En condiciones fisiológicas, las células endoteliales exhiben múltiples propiedades antitrombóticas y fibrinolíticas que previenen la formación patológica de trombos. Sin embargo, la exposición crónica y repetida a los factores de riesgo cardiovascular facilita la acumulación y la oxidación de lipoproteínas de baja densidad (LDL) en la pared, que al ser un potente estímulo inflamatorio origina la infiltración de monocitos circulantes.