La saliva es un fluido que se compone en un 95% de agua junto con otros electrolitos como: sodio, potasio, cálcico, magnesio, bicarbonato de fosfato además de proteínas, enzimas e inmunoglobulinas (Del Vinga, 2008). La saliva es producida en las glándulas salivales, existen dos tipos de glándulas que se encargan además de secretar la saliva, las glándulas salivales mayores y glándulas salivales menores o accesorias. Entre las glándulas salivales mayores se encuentra la parótida, las submandibulares o submaxilares y las sublinguales (Chávez, 2008)