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Consideraciones enfermeras en la bronquiolitis del paciente pediátrico

Consideraciones enfermeras en la bronquiolitis del paciente pediátrico

Resumen

La bronquiolitis aguda es una enfermedad que tiene gran importancia en pediatría por la frecuencia con la que se produce. El virus sincitial respiratorio es el patógeno más frecuente que produce esta patología. Su tratamiento y manejo pueden realizarse de manera ambulatoria, precisando pocos casos de ingreso hospitalario.

Consideraciones enfermeras en la bronquiolitis del paciente pediátrico

Autor: Rosa María Morillas Salazar. Enfermera

Palabras clave: bronquiolitis, lactante, tratamiento

Introducción

La bronquiolitis es una enfermedad aguda que cursa en un primer lugar con un cuadro catarral y posteriormente con dificultad respiratoria con sibilancias o crépitos, suele afectar a menores de dos años y tiene un comportamiento estacional.

La mayoría de los casos por bronquiolitis esta representado por el virus respiratorio sincitial (VRS) representa aproximadamente un 70% de los casos, seguidos del rinovirus, parainfluenza, metapneumovirus humano, virus de la influenza, adenovirus, coronavirus y bocavirus. Es posible que la gravedad de la enfermedad vaya en función del virus que la ha producido.

Patogenia

La infección por el virus cursa con una infección aguda de las vías aéreas superiores, se propaga a través de las secreciones de personas que la padecen. Su período de incubación comprende entre 3-7 días, una vez que el virus es inoculado se empieza a propagar a las vías aéreas inferiores, causando inflamación y edema, lo que conlleva a un mal transporte de las secreciones dando lugar a una obstrucción y mal transporte del flujo del aire.

Existen unos factores de riesgo que predisponen a la bronquiolitis, son los siguientes: seo masculino, época estacional de otoño e invierno, nivel socioeconómico bajo, medio urbano, padres fumadores, menores de 6 meses, prematuros, bajo peso al nacer y asistencia a guarderías donde hay más probabilidad de contraer la enfermedad.

Clínica

En una fase inicial pueden presentar rinorrea y tos seca, y en algunos pacientes fiebre. Posteriormente la tos se agrava más haciéndose notables la sintomatología de dificultad respiratoria (tiraje, taquipnea, cianosis).

A la auscultación se apreciarán taquicardia y sibilancias, en ocasiones audibles sin estetoscopio. Es importante diferencias los grupos que pueden desarrollar apneas ante la bronquiolitis como son: menores de 6 meses, prematuros y recién nacidos de bajo peso.

Es esencial diferencial la sintomatología y el diagnóstico de una neumonía.

Tratamiento

De acuerdo con la gravedad y el compromiso respiratorio, se ofertarán unas medidas de soporte u otras.

En los niños afectados de bronquiolitis leve, el manejo será ambulatorio, con administración de abundantes líquidos y observación.

En aquellos niños que cumplan los siguientes criterios han de ser hospitalizados y en función de la gravedad de la bronquiolitis se aplicaran unos tratamientos determinados:

– Menores 3 meses y 6 meses si no tolera vía oral

– Signos de dificultad respiratoria (taquipnea, saturación por debajo de 92%)

– Patologías crónicas

– Prematuros o bajo peso

– Desnutrición o deshidratación

Los tratamientos más utilizados en la actualidad para la bronquiolitis aguda son los siguientes:

– Administración de líquidos: los pacientes afectados por esta enfermedad suelen estar deshidratas por lo que un soporte de hidratación es fundamental para disminuir las pérdidas por la fiebre y taquipnea. En aquellos pacientes con sintomatología respiratoria acusada se valorará administración de líquidos por vía intravenosa.

– Soporte nutricional: En una afectación leve la alimentación debe continuarse vía oral para garantizar un adecuado soporte de nutrientes, en cambio en lactantes con afectación moderada y severa podemos encontrarnos antes trastornos de la deglución por lo que se valorará la administración enteral de nutrientes.

– Oxígeno: debido a que la bronquiolitis da lugar a una hipoxemia, el tratamiento con oxígeno será fundamental, previniendo de la hipoxia y manteniendo una saturación normal.

– Broncodilatadores: la administración de beta 2 agonistas solos durante 60 minutos, ha de ser valorados en función de la respuesta individual de cada paciente, para así determinar si continuar o no con la terapia.

– Fisioterapia respiratoria: No varía en cuanto a duración de la hospitalización, muestra mejoría en cuanto a pacientes que presentan atelectasias.

– Palimizumab: su administración sólo se recomienda de manera profiláctica a lactantes con displasia broncopulmonar, prematuros o con patología cardiopulmonar congénita.

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