El síndrome de Asperger puede ser difícil de diagnosticar. Usualmente el diagnóstico es tardío en la infancia o adolescencia temprana, a pesar de que hay síntomas reconocibles entre los 2-3 años de edad. Los niños con este trastorno, presentan buen funcionamiento en muchos aspectos de la vida, y pueden ser considerados simplemente diferentes, a causa de sus extraños comportamientos.