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Actuación de Enfermería en aislamientos hospitalarios e higiene de manos

Actuación de Enfermería en aislamientos hospitalarios e higiene de manos

El manejo de pacientes que padecen algún tipo de infección es un problema que ocurre con relativa frecuencia en unidades hospitalarias. Estos pacientes deben ser aislados de los demás para evitar el contagio de enfermedades infecciosas, o también llamadas nosocomiales, que son las infecciones contraídas por el paciente durante la estancia en el centro hospitalario y que no padecían ni incubaban cuando ingresaron.

Actuación de Enfermería en aislamientos hospitalarios e higiene de manos

AUTORES

Sergio Ruiz de la Hermosa Carrascosa.

Máster en Enfermería Oftalmológica por la Universidad de Valladolid. Diplomado en Enfermería por la Universidad de Valencia.

Paula Lorente del Pozo.

Máster en Enfermería Oftalmológica por la Universidad de Valladolid. Diplomada en Enfermería por la Universidad de Valencia.

Verónica Esperanza Arjona Prieto.

Máster en Enfermería Oftalmológica por la Universidad de Valladolid. Diplomada en Enfermería por la Universidad de Granada.

Carmen Peinado Antón.

Máster en Enfermería Oftalmológica por la Universidad de Valladolid. Diplomada en Enfermería por la Universidad de Granada.

Almudena Domínguez Pérez.

Experto en Enfermería en Urgencias y Emergencias por la Universidad de Madrid. Diplomada en Enfermería por la Universidad de La Laguna.

Raquel Domingo López.

Graduada en Enfermería por la E.U.E de Teruel, Universidad de Zaragoza.

RESUMEN

Para evitar la transmisión de estas enfermedades, una de las medidas más importantes y que generalmente pasa desapercibida entre los pacientes, familiares e incluso en el personal sanitario es la higiene de manos. Con una correcta higiene de manos durante unos 40-60 segundos de manera frecuente, se reduce el riesgo de infecciones, y por tanto, se mejora la seguridad de los pacientes, evitando la transmisión cruzada entre ellos, disminuyendo así la morbi-mortalidad.

PALABRAS CLAVE

aislamientos hospitalarios, higiene de manos, infecciones nosocomiales, transmisión cruzada actuación de Enfermería y normas.

INTRODUCCIÓN

Actualmente en el medio hospitalario, los aislamientos son barreras físicas que separan a un paciente infectado (fuente de infección) de otros sujetos susceptibles de contraer la infección, con el objetivo de disminuir el riesgo de contagio de enfermedades infecciosas en otros pacientes, familiares e incluso en el personal sanitario; las llamadas infecciones nosocomiales.

Según la definición de la OMS, la palabra aislamiento significa “la separación de personas enfermas o contaminadas de los demás, con el objetivo de prevenir la propagación de una infección y/o contaminación.”

Para que se produzca el contagio de una enfermedad infecciosa, se requieren 4 elementos que conforman la cadena de trasmisión de la infección, que son:

  • Una fuente de infección o reservorio.
  • Una vía de transmisión (directa o indirecta):
  • Cutánea: Piel del paciente colonizada con bacterias, heridas contaminadas, diversos utensilios (material hospitalario, de cocina, aseo personal, etc.)
  • Digestiva: Comer o beber alimentos contaminados, estar en contacto con orina o heces infectadas, etc.
  • Parenteral: Sangre, inyecciones, transfusiones, material quirúrgico contaminado, etc.
  • Respiratoria: Tos, estornudos, respiración, etc.
  • Un microorganismo capaz de producir una infección.
  • Receptor o huésped susceptible (mayor riesgo en ancianos, quemados, trasplantados, pacientes en situación de inmunodepresión, etc.)

Según la OMS, las infecciones nosocomiales son las infecciones contraídas por el paciente durante su tratamiento en el hospital o centro sanitario, sin que previamente las padeciese o las estuviese incubando en el momento del ingreso, pudiendo afectar a cualquier tipo de paciente, e incluso pudiéndose presentar una vez dado de alta.

Los objetivos de los aislamientos hospitalarios son:

  • Proteger al paciente, familiares y al personal sanitario.
  • Cortar la cadena de transmisión del agente infeccioso.
  • Prevenir y/o controlar brotes.
  • Disminuir la incidencia de infecciones nosocomiales.
  • Reducir los costes de la atención sanitaria.
  • Mantener la calidad en la atención hospitalaria.

El manejo de pacientes que padecen algún tipo de infección, es un problema que ocurre con relativa frecuencia en las unidades hospitalarias. La medida más eficaz para disminuir las infecciones nosocomiales, es mediante la higiene de manos, debido a que las manos del personal sanitario pueden producir infecciones por trasmisión cruzada entre pacientes, elevando así la morbi-mortalidad en pacientes hospitalizados.

En la mayoría de los casos, los pacientes, familiares e incluso el personal sanitario, no saben la importancia de realizar una buena higiene de manos, desconociendo cuando deben hacerla y teniendo una concepción errónea del uso de guantes, todo ello debido a no tener la sensación de poder desencadenar un proceso infeccioso al realizar algún procedimiento.

La función principal del personal de Enfermería será la de actuar con el mayor rigor posible para evitar que con una mala praxis, se pueda producir una infección en alguno de los pacientes, además de informar tanto al paciente como a sus familiares de la importancia de seguir las normas indicadas en la puerta de la habitación, debido a que en la mayoría de los casos, los pacientes y sus familiares son de edad avanzada, lo que puede conllevar a una falta de entendimiento al exponerle la situación, llegando a producir temor en un primer momento e incluso a desoír las normas con el paso de los días debido a la sensación de no ocurrir nada.

La supervivencia de los microorganismos en las manos, oscila de 2 a 60 minutos, por lo que con una limpieza adecuada de manera periódica, se reduce el riesgo de infecciones, y por tanto, se mejora la seguridad del paciente. En los países desarrollados, entre el 5% – 10% de los personas hospitalizadas contraen algún tipo de infección que no padecían ni incubaban cuando ingresaron.

El procedimiento de lavado de manos debe tener una duración de unos 40-60 segundos, y se tiene que realizar:

  • Antes del contacto con un paciente.
  • Antes de realizar una tarea aséptica.
  • Después de estar expuesto a líquidos corporales.
  • Después de estar en contacto con un paciente.
  • Después de estar en contacto con el entorno de un paciente.

El objetivo principal de este artículo es el de facilitar el conocimiento al personal de Enfermería e informar al paciente y a sus familiares sobre la importancia de realizar una correcta higiene de manos y de respetar las normas de aislamiento en cada caso, reduciendo la posibilidad de