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¿Y si aplicáramos Mindfulness a cada nivel de la Gestión Sanitaria?

¿Y si aplicáramos Mindfulness a cada nivel de la Gestión Sanitaria?

Breve resumen: Reflexionamos sobre los beneficios que aporta la meditación a los trabajadores reduciendo el estrés y mejorando significativamente la productividad, planteándonos sus beneficios en los sistemas sanitarios.

¿Y si aplicáramos Mindfulness a cada nivel de la Gestión Sanitaria?

Autores:

Antonio González Caballero. Diplomado Universitario Enfermería. Área Gestión Sanitaria Norte de Córdoba. Profesor electrocardiografía Escuela Ciencias de la Salud – Especialista Universitario en Acupuntura. Máster en Dirección y Organización de Hospitales y Servicios de Salud.

Pilar Márquez de Torres. Diplomada Universitaria Enfermería. Área Gestión Sanitaria Norte de Córdoba. Licenciada Empresariales. Experta Universitaria en Gestión de Recursos Humanos en Enfermería. Experta Universitaria en Probabilidad y Estadística en medicina. Auditora Sistemas de Calidad.

Palabras clave: mindfulness, cambios positivos, gestión sanitaria

MINDFULNESS       

INTRODUCCIÓN

El estrés según datos de la OMS se ha convertido en una epidemia mundial, en torno al 28% de los trabajadores de la Unión Europea padecen estrés, sin contar con amas de casa, personas que ya padecen ansiedad, depresión…, esto inevitablemente provoca bajas laborales, desmotivación y a nivel de gestión se favorece el “locus de control externo” algo no grato.

La técnica de Mindfulness, procede de la meditación budista, aunque en Occidente hemos eliminado la carga religiosa dejando únicamente la parte terapéutica, científicamente hablando. Los primeros estudios de investigación que demostraron el efecto terapéutico de la meditación, fueron realizados con monjes budistas mediante estudios de Electroencefalograma y Resonancia magnética, demostrando como se manifiestan cambios físicos en el cerebro de las personas que los practican, aumentando la potencia – grosor en la corteza cerebral y favoreciendo cambios positivos en el control del comportamiento, la regulación de las emociones, aprendizaje y la memoria.

El mindfulness pretende que dejemos el piloto inconsciente que rige normalmente nuestra vida para ser conscientes de la motivación de nuestras acciones, de tal manera que no dejemos divagar nuestra mente con pensamientos dispersos, centrándonos en el presente de un modo consciente, totalmente reflexivo y que podamos vivir del fruto consciente de nuestras acciones.

Teniendo como referente el ritmo de vida tan acelerado que llevamos, la mente suele estar dispersa en todo y a la vez en nada, produciendo grandes cantidades de cortisol no pudiendo centrarnos en momentos en los que seamos conscientes de nuestro día a día, promoviendo el estrés e insomnio, por ello una gran población que no cultiva la mente tiene tendencia a dichos problemas favoreciendo un hemisferio derecho y un tensión en la amígdala cerebral facilitando el miedo inconsciente y estados de alerta. Sin embargo, cuando utilizamos meditación, el córtex prefrontal izquierdo junto al sistema límbico inician un estado de equilibrio, tranquilidad y paz interior.

Mindfulness ha calado con tal profundidad en Occidente que empresas como Google, Facebook, Ebay, Heineken… han desarrollado programas en el que “obligan“ tanto al equipo directivo como a sus empleados a practicarla, ya que significativamente reduce el estrés, mejora el bienestar y consecuentemente mejora la productividad de los trabajadores.

CONCLUSIONES

Si una empresa Pública o Privada quiere aumentar su efectividad, favoreciendo el “locus de control de interno” deben apostar por meditación como pilar esencial para que tenga un impacto positivo, deberían estudiar la implantación de programas de mindfulness entre sus empleados, y especialmente entre sus directivos.

Utilizar la meditación, enfocándola a los sistemas de gestión mejora la toma de decisiones, la visión global, empatía y la perspectiva global.

Se ha demostrado que los empleados que practican esta técnica, mejoran su rendimiento intelectual y el sistema inmunológico (a través de la disminución de cortisol), mejorando la productividad y reduciendo el absentismo laboral. Tal vez los gestores de nuestros centros sanitarios de trabajo deberían plantearse esta nueva herramienta que tan buenos resultados está ofreciendo en otros ámbitos empresariales.

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