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Cáncer de páncreas. Generalidades

Cáncer de páncreas. Generalidades

Resumen:

El cáncer de páncreas es un tipo de neoplasia que posee mucha importancia debido a la alta mortalidad que supone. Su diagnóstico precoz es muy complicado, aunque posee numerosas manifestaciones clínicas. Su tratamiento puede ser la cirugía, quimioterapia o radioterapia. Como enfermeras tenemos un papel importante para eliminar el miedo, y educarles en cuidados, sobre todo, en relación al dolor.

Cáncer de páncreas. Generalidades

Rosa María Ruiz García. Graduada en Enfermería.

Lorena Del Rocío Padilla Camacho. Graduada en Enfermería.

Celia Garrido Manové. Graduada en Enfermería.

Palabras clave: páncreas, cáncer, cuidados, tratamiento.

Introducción:

El cáncer de páncreas es una enfermedad que posee bastante relevancia, ya que, aunque no posee una alta incidencia, posee una alta mortalidad, siendo el segundo tipo de cáncer gastrointestinal más común como causa de muerte y tiene la cuarta posición respecto a todos los tipos de cáncer que existen hoy día.

En la actualidad es uno de los principales motivos de muerte en el mundo, de tal forma que sólo un 4% de las personas que lo padecen sobreviven 5 años, siendo la media de supervivencia de 4 a 6 meses, y entre un 10 y un 20% de los casos que se someten a cirugía de inicio es de entre 15 y 22 meses. Este bajo porcentaje de personas que subsisten tras padecer esta enfermedad es debido a que no puede darse, en la mayoría de los casos, un tratamiento de calidad y con buenos resultados, por no poder llevarse a cabo un diagnóstico temprano.

Respecto a su incidencia, aunque no es muy alta, cada año va aumentando. Se calcula que cada año suceden unos 233.000 nuevos casos mundiales, dándose el 60% de ellos en los países más desarrollados.

Etiología:

Existen diferentes factores de riesgos que aumentan o favorecen la aparición de este tipo de cáncer. Entre ellos encontramos:

  • El tabaco es la principal causa que posibilita que surja esta enfermedad. Un 30%de los casos de cáncer de páncreas se debe al tabaco.
  • La edad, de tal forma que, a mayor edad, mayor es el riesgo de sufrir este tipo de cáncer.
  • Tiene mayor incidencia en varones que en mujeres.
  • Una dieta rica en carne y grasas animales, así como pobre en frutas y verduras, hace que aumente el riesgo de padecer la enfermedad.
  • La obesidad también es otro factor de riesgo.
  • Algunas ocupaciones laborales también pueden posibilitar su aparición, tales como, profesiones que se realicen en contacto con petróleo y derivados, pesticidas, etc.
  • La genética, de forma que existen algunas enfermedades hereditarias, como la pancreatitis crónica hereditaria, que favorecen que surja esta neoplasia, además de antecedentes familiares de este tipo de cáncer.
  • Cirugía de estómago.
  • Algunas enfermedades benignas como la pancreatitis crónica y la diabetes mellitus.

Tipos:

Existen dos tipos de cáncer de páncreas:

  • EXOCRINO: Se presentan sobre todo en forma de adenocarcinomas en un 95 de los casos, afectando a las células encargadas de la elaboración de los jugos gástricos. Se localizan principalmente en la cabeza de páncreas (65%), aunque también pueden localizarse en el cuerpo (20%) y, con mucha menos frecuencia, en la cola (15%).
  • ENDOCRINO: Consiste en la afectación de las células de fabricar sustancias hormonales. Así podemos encontrarnos con insulinomas, glucagonomas, etc.

Manifestaciones clínicas:

Existe mucha dificultad para la realización de un diagnóstico precoz para este tipo de cáncer. Sin embargo, hay pruebas que son de gran utilidad a la hora de diagnosticarlo, aunque sea de forma más tardía, así como algunos signos y síntomas que pueden alertarnos de la aparición de este tipo de cáncer.

Entre los síntomas y signos citados anteriormente encontramos:

  • Pérdida de peso: En un 50-90% de los casos. En la mayoría de las ocasiones es debido al déficit en la absorción de los nutrientes. Puede estar acompañado de anorexia (frecuencia del 60%), alteraciones en las deposiciones (diarreas) y astenia (cansancio).
  • Dolor: En el 75-80% de las ocasiones. Consiste en un dolor sordo presente en la parte superior del abdomen, es decir, en el epigastrio, que se agudiza tras la ingesta o estando acostado. Se irradia a la espalda, como si fuera un cinturón.
  • Obstrucción del conducto biliar: En el 70% de los acontecimientos. Cuando se localiza en la cabeza del páncreas, pudiendo obstruir las vías biliares, impidiendo que se eliminen las sales que produce el hígado, causando un aumento de la bilirrubina, por lo que se produce una ictericia y, en muchas ocasiones, un picor (prurito) intenso.
  • Náuseas y vómitos: Por la obstrucción intestinal.
  • Hinchazón del abdomen (ascitis): Frecuencia del 5%. Por acumulación de agua en el abdomen.
  • Pancreatitis aguda: Al obstruirse los conductos de secreción de los lobulillos, puede inflamarse el páncreas.
  • Diabetes mellitus: 15-40%. Alteración en el metabolismo de la glucosa.
  • Signo de Courvoisier: Vesícula palpable e indolora.
  • Síndrome de Trousseau: Flebitis migratoria superficial.

Para llevar a cabo un proceso de diagnóstico, es importante y necesario ver la historia clínica del paciente, tras ello realizar una exploración. Al finalizar la realización de estos dos procesos, se suelen hacer una serie de pruebas complementarias.

En primer lugar hay que hacer una analítica de sangre, la cual permite ver el estado general de salud que tiene el paciente. Además, pueden solicitarse los marcadores tumorales: el CA19-9 se eleva en un 80% de los casos de tumor maligno, y solo en un 1% de los benignos. El antígeno carcinoembrionario (ACE) se eleva en un80% de los malignos y en un 40% de los benignos.

Posteriormente, se valora la necesidad de realizar otra serie de pruebas complementarias, entre las que encontramos ecografía abdominal, TAC, resonancia magnética, arteriografía del tronco celíaco y la colangiografía transparietohepática.

Tratamiento:

Tras la realización del diagnóstico y la comprobación de que se trata de un cáncer de páncreas, hay que elegir el tratamiento adecuado. Para ello, hay que tener en cuenta una serie de aspectos, como el estadio de la enfermedad.

El especialista debe explicar y mostrar las distintas posibilidades de tratamiento al paciente, para que éste, junto con su médico, pueda elegir la decisión más adecuada.

Cada tratamiento se basa en una serie de pautas o protocolos que van en función de la fase o estadio en el que se encuentre la enfermedad, el tipo de célula que forma el tumor y la edad del paciente.

También se debe tener en cuenta otras enfermedades que pueda sufrir el paciente.

Con todo ello podemos emplear tres tipos de tratamiento, que son cirugía, radioterapia o quimioterapia, los cuales van a ser descritos a continuación.

CIRUGÍA:

Su objetivo es resecar toda la enfermedad macro y microscópicamente y restablecer la continuación con todo el tubo digestivo. El tipo de resección o de cirugía depende de la zona donde se localice el tumor, de forma que se realiza una pancreatoduodenectomía en tumores localizados en la cabeza del páncreas y una pancreatectomía distal para el cuerpo y cola del páncreas. Si los márgenes se encuentran comprometidos se realiza una pancreatectomía total.

También puede ser necesaria una linfadenectomía si los ganglios linfáticos de la cabeza del páncreas se ven afectados.