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Prevalencia de la obesidad y el sobrepeso en adolescentes y la relación con su calidad nutricional

Prevalencia de la obesidad y el sobrepeso en adolescentes y la relación con su calidad nutricional

El sobrepeso en adolescentes hace necesaria una revisión de hábitos alimenticios pues los requerimientos nutricionales a esta edad son mayores. Para ello nos planteamos valorar calidad de la dieta y analizar relación con índice de Masa Corporal (IMC) en adolescentes de Almería. Obteniendo una muestra de 307 adolescentes, se les distribuyó el test de Kidmed para valorar adherencia a la Dieta Mediterránea (DM) y se calculó el índice de Masa Corporal (IMC). Los datos se procesaron con el programa estadístico SPSS 18.0. La 55.7% de los jóvenes están situados en el rango de normopeso.

Prevalencia de la obesidad y el sobrepeso en adolescentes y la relación con su calidad nutricional

Autores: María Victoria Martínez Miras *, María Mercedes Ruiz Sorroche *, Josefa Martínez Gómez *

(*Diplomado Universitario en Enfermería)

Palabras Clave: Dieta Mediterránea, adolescentes, Test de Kidmed, normopeso, obesidad, sobrepeso, Índice de masa corporal.

Resumen:

El 38,4% presenta un peso inferior al recomendado por su edad y sexo, siendo el porcentaje de estudiantes con exceso de peso sólo del 5,9%. El bajo peso está representado por chicos con un 99,1%, y la obesidad, la representan mujeres en un 100% de los casos. Se analizó de forma cualitativa el Índice de Kidmed, obteniéndose una media del 6,3, por lo que esta población tiene una adherencia a la Dieta Mediterránea media-baja. Según los hábitos alimenticios existe una situación de normalidad somática, y una falta de relación entre la adherencia a la Dieta Mediterránea y el índice de Masa Corporal (IMC). Un elevado porcentaje presentó bajo o medio grado de adhesión a la Dieta Mediterránea, evidenciando la necesidad de diseñar programas de educación nutricional y modificar hábitos alimenticios hacia patrones de dieta más saludables.

INTRODUCCIÓN

               La obesidad infantil es uno de los problemas de salud pública más importantes en el mundo. En España, los últimos datos sobre obesidad y sobrepeso en menores, demuestran que la incidencia de este problema sigue siendo muy elevada y nos sitúa en niveles muy próximos a Estados Unidos. Algunos estudios de investigación nos sitúan como líderes europeos en obesidad infantil, aunque es cierto que en los últimos años, la cifra de menores con problemas de sobrepeso y obesidad, se ha mantenido estable según la Encuesta Nacional de Salud del Ministerio de Sanidad 1.

               Un reciente informe realizado por la Escuela Andaluza de Salud Pública 2, revela que el 26% de los niños españoles de 8 a 17 años, presentan sobrepeso y el 12,6% sufre obesidad. Si comparamos estos resultados con los demás países europeos, nos damos cuenta que España presenta los valores más altos.

               La obesidad durante la niñez puede dejar secuelas difíciles de restablecer. De los diez factores de riesgo identificados por la Organización Mundial de la Salud (OMS)3, como claves para el desarrollo de enfermedades crónicas, cinco están estrechamente relacionados con la alimentación y el ejercicio físico, entre otros la obesidad. En los niños y adolescentes, el problema se hace más grave que en los adultos, porque de no tomar medidas a tiempo sobre sus hábitos, hay una elevada posibilidad de que el niño obeso, se convierta en un adulto obeso.

               Para la prevención de la obesidad intervienen muchos factores según refiere Kaisa Snellman como son la alimentación, el estilo de vida, sedentarismo, etc., casi todos transformables.

               Para poder frenar esta pandemia, desde la Asamblea Mundial de la Salud en 2004, se hizo un llamamiento a la Organización Mundial de la Salud, los gobiernos, los asociados internacionales, el sector privado y la sociedad civil para que actúen a nivel mundial, regional y local con el fin de promover la alimentación sana y la actividad física. En 2010, aprobó una serie de recomendaciones sobre la promoción de alimentos y bebidas no alcohólicas dirigida a los niños.

En 2012, adoptó un plan de aplicación integral sobre nutrición de la madre, el lactante y el niño pequeño y seis metas de ámbito mundial que deben alcanzarse para 2025, entre las que figuran la reducción del retraso en el crecimiento, la emaciación y el sobrepeso infantil, la mejora de la lactancia materna, y la reducción de la anemia y la insuficiencia ponderal del recién nacido, y en 2013, acordó nueve metas mundiales de aplicación voluntaria para la prevención y el control de las enfermedades no transmisibles, entre las que figuran detener el aumento de la diabetes y la obesidad, y una reducción relativa del 30% en la ingesta de sal de aquí a 2025. El “Plan de acción mundial de la OMS para la prevención y el control de las enfermedades no transmisibles 2013-2020″ proporciona orientaciones y opciones normativas a los Estados Miembros, la OMS y otros organismos de las Naciones Unidas para alcanzar las metas 4.

               El índice de Masa Corporal (IMC) es un indicador simple de la relación entre el peso y la talla que se utiliza frecuentemente para identificar el sobrepeso y la obesidad en los adultos. Se calcula dividiendo el peso de una persona en kilos por el cuadrado de su talla en metros (kg/m2).

La definición de la OMS es la siguiente5:

  • Un índice de Masa Corporal (IMC) igual o superior a 25 determina sobrepeso.
  • Un índice de Masa Corporal (IMC) igual o superior a 30 determina obesidad.

El índice de Masa Corporal (IMC) proporciona la medida más útil del sobrepeso y la obesidad en la población, puesto que es la misma para ambos sexos.

OBJETIVO

Valorar calidad de la dieta y analizar si existe relación con el índice de Masa Corporal (IMC) en adolescentes de Almería.

MATERIAL Y MÉTODO

Se trata de un estudio descriptivo trasversal, realizado durante los meses de enero a marzo de 2016, en tres centros de Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO) de la provincia de Almería, elegidos de forma aleatoria.

Para el cálculo del índice de Masa Corporal (IMC), primeramente, se obtuvieron los datos antropométricos de cada participante en el estudio. Para su realización, se utilizó una báscula marca SECA 700 de romana (con capacidad hasta 220 Kg), con tallímetro SECA 220 (alcance de medición de 60 a 200 cm).

Para la valoración del índice de calidad alimenticia en relación a la Dieta Mediterránea, se utilizó el Test de Kidmed. La muestra de alumnos se obtuvo, mediante la distribución de dicho cuestionario, en un día lectivo, a la totalidad de alumnos de ESO y Bachillerato. Todos los alumnos que acudieron a clase el día previsto para la distribución del cuestionario (n=307), aceptaron su participación. Todos los cuestionarios fueron cumplimentados de forma correcta por los participantes por lo que la tasa de participación se consideró del 100%.

Se realizó una valoración cualitativa mediante el índice de calidad de la dieta mediterránea (Test de Kidmed) (Tabla 1.- Test de Kidmed- al final del artículo), es un cuestionario, formado por 16 ítems que se deben contestar de forma afirmativa o negativa (si o no), que evalúa la adecuación al patrón alimentario mediterráneo en población de 2 a 24 años. Las respuestas afirmativas en los ítems que representa una connotación negativa en cuanto a la Dieta Mediterránea, son cuatro, y pasarían a tener un valor de -1; en cambio, aquellas preguntas con respuesta positiva, las 12 restantes, las cuales representan un aspecto positivo para la Dieta Mediterránea, obtendrían un valor de +1. En el recuento total, las respuestas negativas no puntúan; por lo tanto, la puntuación final o índice de Kidmed variará de 0 a 12 puntos. Según estos resultados, el Índice de Kidmed, se puede clasificar en tres grupos: