La parada cardiorrespiratoria (PCR) se define como “interrupción brusca, inesperada y potencialmente reversible de la circulación y respiración espontáneas; siendo su consecuencia el cese del transporte de oxígeno a los órganos vitales y especialmente al cerebro. Consiste en un cese inesperado de la actividad mecánica cardiaca y pulmonar, confirmado por pérdida brusca de conciencia, apnea o presencia de boqueadas agónicas, con ausencia de pulso detectable y de signos de vida. De no ser revertido, conduce en muy pocos minutos a la muerte”.