Las relaciones de familia tienen una causalidad circular, demostrando que un acorde apoyo familiar y buenas relaciones intrafamiliares tienden a ser un entorno más saludable para el núcleo familiar así como para cada integrante, por consiguiente la alteración de una de las partes afectara inevitablemente a las otras, influyendo en el desarrollo de la conducta alimentaria en las primeras etapas de la infancia.