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Cuidados de Enfermería en la esclerosis múltiple

Cuidados de Enfermería en la esclerosis múltiple

Introducción: La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad autoinmunitaria del sistema nervioso que afecta al cerebro y la médula espinal.

Metodología: Búsqueda y revisión bibliográfica, en las bases de datos más importantes: Cuiden, Pubmed, Cochrane plus; así como en revistas científicas y libros especializados acerca de la esclerosis múltiple.

Cuidados de Enfermería en la esclerosis múltiple

Autores: Luna Aljama, María Elena *; Luna Aljama, José *, Serrano Carmona, José Luis *

  • DUE H.U. Reina Sofía de Córdoba

Autora principal:

María Elena Luna Aljama

D.U.E H.U. Reina Sofía de Córdoba

Resumen

Resultados: Se ha descrito esta patología, tipos, síntomas, diagnóstico, tratamiento, así como los principales cuidados de Enfermería.

Definición:

La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad crónica y autoinmune que afecta a la mielina o materia blanca del cerebro y de la médula espinal, provocando la aparición de placas escleróticas que impiden el funcionamiento normal de esas fibras nerviosas. Lesiona la vaina de mielina que es el material que rodea y protege las células nerviosas. La lesión hace más lentos o bloquea los mensajes entre el cerebro y el cuerpo, conduciendo a los síntomas de la esclerosis múltiple. Las causas que originan la esclerosis múltiple se desconocen, pero se sospecha que un virus o un antígeno desconocido son los responsables que desencadenan, de alguna manera, una anomalía inmunológica que hace que el organismo ataque su propia mielina.

La esclerosis múltiple afecta más a las mujeres que a los hombres. Suele comenzar entre los 20 y los 40 años al inicio de la vida laboral.

Tipos:

  • Esclerosis Múltiple Remitente-Recurrente: Es el tipo de esclerosis múltiple más frecuente. Los síntomas se presentan en forma de brotes que pueden durar días, semanas e incluso meses, y variarán de un episodio a otro, según la zona del sistema nervioso central afectada. Una vez superado el brote, los síntomas suelen desaparecer completamente aunque también pueden dejar secuelas neurológicas. Entre las recidivas no parece haber progresión de la enfermedad.
  • Esclerosis Múltiple Primaria Progresiva: Se caracteriza por la ausencia de brotes definidos, pero hay un comienzo lento y un empeoramiento constante de los síntomas sin un periodo intermedio de remisión. No hay episodios tipo recidiva, ni periodos de remisión, sólo fases de estabilidad ocasionales y mejorías pasajeras poco importantes.
  • Esclerosis Múltiple Secundaria Progresiva: se caracteriza por una progresión continua con o sin recidivas ocasionales, remisiones poco importantes y fases de estabilidad.
  • Esclerosis Múltiple Progresiva Recurrente: Es el tipo de esclerosis múltiple menos común. Se caracteriza por una progresión constante de la enfermedad desde el principio y por exacerbaciones ocasionales en su evolución. Las personas que padecen este tipo de esclerosis múltiple pueden o no experimentar cierta recuperación después de estos brotes; la enfermedad continúa progresando sin remisiones.

Síntomas:

Los síntomas varían debido a que la localización y magnitud de cada ataque puede ser diferente. Los episodios pueden durar días, semanas o meses. Los ataques van seguidos de remisiones. Estos son períodos en los que hay una reducción o una desaparición de los síntomas.

Síntomas musculares:

  • Fatiga
  • Pérdida del equilibrio.
  • Espasmos musculares.
  • Contracciones involuntarias y rigidez.
  • Problemas para mover los brazos y las piernas.
  • Problemas para caminar.
  • Problemas con la coordinación y para hacer movimientos pequeños.
  • Temblor en uno o ambos brazos o piernas.
  • Debilidad en uno o ambos brazos o piernas.

Síntomas vesicales e intestinales:

  • Micciones frecuentes y/ o urgentes.
  • Vaciamiento incompleto o en momentos inadecuados.
  • Estreñimiento.
  • Falta de control de esfínteres (poco frecuentes).

Síntomas oculares:

  • Visión doble.
  • Neuritis
  • Visión borrosa.
  • Movimientos oculares incontrolables.
  • Pérdida de visión (infrecuente).

Síntomas sensitivos:

  • Entumecimiento, hormigueo.
  • Dolor facial.
  • Espasmos musculares dolorosos.
  • Sensación de picazón, hormigueo o ardor en brazos y piernas.

Otros síntomas cerebrales y neurológicos:

  • Disminución del período de atención, de la capacidad de discernir y pérdida de la memoria.
  • Dificultad para razonar y resolver problemas.
  • Depresión o sentimientos de tristeza.
  • Mareos o pérdida del equilibrio.
  • Hipoacusia (pérdida de la audición).
  • Lenguaje mal articulado o difícil de entender.
  • Problemas para masticar y deglutir.

Síntomas sexuales:

  • Impotencia
  • Problemas con la lubricación vaginal.
  • Disminución de la excitación.

Diagnóstico:

Actualmente no existen pruebas diagnósticas específicas, de tal forma que la base del diagnóstico de la esclerosis múltiple sigue siendo la clínica: la aparición de síntomas y signos que indican la presencia de lesiones múltiples del SNC y de brotes de actividad clínica seguidos de fases de remisión.

Pruebas complementarias:

  • Examen del líquido cefalorraquídeo: gammaglobulinas (los anticuerpos que protegen de las infecciones) y bandas oligoclonales elevadas, lo que significa que hay actividad inmunológica dentro del propio sistema nervioso central, lo que podría reflejar fenómenos autoinmunes.
  • Potenciales evocados: Se trata de pruebas electrofisiológicas con las que se miden las respuestas cerebrales provocadas por estímulos sensitivos (visuales, auditivos…). En la esclerosis múltiple se detecta un enlentecimiento en la conducción.
  • Tomografía computerizada (TC): Las placas de reciente aparición pueden verse a veces como zonas con captación de contraste y, en casos crónicos de la enfermedad, las placas de desmielinización antiguas pueden dar lugar a zonas de baja densidad sin captación de contraste.
  • Resonancia nuclear magnética (RNM): Constituye la técnica complementaria diagnóstica de más utilidad en la esclerosis múltiple, siendo mucho más sensible que la tomografía computerizada. La administración de contraste permite diferenciar entre lesiones recientes y antiguas.

Tratamiento:

No existe un tratamiento que sea capaz de curar la esclerosis múltiple, por lo que los objetivos serán frenar el progreso de la misma y aliviar los síntomas y sus complicaciones.

Los fármacos existentes para la esclerosis múltiple son los siguientes:

  • Acetato de glatiramer: se administra de forma subcutánea diariamente y se logra disminuir en un 30% el número de brotes. Destacan las reacciones locales a la inyección como efectos secundarios.
  • Interferón beta (1ª y 1b): también logra disminuir en un 30% el número de brotes en los pacientes con forma recurrente-remitente. Se puede administrar de forma intravenosa, subcutánea o intramuscular, y sus efectos secundarios más frecuentes son los cutáneos, y un cuadro parecido al de la gripe, en relación con la inyección.
  • Azatioprina:reduce el número de brotes pero es necesario su empleo durante dos años o más. Se administra por vía oral.
  • Mitoxantrona:es más eficaz en las formas progresivas de la enfermedad, y su administración tiene que ser por vía intravenosa.
  • Metotrexate:también necesita emplearse durante mucho tiempo para obtener beneficios. Su administración es semanal.

Cuidados de Enfermería:

  • Ayudar a las personas afectadas por la esclerosis múltiple a comprender la información relacionada con su proceso de enfermedad. Informar sobre la enfermedad: etiopatogenia, sintomatología, pruebas diagnósticas, evolución, pronóstico, tratamientos.
  • Mantener y proporcionar independencia para que puedan realizan las actividades básicas de la vida diaria.
  • Colaborar con el equipo multidisciplinar.
  • Enseñarles una correcta y forma segura de administración de los medicamentos prescritos y observar sus efectos.
  • Realizar un control de adherencia al tratamiento.
  • Prevenir y paliar complicaciones secundarias a la enfermedad.
  • Detectar riesgos o problemas para la salud, por medio de historiales, entrevistas y demás procedimientos.
  • Elaborar un plan de cuidados en función del proceso de atención de Enfermería específico para cada persona con esclerosis múltiple.
  • Educar en autocuidados: cómo reconocer y actuar ante un brote, utilización de recursos socio-sanitarios, medidas higiénico-dietéticas, etc.
  • Educar sanitariamente: informar sobre los síntomas que pueden aparecer en la evolución de la enfermedad, términos médicos desconocidos.
  • Lograr una mejor adaptación a la enfermedad, una mayor adhesión al tratamiento y una mejor calidad de vida para ellos.

Bibliografía:

  1. Fernández O., Retos futuros de la esclerosis múltiple. Med Clin 2014;143 Supl 3:44-7.
  2. García Merino J. A., Tratamiento actual de la esclerosis múltiple. Med Clin 2014;143 Supl 3:19-22.
  3. Izquierdo Ayuso G., Esclerosis múltiple: impacto socioeconómico y en la calidad de vida de los pacientes. Med Clin 2014;143 Supl 3:7-12.
  4. Moreira, M. A., Tilbery, C. P., Lana-Peixoto, M. A., Mendes, M. F., Kaimen-Maciel, D. R., & Callegaro, D. (2002). Aspectos históricos de la esclerosis múltiple. Rev neurol, 34(4), 378-383.
  5. Delgado-Mendilívar, J. M., Cadenas-Díaz, J. C., Fernández-Torrico, J. M., Navarro-Mascarell, G., & Izquierdo, G. (2005). Estudio de la calidad de vida en la esclerosis múltiple. Rev Neurol, 41(5), 257-262.
  6. Arbizu Urdiain, T., Martínez Yelamos, S., Fernández, O., & Bello, P. (2004). Evolución y pronóstico de la Esclerosis Múltiple. Cuadernos de Esclerosis Múltiple. Madrid: Alcora publicidad SL, 247-54.