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Fibroma de la cavidad oral. Caso clínico

Fibroma de la cavidad oral. Caso clínico

Los fibromas de la mucosa oral son relativamente frecuentes, siendo considerados los tumores más frecuente de la cavidad oral aunque la mayoría son de origen hiperplásico. Los fibromas verdaderos son más raros en la cavidad oral. Su consistencia es firme, su coloración rosa y puede ser pediculado o sésil. De crecimiento lento, pueden ulcerase cuando entran en contacto con el maxilar opuesto. En ocasiones pueden estar parcialmente osificados, pudiendo observarse este hecho radiográficamente.

Fibroma de la cavidad oral. Caso clínico

Patricia María Puga Guil Doctora en Odontología por la Universidad de Granada

Daniel Gálvez Estévez. Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Granada.

RESUMEN: Los fibromas de la mucosa oral son las lesiones tumorales más frecuentes de la cavidad oral. Con este trabajo se aborda el diagnóstico y tratamiento de esta lesión, ilustrándolo mediante un caso clínico.

Palabras clave: Odontología, Dermatología, tumores benignos, fibroma.

OBJETIVOS:

  • Recordar las características clínicas e histológicas de los fibromas.
  • Revisar el diagnóstico diferencial del fibroma oral.
  • Conocer el tratamiento del fibroma oral.

INTRODUCCIÓN:

Se originan como reacción a traumatismos crónicos, mordisqueo o succión de carrillo, labios; o irritación por prótesis, que en muchos casos tienen que ver con rebasados acrílicos defectuosos o dentaduras mal adaptadas que irritan. Se induce un crecimiento patológico de los fibroblastos y del colágeno producido por éstos, lo que origina una masa submucosa evidente en la exploración clínica.

En cuanto su presentación clínica, es una lesión elevada, tumoral de coloración normal o pálida, por la carencia relativa de vasos sanguíneos. Puede ser sésil o pediculada. Su crecimiento es lento y limitado. Rara vez excede los 2 cm de diámetro, en esos casos se denominan fibromas gigantes. La consistencia de estas lesiones puede ser blanda o dura, dependiendo del grado de vascularización o fibrosis. No suelen presentar síntomas, aunque dependiendo de su localización pueden resultar molestos durante la masticación, ulcerándose en ocasiones por el roce con los dientes.

El Diagnóstico diferencial está definido por su dimensión y localización. Así, en los localizados en la lengua y de pequeño tamaño, habrá que establecer el diagnóstico diferencial con neurofibromas. Si se presentara en el paladar se realizaría con tumores de glándulas salivales e hiperplasias fibrosas. En las lesiones localizadas en la encía se entablará el diagnóstico diferencial con granulomas piogénicos y periféricos de células gigantes. En la mejilla deberán diferenciarse de lipomas y fibromatosis. En caso de que adquieran tamaño considerable, habrá que realizar diagnóstico diferencial con mucoceles, leiomiomas, fibromas odontogénicos periféricos y carcinomas espinocelulares

El estudio anatomo-patológico confirma el diagnóstico. Los fibromas verdaderos presentan una cápsula que contiene una masa de fibras colágenas, diferenciándose del tejido circundante. De modo que se observa una capa de epitelio escamoso estratificado que cubre una masa de tejido conjuntivo denso, formado por colágeno maduro entremezclado con fibroblastos, fibrocitos y pequeños vasos sanguíneos. En caso de que la lesión haya estado expuesta a traumatismo (roce, mordisqueo) se observará vasodilatación, edemas e infiltración de células inflamatorias.

El tratamiento de los fibromas consiste en la extirpación quirúrgica. En caso de los fibromas pediculados la extirpación consiste en una incisión alrededor de la base del fibroma. Si la base es de mayor tamaño puede permitirse la cicatrización por segunda intención, después de una correcta hemostasia. Si la región anatómica lo permite se cerrar mediante colgajo. Son raras las recidivas, si suceden hay que valorar la presencia de trauma continuo en la zona afectada.

CASO CLÍNICO:

Mujer de 55 años de edad, que acude a la consulta por la presencia una tumoración en la mucosa de la mejilla derecha de más de 3 años de evolución. La tumoración ha aumentado en de modo que le causa molestias en el momento de comer, pues en ocasiones se la mordisquea y se le forma una ulceración dolorosa. La paciente es bebedora ocasional (una copa de vino los fines de semana) y dejó de fumar hace 10 años. Como patología de base presenta hipertensión arterial e hipotiroidismo. Para la hipertensión arterial sigue una dieta baja en sal y un tratamiento farmacológico con Captopril. Para el hipotiroidismo sigue un tratamiento con Levotiroxina.

En la exploración clínica se observa una tumoración pediculada localizada en la mucosa de la mejilla derecha. La tumoración presenta un tamaño de 1,5 cm de diámetro aproximadamente y ocupa el hueco o producido por la exodoncia del primer molar permanente inferior del lado derecho en el pasado. El color de la lesión es ligeramente más pálido que el normal en esa área. Su consistencia es fibrosa. (Figura 1)

Realizada la exploración y la anamnesis se establece el diagnóstico de fibroma traumático. Dado que la paciente ha referido mordisqueárselo con frecuencia. Se programa su exéresis quirúrgica. Antes de realizar el procedimiento quirúrgico se mide la tensión arterial del paciente obteniendo valores normales (130/80 mm de Hg). Dados los valores dentro de los límites de la normalidad, se procede a iniciar el tratamiento. Para ello, en primer lugar, se aplica anestesia local (Lidocaína al 2% Epinefrina) mediante técnica infiltrativa alrededor de la lesión. Una vez se ha sensibilizado la zona de interés, se sujeta la lesión mediante una pinza recta sin dientes, quedando estirada la zona pediculada. Se realiza una incisión de base amplia en la base de la lesión, a nivel del pedículo, con un bisturí (hoja del número 15).

Con este modo se consigue la extirpación total de la lesión. Se realiza hemostasia de la herida quirúrgica mediante dos puntos sueltos de sutura (catgut 3/0) de los tejidos adyacentes y presión. Una vez controlada la hemorragia se aplica en la herida un gel antiséptico (clorhexidina al 0,2%). La lesión extirpada en su totalidad se introduce en un bote con formol-aldehido y es remitida al Servicio de Anatomía Patológica para su valoración. Por último se aconseja a la paciente realizar enjuagues con colutorio antiséptico (clorhexidina 0,12%) para evitar la infección de la herida quirúrgica. Se cita al paciente en 10 días para retirar los puntos y revisar el curso de la cicatrización de la herida.

En la cita de revisión se retiran los puntos de sutura y se observa que la cicatrización es la correcta. Se recomiendas al paciente la restitución del diente 46 mediante tratamiento protésico o el cierre del espacio edéntulo mediante el empleo de técnicas ortodónticas para evitar recidivas.

El resultado de la Anatomía patológica nos confirma el diagnóstico de Fibroma: Lesión de 135 mm de diámetro formada por un epitelio escamoso estratificado bien diferenciando, envolviendo la agrupación de colágeno y células del tipo fibroblasto y fibrocitos.

CONCLUSIONES:

  • Los fibromas son los tumores más frecuente de la cavidad oral aunque la mayoría son de origen hiperplásico.
  • En la clínica se presenta como una lesión elevada, tumoral de coloración normal o pálida, por la carencia relativa de vasos sanguíneos.
  • Histológicamente, los fibromas se caracterizan por la presencia de una cápsula que contiene una masa de fibras colágenas, diferenciándose del tejido circundante
  • El tratamiento de los fibromas consiste en la extirpación quirúrgica.

IMÁGENES

Imagen 1. Fotografía de la lesión fibrosa, pediculada en la mejilla

fibroma-traumatico-boca
Fibroma traumático de la boca

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