Cuando la familia no se llega a adaptar a los constantes cambios del sistema familiar e individual de sus miembros, es cuando empiezan los problemas, la familia se enferma, y se manifiesta a través de uno de sus miembros, los hijos principalmente, lo que a su vez posibilitará o no la presencia y/o mantenimiento de problemas psicológicos y emocionales, como la depresión.