la norma médica, pero a nadie más.

Y ME SERVIRÉ, según mi capacidad y mi criterio, del régimen que tienda al beneficio de los enfermos, pero me abstendré de cuanto lleve consigo perjuicio o afán de dañar.

Y NO DARÉ ninguna droga letal a nadie, aunque me la pidan, ni sugeriré un tal uso, y del mismo modo, tampoco a ninguna mujer daré pesario abortivo, sino que, a lo largo de mi vida, ejerceré mi arte pura y santamente.

Y NO CASTRARÉ ni siquiera (por tallar) a los calculosos, antes bien, dejaré esta actividad a los artesanos de ella.

Y CADA VEZ QUE entre en una casa, no lo haré sino para bien de los enfermos, absteniéndome de mala acción o corrupción voluntaria, pero especialmente de trato erótico con cuerpos femeninos o masculinos, libres o serviles.

Y SI EN MI PRÁCTICA médica, o aun fuera de ella, viviese u oyere, con respeto a la vida de otros hombres, algo que jamás deba ser revelado al exterior, me callaré considerando como secreto todo lo de este tipo. Así pues, si observo este juramento sin quebrantarlo, séame dado gozar de mi vida y de mi arte y ser honrado para siempre entre los hombres; más, si lo quebranto y cometo perjurio, sucédame lo contrario".

 


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