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Arteriopatía periférica

Arteriopatía periférica

Se denomina arteriopatía al conjunto de procesos que pueden alterar la función o constitución normal de las arterias.

En la arteriopatía periférica se produce una disminución del aporte sanguíneo a las extremidades, que puede desarrollarse de manera aguda o crónica según la causa. La localización más frecuente es en las extremidades inferiores (90%).

Arteriopatía periférica

Autor: Silvia Mª Pérez Sánchez. Técnico Superior en Imagen para el Diagnóstico (TSID).)

Resumen

La arteriopatía periférica es una enfermedad en la cual las arterias de las piernas se bloquean o se obstruyen. Sus arterias normalmente son lisas en el interior para permitir que la sangre fluya libremente. A medida que pasan los años, las arterias a veces se obstruyen con placa. La placa está formada por colesterol y materiales grasos que engrosan, endurecen y pueden con el tiempo bloquear las arterias.

Puede que finalmente se acumule suficiente placa como para reducir el flujo de sangre y el oxígeno en sus piernas. Esta enfermedad puede causar dolor al caminar, y cuando es grave, puede requerir tratamiento para evitar la pérdida de la extremidad.

PALABRAS CLAVE: claudicación intermitente, arteriopatía periférica, arteriosclerosis, angioplastia, enfermedad vascular periférica.

INTRODUCCIÓN

Se estima que las arteriopatías periféricas afectan al 1% de la población menor de 50 años y al 5-8% de los mayores de esta edad. La arteriopatía periférica es 4 veces más frecuente en varones, apareciendo en ellos alrededor de 10 años antes que en las mujeres. Uno de cada 10 varones mayores de 70 años padece arteriopatía periférica. Con bastante frecuencia, esta patología no presenta síntomas, siendo infradiagnosticada e infratratada; sin embargo, incluso en los casos asintomáticos, se asocia a un riesgo hasta 6 veces mayor de morbimortalidad cardiovascular.

En la arteriopatía crónica, la arteriosclerosis es la causa más frecuente, siendo conocida su asociación con determinados factores de riesgo, algunos de ellos no modificables (edad, sexo masculino, carga genética) y otros modificables (tabaco, diabetes mellitus, hipertensión arterial, dislipidemia, obesidad, sedentarismo, hiperhomocistinemia y situaciones de hipercoagulabilidad).

En la isquemia aguda el origen puede ser embólico desde un foco cardiogénico o trombótico local sobre una lesión arteriosclerótica.

El desarrollo de circulación colateral permite que la isquemia tisular crónica no se manifieste clínicamente hasta que la obstrucción supera el 70% de la luz del vaso, apareciendo entonces la claudicación intermiten-te (dolor muscular con la deambulación, que cede con el reposo), síntoma cardinal de esta patología. La progresión de la enfermedad es lenta, con un riesgo de amputación del 1% al año y una tasa de intervención por isquemia crítica entre el 6 y el 10% por año, siendo este riesgo considerablemente mayor en diabéticos y fumadores.

Ver Imagen nº 1: Arteria Obstruida (al final del artículo)

MATERIAL

Esfigmomanómetro y sonda Doppler de 8 MHz

Ver Imagen nº 2: Medición de presión arterial pedia para cálculo del índice tobillo/brazo (al final del artículo)

MÉTODOS

¿Cómo se diagnóstica?

Anamnesis

Una anamnesis detallada seguida de una exploración física completa constituyen los pilares básicos en el diagnóstico de la patología vascular periférica. Se debe interrogar acerca de los antecedentes familiares y personales, así como de la presencia de factores de riesgo cardiovascular.

El síntoma fundamental de esta enfermedad es el dolor, aunque éste puede no aparecer hasta estadios avanzados, dependiendo del grado de desarrollo de circulación colateral y de la actividad basal del paciente.

En la isquemia crónica el dolor aparece de forma progresiva con la deambulación, es intenso, obliga a detener la marcha y desaparece con el reposo (claudicación intermitente). La distancia de la marcha a la que aparece suele ser constante y se acorta ante una pendiente o al subir escaleras.

Se clasifica en 4 estadios clínicos, según la severidad de la obstrucción:

Ver Tabla nº 1: Estadios Clínicos de Fontaine (al final del artículo)

En la isquemia aguda el comienzo del dolor es súbito y no desaparece con el reposo. Sueleser intenso y acompañado de frialdad, palidez cutánea e impotencia funcional.

En función de la localización del dolor se puede conocer el territorio vascular afectado:

– Cara posterior de la pierna: oclusión a nivel de la arteria femoropoplítea o superior.

– Nalga, cadera o muslo, asociado en ocasiones a disfunción eréctil en los varones: oclusión aortoilíaca o de la femoral común.

El diagnóstico diferencial de la enfermedad vascular periférica incluye procesos osteomusculares, vasculares y neurológicos:

Ver Tabla nº 2: Diagnósticos Diferenciales de Claudicación Intermitente (al final del artículo)

Exploración física

La exploración física incluye inspección y palpación. Los hallazgos posibles en la exploración física de un miembro inferior isquémico (comparar con contralateral) son:

– Pérdida de vello.

– Pobre crecimiento de uñas (uñas quebradizas).

– Piel seca, escamosa y atrófica.

– Palidez con la elevación de la pierna a 60º tras 1 min (la coloración normal debe regresar tras 10-15 s; un tiempo > 40 s indica isquemia severa).

– Ulceración isquémica de tejido, gangrena.

– Ausencia o disminución de pulsos femoral o pedio (especialmente tras ejercitar la musculatura de la pierna).

La palpación de pulsos arteriales requiere entrenamiento, ya que existe una gran variabilidad interexplorador, debiendo tenerse en cuenta los siguientes aspectos:

  • Se debe diferenciar el pulso del paciente del latido de los dedos del explorador, para lo cual se puede comparar el pulso del paciente con su latido radial.
  • Debe ser sistemática e incluir todos los territorios arteriales accesibles. La técnica de palpación se muestra en la IMAGEN nº 3 (pulsos femoral, pedio, poplíteo y tibial posterior).

Ver Imagen nº 3: Palpación de Pulsos Arteriales Periféricos (al final del artículo)

– La presencia de pulsos distales no excluye patología isquémica en pacientes con clínica típica, siendo necesaria la realización de estudios complementarios.

RESULTADOS

Exploraciones complementarias

Los exámenes complementarios permiten establecer el diagnóstico definitivo y la localización de la lesión. Se clasifican en no invasivos e invasivos.

Ver Tabla nº 3: Métodos Diagnósticos en Arteriopatía Periférica (al final del artículo)

La ultrasonografía Doppler es el método de elección en atención primaria por su facilidad de uso, su bajo coste y la accesibilidad de los aparatos portátiles. La técnica requiere:

  1. Tiempo: entre 20 y 30 min.
  2. Materiales: esfigmomanómetro y sonda Doppler de 8 MHz (IMAGEN nº 4)
  3. Paciente: 10 min de reposo en decúbito supino.
  4. Tomar la presión arterial sistólica (PAS) con el Doppler en ambas arterias braquiales y seleccionar la mayor.
  5. Tomar la PAS en ambas arterias pedias y tibiales posteriores y seleccionar la mayor de cada pierna.
  6. Dividir el valor mayor de cada tobillo por el del brazo para obtener el índice tobillo/brazo (ITB) que es el resultado de dividir la PAS de la arteria tibial posterior o pedia y la PAS de la arteria humeral y cuya interpretación es la siguiente:
  • índice tobillo/brazo (ITB) > 1,3: indicativo de calcificación arterial.
  • índice tobillo/brazo (ITB) entre 0,9 y 1,29: indicativo de normalidad.
  • índice tobillo/brazo (ITB) entre 0,5 y 0,9: indicativo de arteriopatía leve-moderada.
  • índice tobillo/brazo (ITB) < 0,5: arteriopatía grave.
  • índice tobillo/brazo (ITB) < 3: gangrena isquémica.

Ver Imagen nº 4: Sonda Doppler de 8 MHz (al final del artículo)

CONCLUSIONES

  • La enfermedad vascular periférica es una manifestación común de la aterosclerosis sistémica. Cuando aparece lleva asociado un aumento de la morbilidad cardiovascular. Un abordaje diagnóstico adecuado de los pacientes de riesgo, posible desde la atención primaria, permite establecer un tratamiento adecuado para aliviar los síntomas y evitar complicaciones.
  • La arteriopatía periférica es una enfermedad que quien la sufre le limita sus actividades cotidianas y le reduce la calidad de vida.
  • Los pacientes con enfermedad arterial periférica tienen un riesgo similar que los pacientes con enfermedad cardiovascular, por lo que estos pacientes por su muy alto riesgo deben ser tratados según las guías de prevención secundaria para la enfermedad cardiovascular, a la vez que su diagnóstico precoz, cuando el paciente aún está asintomático, ya que se permite iniciar el tratamiento de forma precoz y mejorar su pronóstico.
  • Para reducir los síntomas relacionados con la claudicación intermitente se pueden establecer cambios en el estilo de vida, como el abandono del hábito tabáquico, un buen programa de ejercicio supervisado, una dieta equilibrada y la reducción de peso, todos ellos mejorarán la capacidad funcional de los pacientes, así como su calidad de vida.
  • Dentro de la terapia farmacológica para tratar la claudicación, el fármaco que demuestra tener efectos favorables es el cilostazol, aumentando la distancia máxima recorrida en los pacientes y mejorando su sintomatología del dolor al caminar.
  • De todas la técnicas vistas para la detección de esta enfermedad, la más eficaz sería la ultrasonografía Doppler es el método de elección en atención primaria por ser un procedimiento no invasivo, sencillo, barato y preciso.

Anexos – Arteriopatía periférica

Anexos – Arteriopatía periférica 

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