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Hábitos saludables en el adulto

Hábitos saludables en el adulto

Existe una relación positiva entre el ejercicio físico y el estado de bienestar psicológico. El entrenamiento de ejercicio aeróbico tiene efectos antidepresivos y ansiolíticos y protege contra las consecuencias perjudiciales del estrés.

Hábitos saludables en el adulto

Daniel Gálvez Estévez. Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Granada.

Patricia María Puga Guil. Doctora en Odontología por la Universidad de Granada.

RESUMEN

Se han propuesto varias hipótesis, tanto psicológicas como fisiológicas, para explicar el funcionamiento de los ejercicios físicos en el aumento del bienestar psicológico.

Entre las más importantes se encuentran la hipótesis psicológica de la distracción y la hipótesis fisiológica de las endorfinas. La práctica deportiva regular contribuye a desarrollar determinadas características de personalidad.

Palabras clave: Actividad física, Psicología, Psiquiatría, Depresión, Ansiedad, Estrés.

OBJETIVOS

  1. Conocer las principales hipótesis sobre ejercicio físico y bienestar psíquico.
  2. Entender la influencia de la actividad física en el desarrollo de la personalidad.
  3. Conocer los efectos beneficiosos de ejercicio en la prevención y tratamiento de la depresión en el adulto.
  4. Conocer cómo actúa el ejercicio físico en el estrés y en la ansiedad.

INTRODUCCIÓN

Casi la mitad de la población adulta española no realiza ninguna actividad física, y sólo un 15% aproximadamente lo hace regularmente. Esta prevalencia cae con la edad. Esto conlleva a un aumento del sobrepeso y la obesidad con sus respectivas consecuencias en salud y en los aspectos psicológicos. Se ha comprobado que la gente que realiza ejercicio tienen menos ansiedad, depresión, son menos neuróticas, son más extrovertidos y tienen más ánimo de buscar aventuras y desinhibición que aquellos que no realizan ninguna actividad física.

Es en la etapa adulta donde se han llevado a cabo la mayoría de los estudios sobre actividad física y salud mental, por lo que lo mencionado a continuación no es totalmente extrapolable a la etapa de niños y adolescentes.

Diversas pruebas sugieren la existencia de una relación positiva entre el ejercicio físico y el estado de bienestar psicológico. Se han propuesto varias hipótesis, tanto psicológicas como fisiológicas, para explicar el funcionamiento de los ejercicios físicos en el aumento del bienestar psicológico. Entre las más importantes se encuentran la hipótesis psicológica de la distracción y la hipótesis fisiológica de las endorfinas.

Hipótesis psicológica de la distracción:

La realización de ejercicio produce distracción de los eventos estresantes. Esto explica la mejora de sensaciones relacionadas con el ejercicio físico ya que éste parece reducir la ansiedad al estimular una interrupción del estrés. Sin embargo, esta reducción es mucho más duradera después de realizar ejercicio físico que después de haber descansado.

Hipótesis fisiológica de las endorfinas:

El cerebro, la hipófisis y otros tejidos producen diversas endorfinas que pueden reducir la sensación de dolor y producir un estado de euforia. Es posible que el mejoramiento del estado de bienestar que sigue al ejercicio se deba a una combinación de factores psicológicos y fisiológicos.

La mayoría de estudios realizados han utilizado los ejercicios aeróbicos e investigado de manera correlacional la relación entre el ejercicio físico y las disminuciones en los niveles de depresión y ansiedad; por lo que no se puede concluir que el ejercicio motivó o provocó el cambio en el estado de ánimo, sino más bien que el ejercicio físico de suficiente duración e intensidad parece estar asociado a cambios positivos en los estados de ánimo.

Referente a los efectos agudos del ejercicio aeróbico, o sea la gama de efectos inmediatos a una sesión de entrenamiento, se han realizado investigaciones orientadas en su mayoría a la reducción de la ansiedad. Además, la intensidad del ejercicio parece ser importante al momento de determinar el nivel que éste disminuye el estado de ansiedad. 1

Influencia del ejercicio en el desarrollo de la personalidad.

El origen de la personalidad es biológico y se va desarrollando desde infancia hasta estabilizarse en la edad adulta. Distintos estudios tienden a indicar que la práctica deportiva regular contribuye a desarrollar determinadas características de personalidad, con la influencia también de los aspectos madurativos de los niños y jóvenes; mientras que en la edad adulta mantiene los patrones de personalidad regulares a lo largo del tiempo. 2

De este modo, el ejercicio físico se ha asociado a efectos psicológicos beneficiosos en los jóvenes, gracias a un mejor control de la ansiedad y la depresión. Asimismo, la actividad física puede contribuir al desarrollo social de los jóvenes, dándoles la oportunidad de expresarse y fomentando la autoconfianza, la interacción social y la integración. También se ha sugerido que los jóvenes activos pueden adoptar con más facilidad otros comportamientos saludables, como evitar el consumo de tabaco, alcohol y drogas, y tienen mejor rendimiento escolar.

Se han realizado estudios para relacionar la influencia del ejercicio regular con la personalidad en función del género y la edad.

Un estudio holandés sobre hermanos gemelos, tanto adolescentes como adultos y sus familias, evaluó la personalidad de éstos mediante cuestionarios. Los resultados mostraron que los deportistas presentaban menos ansiedad y depresión. En cuanto a personalidad eran más extravertidos y aspiraban a una mayor búsqueda de sensaciones. Esto era más acentuado en los varones jóvenes que eran los que más deporte realizaban. 3

Una revisión sistémica de 35 artículos relacionando deporte y rasgos de personalidad basados en los modelos de Eysenck (1985) y Costa y McCrae (2008) muestra que la práctica deportiva y la actividad física se asocian positivamente con los rasgo de extraversión (activo, optimista, impulsivo y capaz de establecer fácilmente contactos sociales), estabilidad emocional (sosegado, sereno y despreocupado) y responsabilidad (tendencia a ser ordenado y hacia el logro). Los datos tienden a indicar una mayor autosuficiencia, relajación y estabilidad emocional en los deportistas frente a los no deportistas.

De este modo, los rasgos de extraversión, responsabilidad y estabilidad emocional parecen asociarse a la actividad física y al deporte.

Las diferencias en personalidad se encuentran principalmente al comparar muestras entre no deportistas, deportistas y deportistas de alto rendimiento ya que estos últimos tienen un perfil homogéneo de personalidad debido a que determinados rasgos son necesarios para alcanzar un alto rendimiento (p.ej., extraversión, responsabilidad y estabilidad emocional). Tampoco se observan variaciones teniendo en cuenta el género (hombres y mujeres) o el país de realización del estudio (p.ej., España, Holanda, etc.).

En resumen, los resultados sugieren que los deportistas se caracterizan por una mayor extraversión, responsabilidad y estabilidad emocional frente a los no deportistas pero son necesarios más estudios en cuanto a personalidad y deporte, en los que se defina qué se entiende por deportista, se especifique la intensidad de práctica y el nivel de competición, entre otras, para poder realizar un análisis más preciso. 4

Ejercicio y depresión en el adulto.

La depresión es una enfermedad frecuente en todo el mundo, y se calcula que afecta a unos 350 millones de personas. La depresión es distinta de las variaciones habituales del estado de ánimo y de las respuestas emocionales breves a los problemas de la vida cotidiana. Puede convertirse en un problema de salud serio, especialmente cuando es de larga duración e intensidad moderada a grave, y puede causar gran sufrimiento y alterar las actividades laborales, escolares y familiares. En el peor de los casos puede llevar al suicidio. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año se suicidan más de 800.000 personas, y el suicidio es la segunda causa de muerte en el grupo etario de 15 a 29.

Como parte del tratamiento se debe aconsejar la realización de actividades físicas a los adultos que sufren un episodio depresivo o depresión y llevan una vida sedentaria. En la depresión moderada o grave, esta intervención se debe considerar como suplemento de los medicamentos antidepresivos o la psicoterapia estructurada breve. 5

Hasta hace poco la línea de tratamiento más aceptada para la depresión eran los medicamentos psicotrópicos (inhibidores de la reabsorción selectiva de la serotonina y estabilizadores del estado de ánimo) junto a la psicoterapia. Los estudios recientes muestran que estos fármacos no son tan eficaces y presentan numerosos efectos secundarios y los tratamientos psicológicos, aunque no presentan efectos secundarios, generan rechazo en el paciente por el estigma percibido.