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Papel del farmacéutico en la deshabituación tabáquica

Papel del farmacéutico en la deshabituación tabáquica

RESUMEN

En el texto pretendo exponer la situación actual sobre el tabaquismo a nivel social y como el farmacéutico puede ayudar a disminuir las enfermedades y las muertes relacionadas con el tabaquismo.

Papel del farmacéutico en la deshabituación tabáquica

Enrique Perelló Amorós. Licenciado en Farmacia por la Universidad de Valencia

Palabras clave:

Deshabituación tabáquica, farmacia, papel del farmacéutico.

PAPEL DEL FARMACÉUTICO EN LA DESHABITUACIÓN TABÁQUICA

Cómo ayudar a dejar de fumar desde la oficina de farmacia

Es importante tener claro cuál es el punto de partida para implantar un programa de deshabituación tabáquica desde la oficina de farmacia. Y es que, el tabaquismo es el responsable del 30% de las muertes por cáncer en España, provoca el el 20% de las muertes por enfermedades cardiovasculares y es la causa principal (80%) de las enfermedades pulmonares obstructivas (EPOC). (Datos de la asociación española contra el cáncer).

 Los farmacéuticos somos parte de una cadena sanitaria responsable de la educación sanitaria de la sociedad y pieza básica en la prevención de enfermedades provocadas por malos hábitos adquiridos. Por ello, debemos tener claro que el consumo de tabaco presenta una alta prevalencia, una elevada morbi-mortalidad y, además, unos altos costes para el sistema nacional de salud. El tabaquismo es la primera causa de muerte evitable del mundo y es, en este punto, donde el papel del farmacéutico (entre otros profesionales de la salud) tiene una importancia relevante, por ser el profesional sanitario más accesible y cercano para los fumadores. Desde la oficina de farmacia tenemos que abordar esta lacra social y establecer servicios de ayuda para la deshabituación tabáquica a los pacientes que deseen dejar de fumar, mediante programas de actuación protocolizados, claros y concisos.

Tabaco: factor de riesgo para la salud

 El tabaco mata cerca de seis millones de personas al año de los cuales el 85% han sido o son consumidores de tabaco, siendo el resto (15%) no fumadores expuestos a humo de tabaco ajeno. Según la OMS(2008), estas cifras se irán incrementando hasta una cifra cercana a los ocho millones de muertes provocadas por el tabaquismo en 2030. La mayoría de éstas muertes (75%) se producirán en países en desarrollo.

 De entre las enfermedades donde el tabaquismo es factor principal del exceso de mortalidad encontramos: Cáncer de pulmón, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, cáncer de laringe, cáncer de faringe y cáncer de esófago. Las enfermedades en las cuales fumar es uno de los factores causantes de mortalidad: Enfermedad coronaria, accidente cerebro-vascular, cáncer de vejiga, cáncer de riñón, cáncer de páncreas… Por otro lado, podemos hablar de enfermedades, en la cuales, estadísticamente, tienen una mayor prevalencia en fumadores, tales como: Parkinson, cirrosis hepática, esquizofrenia, colitis ulcerosa, incluso el suicidio.

 Con todo ello, podemos determinar la gravedad del consumo de tabaco a nivel mundial y la necesidad de realizar un abordaje para prevenir y reducir al máximo los casos de cada una de estas enfermedades.

Tratamientos posibles para establecer desde la oficina de farmacia

 Cualquier tratamiento que podamos aplicar desde la farmacia puede y, en casos donde el perfil del paciente lo requiere, debe realizarse un seguimiento conjunto médico-farmacéutico. Con ello, podemos establecer dos tipos de tratamientos:

– Tratamientos sustitutivos de nicotina (TSN): Son tratamientos que tienen un punto en común: la administración de nicotina por una vía distinta y segura a la del cigarrillo, realizándose en cantidad suficiente para controlar, e incluso, evitar los síntomas relacionados con el síndrome de abstinencia nicotínico. Además, estos tratamientos sustitutivos de nicotina (TSN) no sólo actuarían a este nivel sino que también tendría un efecto sobre la reducción de los efectos reforzadores de los cigarrillos, además de tener algunos efectos sobre posibles recaídas como la ganancia de peso o los cambios en el estado de ánimo.

 Hoy en dia disponemos de seis productos diferentes que se basan en tratamientos sustitutivos de nicotina (TSN): Como ejemplos de sistema de liberación lenta podemos encontrar parches transdérmicos de nicotina, y como ejemplo de sistema de liberación aguda encontramos chicles, comprimidos, spray nasal, inhalador y comprimidos sublinguales. Cabe señalar al paciente que estamos hablando de medicamentos ya que son tratamientos que aportan nicotina y por tanto, conllevan una indicación de uso determinado.

– Tratamientos no nicotínicos: Actualmente los tratamientos más usados son los basados en Vareniclína y Bupropión.

 Sobre el Bupropión destacar que se trata de un antidepresivo monocíclico con un mecanismo de acción que realiza varias acciones a nivel del SNC pero que no se conoce con exactitud que función realiza durante el proceso de deshabituación tabáquica. Estudios de laboratorio demuestran que puede ser un inhibidor no competitivo de los receptores acetilcolinérgicos nicotínicos. La nicotina actúa a nivel cerebral sobre las vías dopaminérgicas, con ello podemos sospechar que el bupropión alivia los efectos del sindrome de abstinencia nicotínica y aumenta la efectividad en el tratamiento de la deshabituación tabáquica.

 Estudios realizados sobre la efectividad demuestran que el bupropión es eficaz para tratar el tabaquismo, doblando la efectividad respecto al placebo. No hay evidencias de una mayor eficacia frente a tratamientos sustitutivos de nicotina (TSN), por tanto, hablaremos de una eficacia similar.

 Sobre Vareniclina, destacar que se trata de un agonista parcial selectivo de los receptores nicotínicos acetilcolinérgicos, la activación de los cuales provoca la secreción de neurotransmisores que desemboca en la sensación de placer y bienestar que obtiene el fumador al fumar. Por ello, la vareniclína actúa del mismo modo que lo hace la nicotina, aumentando el tono dopaminérgico en zonas concretas del cerebro lo que provoca una disminución de las ganas de fumar.

 Diversos estudios demuestran una mayor eficacia de la vareniclina frente al placebo en tratamientos de deshabituación tabáquica. Estudios de efectividad concluyen que existe un 70% más de efectividad frente a tratamientos sustitutivos de nicotina (TSN) y un 60% más frente a bupropión. Por tanto, la vareniclina es recomendada para tratamientos de deshabituación tabáquica por las principales guías para el tratamiento del tabaquismo.

Actuación farmacéutica ante el paciente fumador

 Ante la sospecha de que la persona que entra a la farmacia sea fumadora, debemos preguntar si le gustaría dejar de fumar y en caso afirmativo, informar sobre el servicio de deshabituación tabáquica que realizamos en la oficina de farmacia. Si el paciente no quiere dejar de fumar, informaremos sobre lo perjudicial que es dicho hábito y aconsejar/motivar al paciente a que realice el cese del consumo informándole sobre los riesgos que corre si continúa con el hábito.

 Cuando un paciente nos propone su idea firme de dejar de fumar, ponemos en marcha todo el sistema establecido en la oficina de farmacia:

 Debemos tener claro que cada paciente es único y debemos tratar su adicción como tal, pero existen varias herramientas a tener en cuenta a la hora de elegir un tratamiento u otro para su posterior desarrollo.

Durante la primera toma de contacto con el paciente, analizaremos y determinaremos cual es el tratamiento más adecuado: Si el paciente ya ha sido tratado y dejó de fumar exitosamente, es lógico que valoremos seriamente la posibilidad de utilizar el mismo tratamiento. Si hablamos de un paciente preocupado por la ganancia de peso, valoraríamos la posibilidad de realizar un tratamiento conjunto de vareniclina, bupropión o parches de nicotina oral. Si nuestro paciente no está preocupado por la ganancia de peso, el uso de vareniclina sería el tratamiento de elección. En caso de embarazo debemos utilizar un tratamiento sustitutivo de nicotina (TSN), además de un control y seguimiento muy individualizado y especializado, e intentar que el tratamiento dure el menor tiempo posible. En casos más concretos, como la cardiopátia isquémica, existen estudios de alta eficacia y seguridad de la vareniclina para estos casos, por ello sería éste el tratamiento de elección. En pacientes con algún tipo de trastornos psicótico el tratamiento más recomendado es uno combinado de tratamientos sustitutivos de nicotina (TSN) a altas dosis o bupropión y tratamientos sustitutivos de nicotina (TSN) combinado. Estos son algunos casos generales de elección de tratamiento, pero debemos siempre valorar otros factores: como la medicación actual del paciente para evitar posibles interacciones, por ejemplo.

Una vez seleccionado el tratamiento adecuado para el paciente, realizaremos una serie de visitas programadas a la oficina de farmacia con el fin de detectar posibles problemas que puedan ir surgiendo durante el proceso de deshabituación tabáquica. En ellas, reforzaremos la idea del paciente de dejar de fumar con la finalidad de evitar caídas o recaídas que pudiese provocar al paciente volver al estilo de vida anterior. Debemos informar al paciente de posibles situaciones de riesgo con el fin de evitarlas, o simplemente con el fin de detectarlas para tener la capacidad de reacción y no tomar una decisión que pueda provocar la recaída.

Hablamos de situaciones como periodos de ansiedad, depresión, fatiga, enfermedad, crisis familiar, fiestas…etc. donde el paciente debe tener unos mecanismos de defensa claros para poder superar estas situaciones sin necesidad de volver a fumar. El papel del farmacéutico en este punto es el de ofrecer consejos y estrategias de prevención de recaídas frente a estas situaciones, tales como: evitar situaciones de riesgo, abandonar lugares o situaciones donde se detecte un riesgo evidente, recordar al paciente los beneficios obtenidos también ayuda a reforzar la idea de seguir con el tratamiento, relajación y reflexión ante una situación límite, realizar alguna actividad física y buscar apoyo en gente de confianza.

Una vez finalizado el tratamiento (3-4 meses) con éxito, felicitaremos al paciente por el logro (nada fácil) conseguido y marcamos unas pautas de comportamiento saludables para que no se produzcan futuras recaídas.

Una vez más, destacar la obligación del farmacéutico en detectar, intervenir y solucionar problemas de salud de los clientes que visitan nuestra oficina de farmacia, con ello, fidelizamos al cliente y establecemos una estrecha relación entre el profesional y el paciente-cliente útil para seguir trabajando en mejorar la salud ciudadana.

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