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De lo somatico a lo organico. Tan solo una pregunta
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Autor: Dr. Juan Manuel García Torrecillas
Publicado: 4/12/2007
 

No negaremos que es difícil efectuar lo que algunos han venido en denominar el “salto” de lo somático a lo espiritual o mental pero he aquí donde está el buen hacer del médico para no dejar sin sondear esta parcela que con tanta frecuencia esconde el origen de los dolores erráticos que nos traen de cabeza al no poder dilucidar su origen, donde con frecuencia residen las bases de la mala cumplimentación terapéutica y donde se solazan hábilmente pensamientos de ruina, hipocondría y sentimientos de soledad y desesperanza con que la depresión atenaza a muchos de nuestros pacientes.


De lo somático a lo orgánico. Tan solo una pregunta

De lo somático a lo orgánico. Tan solo una pregunta....

 

Autores:

 

Juan Manuel García Torrecillas. Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria. Servicio de Urgencias y Cuidados Críticos del Complejo Hospitalario Torrecárdenas. Almería.

 

María del Carmen Lea Pereira. Especialista en Medicina Interna. Empresa Pública Hospital de Poniente. El Ejido (Almería).

   

 

En la consulta de atención primaria es relevante y diría yo que fundamental el acoger como buena costumbre, en cada entrevista clínica, lanzar preguntas al paciente que nos permitan detectar anomalías en su estado de ánimo y en sus relaciones socio-familiares, de tal modo que el clínico pueda obtener de una forma precoz, conocimiento de cuáles de sus pacientes pueden padecer un trastorno depresivo, o cuando menos, del estado de ánimo.

 

No negaremos que es difícil efectuar lo que algunos han venido en denominar el “salto” de lo somático a lo espiritual o mental pero he aquí donde está el buen hacer del médico para no dejar sin sondear esta parcela que con tanta frecuencia esconde el origen de los dolores erráticos que nos traen de cabeza al no poder dilucidar su origen, donde con frecuencia residen las bases de la mala cumplimentación terapéutica y donde se solazan hábilmente pensamientos de ruina, hipocondría y sentimientos de soledad y desesperanza con que la depresión atenaza a muchos de nuestros pacientes.

           

El “salto” de los somático o puramente corporal por lo que nos suele consultar el paciente a lo no material, a lo que de espiritual y mental puede estar afligiendo a nuestro paciente ha de hacerse de manera discreta, como una prolongación sutil de nuestra anamnesis clásica y siempre tras habernos cerciorado de la disposición y ánimo con el que creemos el paciente va a acoger nuestra pregunta. Siempre hemos de tener la clara conciencia de no inquirir sobre el estado anímico de nuestro interlocutor si antes no tenemos, en nosotros, la certeza que el nuestro propio nos va a permitir afrontar, como de nosotros se espera, las revelaciones que vamos a escuchar. Ya de por sí resulta demasiado difícil y doloroso al paciente contarnos su intimidad, desvelarnos el origen de su dolor o su pesar para, una vez conocido éste, decidir nosotros que “hoy no es el mejor día para ayudar en ese terreno”; así que “una vez abierto el puchero... han de comerse los garbanzos” y si no, dejémosle para otro día el desvelar dichas penalidades, en el cual nos encontremos en más hábil situación de poder ayudar.

           

En los pacientes somáticos que con tanta frecuencia nos desbordan por la multiplicidad de sus quejas y por nuestra habitual incapacidad para mitigar sus abundantes dolencias nos será de utilidad lanzar preguntas abiertas como “¿qué tal está de ánimos?” para iniciar la exploración de la esfera psicológica. Con frecuencia en la consulta de atención primaria conoceremos aunque sea someramente el entorno familiar del paciente, las consultas efectuadas por su esposa/o e hijos y éstas nos pueden servir de nexo fundamental para, inquiriendo en el estado de ellos, llegar a conocer en cuál se encuentra nuestro interlocutor: ¿qué tal está su mujer?...

 

La utilización de escalas de ansiedad y depresión, suficientemente validadas nos permitirá, a posteriori, conocer cuáles de nuestros pacientes van a necesitar una exploración más detallada por el mayor riesgo de estar incursos en una problemática psicológica en que ayudarles, pero lanzar preguntas tan sencillas como las anteriores es, indudablemente, de una utilidad manifiesta en la vorágine de nuestras consultas para no dejar escapar, con un tubo de antiinflamatorio tópico en la mano, a un potencial paciente psíquico que puede precisar de nuestra ayuda.

 

Juan Manuel García Torrecillas.