Para evitar la transmisión de estas enfermedades, una de las medidas más importantes y que generalmente pasa desapercibida entre los pacientes, familiares e incluso en el personal sanitario es la higiene de manos. Con una correcta higiene de manos durante unos 40-60 segundos de manera frecuente, se reduce el riesgo de infecciones, y por tanto, se mejora la seguridad de los pacientes, evitando la transmisión cruzada entre ellos, disminuyendo así la morbi-mortalidad.